Interesante trabajo dedicado a esa condición tan compleja como común en los últimos tiempos. Ciertamente, el Trastorno del Espectro Autista incluye entre sus manifestaciones la hipersensibilidad sensorial, sobre todo a nivel auditivo, como bien lo has expresado con esta minuciosa investigación que constituye un intento de comprender y multiplicar las luces expuestas en la fase de experimentación. Percibo mucho amor e interés de tu parte en torno a este tema que es sensible para muchos, por desconocimiento o por padecimiento intrafamiliar. Es complicada la adaptación y socialización por parte de quienes viven con la condición, pero la aceptación y el amor siempre despejan caminos enmarañados para los implicados en la interacción de uno con uno y de uno con lo demás.
Excelente publicación, @profzonder. Gracias por el click y por compartir.
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Gracias por tu grata visita, tu comentario y apoyo.
Para responder tu inquietud sobre mi interés en el tema, resulta ser que hace más de cuatro años me enteré que soy autista. Todo comenzó con el nacimiento de mi segundo hijo Matthew de cinco años, quien fue diagnosticado con TEA a los nueve meses de nacido. Todo este nuevo panorama explica mis vivencias personales cuando niño, joven y ahora de adulto cerca de la "tercera edad".
Wow... No tenía idea, pero sí percepciones de que el tema te tocaba de cerca, sobre todo en tu latido energético. He tenido conocimiento que algunas personas han sido diagnosticadas después de adultos porque supieron adaptarse y camuflar sus limitaciones y molestias.