Cierro los ojos y veo la playa de mi infancia. Puedo oler la sal y el coco de la crema solar, puedo sentir la arena caliente bajo mis pies descalzos. Es un día brillante y perfecto, y voy a la playa con mi familia.
Mi madre carga con la cesta de comida mientras mi padre lleva la sombrilla y las toallas. Camino entre ellos, sujetando la pelota con la que jugaré todo el día. Se ríen y charlan, sus voces llenas de felicidad. Siento que podría volar de pura alegría.
Llegamos a nuestro lugar habitual, bajo un enorme árbol. Mi padre clava la sombrilla en la arena y extiende las toallas. Mi madre saca las viandas y el termo de limonada fría. Yo estoy impaciente por correr hacia el agua azul brillante.
Mi padre convida a mis hermanos y a mí para entrar al mar con él. El agua fría se siente fabulosa en ese día caluroso. Juega a las lanzadas conmigo, alza mi cuerpo en el aire y me deja caer al agua una y otra vez. Mi risa retumba, pura e infantil.
En la orilla, mi madre observa con una sonrisa cálida. Sostengo una concha en cada mano, trozos de mi mundo marino dentro de mi mente de niño. Mi padre aparea conmigo, ahuyentando a las olas más grandes. Me siento seguro y amado.
Como una enorme masa de sándwiches y frutas, y bebo limonada hasta que mi estómago está a punto de estallar. Me embadurno de crema protectora mientras mi madre me peina el cabello. Mi padre me cuenta historias de cuando él era niño y jugaba en esta misma playa.
Pronto el sol comienza a ponerse, tiñendo el mar y el cielo de naranja y rosa. Recojo conchas y piedras pero lo que más atesoro son estos momentos: mi familia cenando al aire libre en nuestro lugar mágico, riendo y charlando bajo las estrellas que poco a poco comienzan a brillar.
Cierro los ojos de nuevo y veo esa playa ahora desierta bajo la luna llena. Pero en mi mente permanecerá por siempre ese recuerdo, ese día perfecto, cuando fui feliz e inmensamente amado. Ese día en la playa de mi niñez que guardo en lo profundo de mi corazón.
Fotografías propias.
Versión en inglés.
English Version
I close my eyes and see the beach of my childhood. I can smell the salt and the coconuts from the sunscreen, I can feel the hot sand under my bare feet. It's a bright and perfect day, and I'm going to the beach with my family.
My mother carries the basket of food while my father carries the umbrella and towels. I walk between them, holding the ball that I will play with all day. They laugh and chat, their voices full of happiness. I feel like I could fly with pure joy.
We arrived at our usual place, under a huge tree. My father sticks the umbrella into the sand and spreads out the towels. My mother takes out the food and the thermos of cold lemonade. I can't wait to run into the bright blue water.
My father invites my brothers and me to go into the sea with him. Cold water feels great on that hot day. He plays hurdles with me, lifting my body into the air and dropping me into the water over and over again. My laughter rumbles, pure and childish.
On the shore, my mother watches with a warm smile. I hold a shell in each hand, pieces of my marine world inside my child's mind. My father mates with me, chasing away the biggest waves. I feel safe and loved.
I eat a huge mass of sandwiches and fruit, and drink lemonade until my stomach is about to burst. I smear sunscreen while my mother combs my hair. My father tells me stories of when he was a child and played on this very beach.
Soon the sun begins to set, turning the sea and the sky orange and pink. I collect shells and stones but what I treasure the most are these moments: my family having dinner outdoors in our magical place, laughing and chatting under the stars that little by little begin to shine.
I close my eyes again and see that now deserted beach under the full moon. But in my mind that memory will remain forever, that perfect day, when I was happy and immensely loved. That day on the beach from my childhood that I keep deep in my heart.
Own photographs.
Que rico la playa y con una limonada es estupendo y disfrutar en familia lo maximo.
Saludos .