La cuestión no es si te derriban; es si te levantas

in Hive Cuba5 months ago

Thea LaFond celebra en París / Foto: Athletic Weekly

A Retazos | Interludio

I
Leyanis es la última en saltar en la primera ronda de saltos. Ahora está de pie al borde de la carrilera y pide palmas. En la final olímpica del triple salto aún no ha pasado nada extraordinario y tampoco lo produce ella. Catorce metros con sesenta y dos centímetros es un registro corto para la proyección que ha tenido durante toda la temporada; y lo es para la competencia, también. LaFond, Ricketts, Romanchuck y Moore tienen -oficialmente- marcas personales superiores a los 15M.

II
Thea Lafond toma impulso, pisa fuerte las tres veces y cae lejos; bien lejos. Lo que separa la terminación del salto del anuncio oficial de la medición son unos escasos segundos. Estos duran un mundo antes de escuchar el 15.02 que lo termina de poner todo patas arriba.

III
Ahora llueve en París. Quiero creer que es una genuina expresión del universo ante el inesperado DNS de la legendaria Shelly Ann Fraser-Pryce. Liadagmis Povea ha estado teniendo problemas con la llegada a la tabla pero los 14.28m de su primer intento le darán la posibilidad de hacer otros tres saltos más. Con el 14.39m de su tercera tentativa lo ratifica.

No es un Bólido lo que cruza la meta con el testigo entre manos, es Femke Bol, que acaba de protagonizar una la bestial remontada que leda el título del 4x400m mixto a su país para redimirse de tantas cosas y trastocar otras tantas. Las cosas que hace esta niña me recuerdan tanto a mí (salvando las distancias) que no pocas veces me he descubierto intentando entender por qué soy más del #TeamSydney.

IV
Ana Peleteiro lo sigue intentando con demasiado silencio. Su 14.59m terminó por ser lo mejor de esta tarde-noche para las europeas que llegaron hasta aquí. La subcampeona mundial Maryna BEKH-ROMANCHUK y la bronce del europeo Ilionis GUILLAUME no encontraron, siquiera, la ruta de los 14m.

A la distancia el estadio explota. Julien Alfred le ha ganado la final de 100m a Sha´carri Richardson y compañía.Es la primera medalla de Santa Lucía en toda la historia olímpica desde su debut como nación en 1996.

V
Leyanis ya no pide palmas y a mí, particularmente, eso me preocupa. Se ha involucrado en una conversación consigo misma y va, intento tras intento, con la cabeza demasiado puesta en lo que tiene que lograr pero los resultados no salen y la competencia avanza. Para cuando corre por cuarta vez, ya la estadounidense Jasmine Moore (14.67) le ha sacado del podio y yo sigo sin creer en lo que estoy viendo. Más que nada porque la Leyanis que ha estado en París, dista kilométricamente de la que yo he visto crecer y crecerse.

VI
En tanto, Lia habla en voz alta y se arenga. Y levanta la mano, se impulsa y señala al frente. Corre, despega, salta y cae en los 14.64m que le sitúan cuarta. Lo grita, y lo disfruta. Y es que lo de Povea es muy bueno. Que una cosa no se lleve por delante la otra. Para Liadagmis, ese cuarto lugar que a casi todo el mundo le ha sabido a POCO, representa MUCHO. Después de estar casi todo el año lesionada, después de perderse el mundial bajo techo y con apenas dos competencias para llegar hasta aquí, el hecho de mejorar su actuación de Tokio (fue quinta) es, cuando menos, aplaudible. Lamentablemente, en estos tiempos donde las redes sociales amplifican opiniones, valorar con objetividad se ha convertido en un arte difícil.

VII
LaFond hace sonar la campana de los campeones más fuerte que nadie; no es para menos. Ha hecho un nuevo récord nacional y ha ganado un oro inédito para la pequeña isla de Dominica. El 2024 será un año para enmmarcar, llevándose a casa los dos títulos más importantes puestos en disputa, merced a las dos mejores marcas de toda su vida.

Aunque es la primera vez que dos mujeres cubanas son finalistas en el triple salto olímpico, el hecho de haber quedado fuera del podio en París es ahora una carga que pesa sobre los hombros de estas chicas. El atletismo cubano vuelve a situarse en el epicentro del desastre. Opiniones van, razones vienen. Las redes arden, hay carga al machete y toque de "A degüello".

A estas horas seguramente nadie se siente peor que Leyanis Pérez, debatiéndose entre las razones que le impidieron hoy, mostrar lo que sabe - lo que sabemos- es capaz de hacer. Sin embargo, estoy segura de que la vida le dará la posibilidad de redimirse. Ahora lo que toca es mirar al frente y creer en Vince Lombardi: “La cuestión no es si te derriban; es si te levantas”.

Interludio