Desde hace aproximadamente 5 años pertenezco a un grupo juvenil católico en el que participan tanto niños como jóvenes. Estando allí he aprendido mucho y he vivido momentos muy especiales.
Esta semana fue el cumpleaños de una de las niñas del grupo, y no pude evitar pensar sobre lo rápido que pasa el tiempo. Cuando la conocí ella tenía entre 9-10 años y acaba de cumplir 12, el año pasado también vine a su cumpleaños. Es increíble ver cómo ha crecido, no solo en edad, sino también en madurez. Y así como ella, también los otros niños del grupo que he visto crecer cada vez son más inteligentes, conversadores y tienen metas cada vez más definidas en su vida.
A pesar de su crecimiento, y que ya se están convirtiendo en adolescentes se ha mantenido esa conexión especial. Es cierto que no se trata de una amistad tradicional, debido a la diferencia de edad, pero es una relación enriquecedora en la que el acompañamiento y los buenos consejos son fundamentales. Mi papel no es solo estar ahí como una amiga, sino también como guía, tratando de ser bien ejemplo para ellos y estando presente cuando necesiten apoyo o una palabra de aliento.
Espero que en el futuro cuando sean jóvenes adultos de 18-23 años, todavía me recuerden con cariño, me sigan invitando a sus cumpleaños, y que la adolescencia no los cambie tanto en cuanto a su dulzura y confianza.
For about 5 years I have belonged to a Catholic youth group in which both children and young people participate. While there I have learned a lot and experienced some very special moments.
This week was the birthday of one of the girls in the group, and I couldn't help but think about how fast time goes by. When I met her she was between 9-10 years old and she just turned 12. It's amazing to see how she has grown, not only in age, but also in maturity. And just like her, so have the other kids in the group that I've seen grow up to be increasingly intelligent, talkative and have more and more defined goals in their lives.
Despite their growth, and the fact that they are now becoming teenagers, that special connection has been maintained. It is true that it is not a traditional friendship, due to the age difference, but it is an enriching relationship in which companionship and good advice are fundamental. My role is not only to be there as a friend, but also as a guide, trying to be a good example for them and being there when they need support or a word of encouragement.
I hope that in the future when they are young adults aged 18-23, they will still remember me fondly, will still invite me to their birthdays, and that adolescence will not change them so much in terms of their gentleness and confidence.
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Que bonito grupo, es importante mantener ese tipo de lazos y estoy segura que sí te recordarán cuando sean más grandes.😊
Saludos
Siii, eso intento!! Aunque hay algunos que a los 15-16 ya como que cambian su forma de pensar y se alejan 🥹 esperemos no sea el caso de todos