I think that when we are children we get excited with anything that fills us with expectations, some key word that gives signals of what we are going to do in a near date, and that my mom will show it as casual during the meal, was a reason to get excited.
Many of these moments come to my mind and in all these memories the common point was the possibility of the game, so my childhood illusions are connected with some places I liked to be taken to, but above all they are surrounded by those people who are as dear as siblings, I mean cousins and cousins.
I think the family dynamic of the weekends was something like this: two weekends at my paternal grandmother's house, a weekend trip to Maracay to visit my mother's family and a weekend with my mother.
That weekend that we stayed with my mom and a young aunt who lived with us began with breakfast and pick up some things from our room, after that we were sent downstairs, while they were dedicated to the thorough cleaning of the apartment, downstairs we were in charge of my older brother.
My brother had been with me for about four years and taking care of his four sisters for several hours meant that he made us part of the games with his friends, in this way we learned to play "the boys' games", among these: police and thief, tonga, stop, pelotica de goma, chapita and the traditional "carruchas caraqueñas", among others. These "carruchas" were built by the boys and we were always "parrilleras", we rode in the back, holding the pilot by the waist.
With certain frequency we went down to La Guaira, a port city that was about 30 minutes from Caracas, which was where we lived, one of the rides that I remember with great affection were the weekends in "Los Caracas", there we arrived at a military recreational urbanization, with a good beach and many amenities.
On Sunday afternoons they would take us to the "Paseo los Proceres", a long and beautiful walkway, full of fountains, history and a very special place where we would run and skate at our leisure. There was no shortage of trips to the movies or plazas.
I definitely looked forward to the weekends, when it was time to come to Maracay, the city where I have lived since I was 10 years old, to visit my maternal grandmother and my aunts. The cousins received us with affection and there were always outings with large family groups, for example we went to a place called "Guamita", it was a spa inside the Henri Pittier National Park and its "pools" were wells covered with stone and filled by the river in its fall.
Today, this place does not exist as I remember it, because in 1987, what we call the Limón tragedy occurred, a landslide that devastated the area and part of the population that lived at the foot of the mountain.
My family lived very close to the zoo "Las Delicias", so it was common for an adult to plan a trip with cousins to visit the animals. For the month of August, the school vacation period, we spent a week on the beaches of the coast of Aragüeño, sometimes in Ocumare de la Costa and other times in Choroní.
Weekends at my paternal grandmother's house in Caracas were also very special. One of my aunts from this branch of the family lived four houses away from my grandmother and had eight children, five of them contemporaries with us, it is easy to imagine how this battalion of young boys had fun playing all weekend.
My paternal grandmother was very special, she was capable of grabbing this large group of grandchildren and taking them by bus to a park in the city. I fondly remember the visits to Parque del Este, today known as Parque Generalísimo Francisco de Miranda, with its small lake, aviaries and wide open spaces, it was the perfect place to run and play.
Of course, there were also the quiet games and distractions at home, because it was common for us to sit in a group to watch TV on Saturday night, programs like Land of Giants, Agent 007, Mister Solo, and many others were fixed and on Sunday morning, my aunt, the one with the eight children, would prepare everything so that as a family we could watch The Porky Pig Show. It amuses me how something so simple are, nowadays, beautiful memories that I lived with great illusion.
This is my entry to Memoir Monday #17 (7/1-7/7) - When You Were a Child, What Did You Look Forward to Most?, an invitation from @ericvancewalton to collect and share our memories, a valuable activity in itself and one I greatly appreciate. Thank you.
En Español
Pienso que cuando somos niños nos ilusionamos con cualquier cosa que nos llene de expectativas, alguna palabra clave que de señales de lo que vamos a hacer en una fecha cercana, y que mi mamá la asomará como casual durante la comida, era motivo para ilusionarme.
Muchos momentos de estos llegan a mi mente y en todos estos recuerdos el punto común era la posibilidad del juego, así que mis ilusiones infantiles están conectadas con algunos lugares a los que me gustaba que nos llevaran, pero sobre todo están rodeados de esas personas que son tan queridas como los hermanos, me refiero a los primos y primas.
Sacando cuentas y uniendo retazos de la memoria, creo que la dinámica familiar de los fines de semana era algo así: dos fines de semana en casa de mi abuela paterna, un fin de semana viaje a Maracay a visitar la familia materna y un fin de semana con mi mamá.
Ese fin de semana que nos quedábamos con mi mamá y una joven tía que vivía con nosotros comenzaba con el desayuno y recoger algunas cosas de nuestra habitación, luego de eso nos mandaban para abajo, mientras ellas se dedicaban a la limpieza a fondo del apartamento, abajo estábamos a cargo de mi hermano mayor.
Mi hermano me llevaba como cuatro años y cuidar por varias horas a sus cuatro hermanas significaba que nos hacía parte de los juegos con sus amigos, de esta manera aprendimos a jugar “los juegos de varones”, entre estos: policía y ladrón, tonga, stop, pelotica de goma, chapita y las tradicionales carruchas caraqueñas, entre otros. Estas carruchas las construían los muchachos y nosotras siempre éramos parrilleras, íbamos en la parte de atrás, agarrándonos al piloto por la cintura.
Con cierta frecuencia bajábamos a la Guaira, ciudad portuaria que quedaba como a 30 minutos de Caracas, que era donde vivíamos, uno de los paseos que recuerdo con mucho cariño eran los fines de semana en “Los Caracas”, allí llegábamos a una urbanización recreacional militar, con una buena playa y muchas comodidades.
Los domingos en la tarde nos llevaban al “Paseo los Próceres”, una larga y hermosa caminería, llena de fuentes, historia y un lugar superespecial donde corríamos y patinábamos a nuestras anchas. No faltaban las idas al cine o plazas.
Definitivamente, me ilusionaban los fines de semana, cuando correspondía venir a Maracay, ciudad donde resido desde los 10 años, veníamos a visitar a mi abuela materna y a mis tías. Los primos nos recibían con cariño y siempre había paseos con grupos familiares grandes, por ejemplo íbamos a un lugar llamado “Guamita”, era un balneario dentro del Parque Nacional Henri Pittier y sus “piscinas”, eran pozos recubiertos de piedra y que los llenaba el río en su caída.
Hoy en día, este lugar no existe como lo recuerdo, pues en el año 1987, ocurrió lo que llamamos la tragedia del Limón, un deslave que arrasó la zona y parte de la población que vivía al pie de la montaña.
Mi familia vivía muy cerca del zoológico “las Delicias”, por lo que era frecuente que algún adulto planificara un paseo de primos para visitar a los animales. Para el mes de agosto, periodo de las vacaciones escolares, pasábamos una semana en las playas del litoral aragüeño, unas veces en Ocumare de la Costa y otras en Choroní.
Los fines de semana, en casa de mi abuela paterna, en Caracas, también eran muy especiales. Una de mis tías de esta rama de la familia, vivía a cuatro casas de mi abuela y tenía ocho hijos, cinco de ellos contemporáneos con nosotras, es fácil imaginar cómo este batallón de muchachitos se divertían jugando todo el fin de semana.
Mi abuela paterna era muy especial, era capaz de agarrar a ese grupo nutrido de nietos y llevárselos en autobús para algún parque de la ciudad. Recuerdo con mucho cariño las visitas al Parque del Este, hoy conocido como El Parque Generalísimo Francisco de Miranda, con su pequeño lago, las pajareras y amplios espacios era el lugar perfecto para correr y jugar.
Por supuesto, también estaban los juegos y distracciones tranquilas y en casa, pues era común que nos sentásemos en grupo a ver la televisión en la noche del sábado, programas como tierra de gigantes, el agente 007, Mister solo, y otros tantos eran fijos y en la mañana del domingo, mi tía, la de los ocho hijos, acondicionaba todo para que en familia viésemos El Show de Porky Pig. Me da gracia como algo tan sencillo son, hoy en día, recuerdos hermosos que los viví con mucha ilusión.
Esta es mi entrada al Memoir Monday #17 (7/1-7/7) - When You Were a Child, What Did You Look Forward to Most?, invitación que nos hace @ericvancewalton para recoger y compartir nuestros recuerdos, una actividad valiosa en sí misma y la cual agradezco enormemente. Gracias, gracias.
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Fuente de Imágenes: Archivo personal
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¡Wuao! que post más hermoso y sentido bella @damarysvibra.
Sin duda alguna, recordar es vivir, esa es la parte que más custodio, mis recuerdos, los momentos vividos, eso forma parte de los momentos felices vividos. Me vi paseando a tu lado en el zoológico, me encantan los animales y esas vivencias en la playa estuvieron genial.