Cuando la guitarra de mi mujer, gentilmente canta

in Hive Cuba10 days ago

Hola, hivers 😁
Elijo hoy esta #comunidad para compartir algo maravilloso de lo que he podido atestiguar en múltiples ocasiones.

Todos sabemos que la música tiene una magia inefable, Todos la sentimos y disfrutamos de un modo u otro. La música siempre transmite y nos mueve una fibra en nuestro interior que pocas manifestaciones del arte alcanzan a realizar (aunque lo hacen también).
La música es más directa.
Quizás porque en ella intervienen mayor cantidad de sentidos que en las otras manifestaciones; y de ellos, el oído está más conectado con ese instinto ancestral y básico de nuestra especie.
Toda música nos mueve, pero entre ella, la música clásica tiene algo que es superior, que nos calienta por dentro, nos alegra, entristece, alienta, emociona y un sinfín de sensaciones.
Pero lo que he experimentado con la música de concierto llevada a la guitarra, no lo he visto con nada más.
Qué instrumento más maravilloso.
Y no lo digo porque mi esposa sea guitarrista. Lo digo gracias a que a través de ella pude conocer lo que con una guitarra se puede hacer. O sea: todo. (Para una referencia de la grandeza de la guitarra, escuchen el segundo movimiento del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo)
Hay pocos instrumentos como la guitarra, pero eso es un tema que Elvira les contará mejor que yo. Para eso es la Maestra.

La primera vez que la vi tocar era de noche. Estábamos en medio de un festival de música, en una azotea y con muchísimo frío. Como en todo evento, las personas bebían y conversaban mientras el conductor del espacio invitaba al escenario a los artistas que iban a cantar.
Aquella noche no fue diferente. La única variable fuera del momento, fue ella, Elvira Skourtis. La conductora quiso agradecer su presencia y la invitó a tocar.
En cuanto ella tomó la guitarra en sus manos y saludó al público, el silencio fue robándole espacio al jolgorio y se adueñó junto a ella de todo el lugar.
Desde la primera nota hasta la última, el mundo entero hizo silencio. No se escuchaba un auto por las calles, ni el sonido de los vasos, ni el viento entre las ramas de los árboles.
Solo se escuchaba el canto de la guitarra.
A aquello súmenle el hechizo del movimiento de las manos de la guitarrista, el cómo ladeaba su cabeza y se iluminaba el rostro con la luz de la luna, acompañado del viento, quien hacía flotar las mangas acampanadas de su blusa.
No es exagerado lo que cuento, fue así mismo.
El hechizo solo fue roto cuando Elvira terminó de tocar.
En ese instante comenzaron los aplausos y solo entonces pude quitarle la vista de encima y mirar a otro lado y ver a varios del público secarse las lágrimas; emocionados por su música.
Y no fue cosa de una vez.
Ya de novios he ido a varias provincias, la he disfrutado tocar en múltiples plataformas y siempre hay quienes lloran emocionados.


Pero eso no es lo más impactante. Lo que en realidad es increíble es el silencio que se crea a su alrededor. Tal parece que estuviéramos dentro de una burbuja en la que solo se escucha su música.
Ayer no fue la excepción. Estábamos en la sede de la UNEAC, en una peña a la que su cuarteto de guitarras “Sultasto”, fue invitado a tocar. Solo que ayer tocaron a trío.

En el local de al lado tenían una bocina con reguetón, personas del público conversaban. Sin embargo, en cuanto la guitarra comenzó a sonar, todo se hizo silencio.
No necesitaron audio alguno. Aquel sonido debió escucharlo el mismo Dios que le dio ese talento para la interpretación.
Esto es algo que no solo digo yo. Muchas personas se han dado cuenta de su hechizo.
Yo lo disfruto cada día. Tengo la dicha de gozar de conciertos privados mientras ensaya o estudia.
Y aún así, aquí en la casa, sin público ni producción alguna, mientras la guitarra de mi mujer, gentilmente canta, el mundo parece detenerse a escucharla. De lo que quiero hablarles es de que, cuando @elviguitarra toca, el mundo parece detenerse. Y no les hablo de una forma metafórica, sino literalmente parece quedarse en pausa para escucharla; para verla. Recuerdo aquel concierto en la Catedral de #SantiagodeCuba cuando al terminar, los cientos de personas en la iglesia se pusieron de pie y aplaudieron durante minutos, sin parar de llorar de la emoción.

Un abrazo a todos y nos leemos pronto.

English version

Hello, hivers 😁
Today I choose this #community to share something wonderful that I have been able to witness on multiple occasions.

We all know that music has an ineffable magic. We all feel it and enjoy it in one way or another. Music always transmits and moves a fiber within us that few manifestations of art manage to achieve (although they do it too).
Music is more direct.
Perhaps because it involves more senses than other manifestations; and of them, hearing is more connected to that ancestral and basic instinct of our species.
All music moves us, but among them, classical music has something that is superior, that warms us inside, makes us happy, sad, encourages, excites and a host of other sensations.
But what I have experienced with concert music played on the guitar, I have not seen with anything else.
What a wonderful instrument.
And I am not saying this because my wife is a guitarist. I am saying this because through her I was able to learn what can be done with a guitar. In other words: everything. (For a reference of the greatness of the guitar, listen to the second movement of the Concerto of Aranjuez, by Joaquín Rodrigo)
There are few instruments like the guitar, but that is a topic that Elvira will tell you better than I. That is what the Maestro is for.

The first time I saw her play was at night. We were in the middle of a music festival, on a rooftop and in the freezing cold. As in every event, people were drinking and talking while the host of the space invited the artists who were going to sing on stage.
That night was no different. The only variable out of the moment was her, Elvira Skourtis. The host wanted to thank her for her presence and invited her to play.
As soon as she took the guitar in her hands and greeted the audience, silence began to steal space from the merriment and took over the entire place with her.
From the first note to the last, the whole world fell silent. There was no car in the streets, no sound of glasses, no wind through the branches of the trees.
Only the song of the guitar could be heard.
Add to that the enchantment of the movement of the guitarist's hands, how she tilted her head and her face was illuminated by the moonlight, accompanied by the wind, which made the bell-shaped sleeves of her blouse float.
It's not an exaggeration what I'm saying, it was just like that.
The spell was only broken when Elvira finished playing.
At that moment the applause began and only then I was able to take my eyes off her and look away and see several people in the audience wiping away their tears; moved by her music.
And it wasn't a one-time thing.
I've been to several provinces as a couple, I've enjoyed playing on multiple platforms and there are always those who cry with emotion.


But that's not the most shocking thing. What is really incredible is the silence that is created around them. It seems like we are inside a bubble where only their music can be heard.
Yesterday was no exception. We were at the UNEAC headquarters, at a club where their guitar quartet “Sultasto” was invited to play. Only yesterday they played as a trio.

In the venue next door they had a speaker playing reggaeton, people in the audience were talking. However, as soon as the guitar started playing, everything went silent.
They didn't need any audio. That sound must have been heard by the same God who gave them that talent for interpretation.
This is something that I'm not the only one saying. Many people have noticed its charm.
I enjoy it every day. I have the good fortune to enjoy private concerts while I rehearse or study.
And yet, here at home, without an audience or any production, while my wife's guitar gently sings, the world seems to stop to listen to it. What I want to talk to you about is that, when @elviguitarra plays, the world seems to stop. And I am not talking to you in a metaphorical way, but literally it seems to pause to listen to her; to see her. I remember that concert in the Cathedral of #SantiagodeCuba when at the end, the hundreds of people in the church stood up and applauded for minutes, without stopping crying from emotion.

A hug to everyone and see you soon.

This post is AI free. All photos used are my property.

This post is an #originalcontent.

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Así que lograste raptar a la mas maravillosa guitarrista!! jajaja....soy amigo de Elvira desde la escuela de arte... claro que es una magnífica intérprete...me dio el honor y el placer de interpretar un tema mío en la escuela....no se si lo recordará... me alegra tenerlos por Hive, miren mi perfil...un cálido saludo para elvirita, un abrazo para ti!!

Verdad que este mundo es un pañuelo 😊. Ahora mismo voy y se lo digo. Abrazos.