Es duro ver cómo quedamos pocos para apagar el Morro; cada vez que miramos a nuestro alrededor ese vacío que dejan amigos y familiares, pega fuerte. La ciudad que amamos cambia, las calles que solíamos recorrer juntos ahora se sienten más solitarias, y la nostalgia se convierte en parte de nuestra cotidianidad.
Pero, siempre nos salva la facilidad del cubano para crear alianzas; un café, un libro, un sentimiento, una tarde lluviosa, una obra de teatro, siempre serán excusas suficientes para encontrar la bondad en un extraño y convertirlo en cómplice.
Es que tenemos ese nosequé de la guara instalado!
🤣 y se actualiza automáticamente