Recuerdo, nítidamente, allá por los años 90 del siglo pasado, cuando fuimos advertidos sobre los cambios acontecidos en Europa de Este, que derivaron en la total ruptura de su doctrina.
¡Qué noticia!... Sus preceptores, ensayaban un giro espectacular, que, literalmente, rompería el «equilibrio del mundo».
Las consecuencias, para nosotros los cubanos, serían de inmediata e infausta presencia.
Por esos días se avisaba – en medios oficiales – de una alocución que el Presidente haría por la televisión cubana. Resultó ser memorable. Dió a conocer, la llegada del resonante: «PERÍODO ESPECIAL EN TIEMPOS DE PAZ» [así lo denominó él]. Resultante de la vertiginosa contracción, que ya experimentaba la económica cubana. Controversial por su denominación, grimoso por los augurios del infortunio.
Vendrían, en lo adelante, infecundos amaneceres, atados a la cuerda de un precepto, que impondría un novedoso estilo de vida, bautizado como: «ESTRATEGIA DE RESISTENCIA Y DESARROLLO». Para los que, entonces, portábamos una ostensible ingenuidad, asociada a una desventajosa situación socio- económica, el colosal encontronazo con esa nueva realidad, era algo así como, reinventarnos desde nuestros propios despojos. Instantáneamente comprendí que, sumirse en el lamento, el desánimo, o la depresión, era ceder ante el pujante desafío, que buscaría cerrarnos el cerco, arrastrando, inevitablemente, a los seres queridos, a la desdicha y al suicidio moral. Sería, en términos de guerra, como capitular. Resistir, era ahora la única opción razonable, para percibir adecuadamente – y asumir con dignidad – la inminente aparición de un fenómeno, que impactaría, reciamente, en la subjetividad nacional.
En corto término, se pusieron de moda, interrogantes como: ¿Con qué?, ¿Cómo?,¿Qué?,¿Hasta cuándo?. A la vez que, iban apareciendo, como enviados desde el mismísimo infierno, las más alucinantes e imponentes penurias, jamás elaboradas por nuestra imaginación. Si bien es cierto que, todas éstas se tornaban, notoriamente agresivas. Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que los dilatados apagones, acapararon la mayor antipatía de los cubanos. Paralelo a esto, se enrarecía la posibilidad de adquirir, en mercados estatales, cualquier producto de primera, segunda o tercera necesidad, de forma liberada. La oferta quedaba circunscrita al anémico racionamiento, inducido, de la Canasta Básica. Se apagaba – aceleradamente – el transporte y otros importantes servicios. Se desordenada la psiquis, se anulaba la felicidad, se detenía el tiempo. Con resignación, veíamos instaurarse, en la expresividad de la conciencia social, el instinto diabólico de «inventar» y manifestarse, en tono triunfalista y elogioso su consumación. Así, poco a poco, se iban «aderezando» las condiciones, para la aparición del germen de la indisciplina social y la corrupción, como flagelos.
Si justo es reconocer que, el panorama agroalimentario de nuestro entorno, en particular, era propicio para atenuar un tanto, el rigor despiadado de estas circunstancias, en comparación con otros territorios, lo honesto es revelar que hubo momentos de férrea incertidumbre y desesperación.
Tanto la arriesgada ida agazapada, a la zona productora de arroz más próxima: (Veguitas, Mabay, Manzanillo), como las gestiones en las cercanas plantaciones de plátano burro[fongo] – que, afortunadamente, vimos crecer vertiginosamente – se convirtieron, de hecho, en los dos principales proveedores y pilares, que apuntalaron – de manera sublime – los indicadores de nutricionalidad y aliento.
La iniciativa popular, forzosamente estimulada, comenzaba a generar espectaculares alternativas. Se fue configurando una amplia gama de artículos artesanales, de discreta calidad, que pretendían apaciguar el repugnante rostro de la carencia. Así, surgieron los zapatos artesanales que la sabiduría común bautizó como: Chupa Miao [de recortería de tela y goma] y el fogón Nonó, entre otros geniales inventos y fórmulas. Fue en este contexto, que se puso de moda el uso del Maguey , como recurso de primera instancia, para el lavado de ropa . Éste clasificaba más, como regalo de la providencia divina, que como resultado de la indagación empírica desesperada. Pero una madrugada, cuando dormía plácidamente, un extraño «ras» urticario invadió mi cuerpo y me puso en absoluto insomnio. Fue entonces que llegué, a una decepcionante conclusión sobre el mismo.
Al otro día, temprano, iniciaba – yo – las gestiones para ver el facultativo (por voluntad y esfuerzo oficial, no fueron interrumpidos los servicios médicos, pero existía precariedad). En espera dilatada del diagnostico médico, vi a un señor que, meditativo, se acercó lentamente a un anciano que yacía postrado en una silla de ruedas, y le susurró al oido: papá, papá. ¿usted tiene valor para morirse, ahora mismo?.
Cuando han pasado, ya, más de 30 años, muchos piensan que, para los cubanos, resistir, sigue siendo una actitud de rara e inexplicable resignación, plagada de un místico romanticismo épico... Como especie de un amuleto, de identidad nacional, que se ha instaurado en nuestra conciencia.
Miro siempre receloso y con semblante contemplativo hacia ese aciago pasado y me aflige – aún – mi incapacidad para discernir los límites de la naturaleza noble, del cubano.
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* Texto original de mi autoría
* Imágenes de mi propiedad y extraídas de Pexels, con atribuciones concedidas por AlFoto
English version
I remember clearly, back in the 90s of the last century, when we were warned about the changes that had taken place in Eastern Europe, which led to the total breakdown of its doctrine.
What news!... Its preceptors were rehearsing a spectacular turn, which would literally break the "balance of the world."
The consequences, for us Cubans, would be immediate and unfortunate.
In those days, there was an announcement - in official media - of a speech that the President would make on Cuban television. It turned out to be memorable. It announced the arrival of the resounding: "SPECIAL PERIOD IN TIMES OF PEACE" [that's what he called it]. Resulting from the vertiginous contraction that the Cuban economy was already experiencing. Controversial because of its name, grim because of the omens of misfortune.
From then on, unfruitful dawns would come, tied to the rope of a precept, which would impose a new lifestyle, baptized as: "STRATEGY OF RESISTANCE AND DEVELOPMENT." For those of us who, at that time, carried an ostensible naivety, associated with a disadvantageous socio-economic situation, the colossal encounter with this new reality, was something like reinventing ourselves from our own remains. I instantly understood that, to sink into lament, discouragement, or depression, was to give in to the powerful challenge, which would seek to close the siege on us, inevitably dragging loved ones into misfortune and moral suicide. It would be, in terms of war, like capitulating. Resisting was now the only reasonable option, to adequately perceive - and assume with dignity - the imminent appearance of a phenomenon, which would strongly impact national subjectivity.
In a short time, questions such as: With what?, How?, What?, Until when? became fashionable. At the same time, the most amazing and impressive hardships ever imagined by our imagination were appearing, as if sent from hell itself. Although it is true that all of these became notoriously aggressive. Without fear of being wrong, I can assure you that the prolonged blackouts captured the greatest antipathy among Cubans. Parallel to this, the possibility of freely acquiring any first, second or third necessity product in state markets became rare. The offer was limited to the anemic, induced rationing of the Basic Basket. Transportation and other important services were shut down – rapidly. The psyche was disordered, happiness was annulled, time stopped. With resignation, we saw the diabolical instinct of "inventing" and manifesting itself in a triumphalist and laudatory tone of its consummation take hold in the expression of social consciousness. Thus, little by little, the conditions were "seasoned" for the appearance of the germ of social indiscipline and corruption, as scourges.
If it is fair to recognize that the agro-food panorama of our environment, in particular, was conducive to somewhat attenuating the merciless rigor of these circumstances, compared to other territories, it is honest to reveal that there were moments of fierce uncertainty and despair.
Both the risky trip to the nearest rice producing area (Veguitas, Mabay, Manzanillo) and the efforts in the nearby plantains – which fortunately we saw grow vertiginously – became, in fact, the two main suppliers and pillars, which supported – in a sublime way – the indicators of nutritionality and encouragement.
The popular initiative, forcibly encouraged, began to generate spectacular alternatives. A wide range of artisanal articles of discreet quality was formed, which intended to appease the repugnant face of scarcity. Thus, the artisanal shoes that common wisdom baptized as: Chupa Miao [made of fabric and rubber cuttings] and the Nonó stove, among other brilliant inventions and formulas, emerged. It was in this context that the use of Maguey became fashionable, as a first-instance resource, for washing clothes. This was classified more as a gift of divine providence than as the result of desperate empirical research. But one morning, when I was sleeping peacefully, a strange rash invaded my body and put me in complete insomnia. It was then that I came to a disappointing conclusion about it.
The next day, early, I began the process to see the doctor (due to official will and effort, medical services were not interrupted, but there was precariousness). While waiting for the medical diagnosis, I saw a man who, meditative, slowly approached an old man who was lying prostrate in a wheelchair, and whispered in his ear: Dad, Dad, do you have the courage to die right now?
Even though more than 30 years have passed, many people think that, for Cubans, resistance is still an attitude of strange and inexplicable resignation, full of a mystical epic romanticism... Like a kind of amulet, of national identity, that has been established in our conscience.
I always look suspiciously and with a contemplative look at that unfortunate past and I am still afflicted by my inability to discern the limits of the noble nature of the Cuban.
* Original text of my authorship
* Images owned by me and taken from Pexels, with attributions granted by AlFoto
Un excelente análisis mi amigo. La resistencia creativa está de moda y parece que nos acompañará por mucho tiempo.
Gracias, amiga. Todo parece indicarlo...!!
Y pensar que 30 años después poco ha cambiado.
Qué tiempos aquellos cuando pensábamos que nada sería peor....