Yo sueño con un ayer colmado de pasión, capaz de atrapar un par de latidos de mi corazón, sin importar si exige alcanzar las cumbres que retan a los valientes, más allá de la eternidad.
Regresa pronto, antes de perder el control.
Yo no quise volar, yo no quise llorar; sólo fue un instante en que pude sentir en mis pies las llanuras del paraíso, mientras las brisas de mortal fluían como arroyos en mi respirar.
No fue mi intención herir, cuando solamente ocurrió; incontables y frescas cicatrices, se mofaron ante la idea de creer que todo fue obra de Morfeo.
Sé que sentí el temor y la ira, sin embargo, logré despertar, recordando a un ayer que tal vez nunca existió.
Apenas el brillo del nuevo día deslumbró mi piel, descubrí la idea de por qué no aprovechar el verdor de los prados que atestiguaron el trote de mágicos corceles que ya no podremos cabalgar.
Yo no quise estar allí para olvidar; más el tiempo es quién le permite al universo, cuando confabula con la voluntad divina, resucitar al ayer.
Silbidos del bosque negro lograron sacar de su sopor a las aves que llegaste a confundir con luceros, esos que una vez intentaron apaciguar tu dolor.
Desatiende tu deseo por respirar el salitre del mar; ya no podemos navegar en los deltas de ríos hoy fatigados, al no ser estos amados por los ángeles rebeldes que arrojaron sus falsos arrepentimientos contra el mundo terrenal.
La inspiración bordeó complaciente la mente de los genios, cuyo destino embalsamó el sentimiento de los cisnes de alas perpetuas, consentidos por las hadas, esos entes que perdonaron con encantamientos al mal cuando mancillaron la pureza del recuerdo.
Muy dentro de una estrella podrás encontrar el alma del amor, surgiendo de allí al sujetar el cristalino poder de los diamantes, espléndidas joyas que regocijaron el orgullo de princesas, ignorantes de los bulliciosos ecos del pasado.
Esto es solo el sueño de duendes en busca de un arcoiris.
Entorna tus ojos, e intenta ir más allá de esos nimbos de tormenta que amenazan a la alegría, abandonada por una doncella en las afueras de aquel florido jardín, ¿puedes verlo?
Dispón del valor para abrazar los suspiros de las musas, extenuadas al agotar su inspiración; ellas urgen por sentir el calor de tu coraje.
Ya lo sé, el dolor permanece allí.
Quizás el perdón sea la avalancha que apacigüe la nostalgia de una época extraviada en la lejanía del horizonte que dejamos, hace mucho, atrás.
Tú conoces el verdadero temor, el mismo que hace temblar el alma de gigantes, ausente de fragancias, aquellas cuyas esencias fueron robadas de los pétalos regados con lágrimas de seres fantásticos. Ello despertó el antojo de un puñado de traviesos querubines por corretear hasta el alba, la misma que desplegó la pasión dormida por mi olvido del ayer.
Bien lo sabes ahora, es solo un sueño de duendes.
Tommy Ed.
Hermoso, todo es súper lindo.
Qué bueno que te gustara, gracias por leer el post☀️
Gracias por regalarnos estas líneas 😍
@tommy27
Disculpa que no respondimos antes, tuvimos inconvenientes con el internet y la electricidad 😅
Saber que les gusta lo que escribo, mantiene despierta a mi inspiración; gracias🌟