En lo que se refiere a ciberseguridad, nosotros, los usuarios, somos el blanco de ataque, el flanco más débil. Nuestra condición humana nos hace querer confiar, creemos en la buena fe, pero la realidad es que esa confianza es precisamente la que conspira en nuestra contra. De allí la frase: no confíes, verifica.
Nadie está exento de ser víctima de ataques informáticos, pero si podemos mitigar el riesgo de exposición. Nunca es tarde para tomar el control.