Saludos. Los amigos de @famlily-friends se suman a los gestos de solidaridad con el “Asilo de Ancianos de Santo Domingo”, acá en Venezuela. Para ello han convocado esta iniciativa donde nos invitan a recordar a nuestros abuelos. Les comento…
Solo conocí dos abuelos. La abuela materna murió de parto cuando mi madre era muy pequeña. Del abuelo Eusebio, el padre de mi madre, tengo pocos recuerdos, lo vi muy pocas veces. Vivíamos en ciudades distantes y solo lo visitábamos en la época de las vacaciones. En mi memoria se dibujan unas pocas imágenes de él, trajeado con una especie de liqui liqui y un sombrero de ala ancha. Era un hombre muy reservado, discreto y paciente. Tenía una voz recia muy parecida a la de Marlon Brando en la película “El Padrino”.
No estoy seguro de si alguna vez salimos juntos a dar algún paseo por las cercanías de su casa o hacia la pequeña finca que era de su propiedad. Aunque creo que no porque de haber sido así alguna imagen tendría de esos momentos.
De quien si guardo más recuerdos fue de mi abuela paterna. Toda su existencia estuvo rodeada de misterios. Era una mujer que cargaba sobre sí el estigma de la vergüenza por haber tenido sus hijos en uniones irregulares.
Nunca pude saber su historia con los padres de sus hijos. Del primero, el que sería mi abuelo, alguna vez escuché que era un hombre poderoso de las tierras andinas. En esos tiempos era frecuente que estos señores fuesen sembrando su descendencia en diferentes mujeres, y al parecer mi abuela fue una de ellas. Sé que él tenía su mujer y sus hijos, y mi abuela fue una especie de querida con la que tuvo tres hijos, el mayor fue mi padre.
Luego la abuela tuvo dos hijos más, de otro hombre que al igual que el primero formaba parte de su mundo de misterios. De este último sí no tengo ninguna referencia, no sé ni donde se conocieron, si vivieron juntos, ni nada. Para mí era una especie de fantasma.
En alguna época de su vida la abuela decidió venirse desde los andes a Caracas. Allí llevó una dura existencia con sus cinco muchachos. Sobre ese primer tiempo de su llegada a la capital nunca supe nada, en la casa no se hablaba de esas cosas, era como si todos se hubiesen puesto de acuerdo para dejar ir tranquilo al pasado.
Hasta la adolescencia no tuve ningún tipo de curiosidad por conocer aquellas historias. Y cuando de hombre quise saber un poco más sobre la historia de mi familia ya muchos protagonistas no estaban en condiciones, o no querían recordar. Mi padre, con quien trataba de hablar más del asunto, tenía muchas versiones distintas, que me seguían dejando con las mismas dudas.
Hubo un momento en que las cosas mejoraron para la abuela, lograron conseguir una vivienda del Banco Obrero en el Oeste de Caracas, para ese entonces ella se había hecho modista y con ese trabajo pudo criar a sus hijos.
En mi primera infancia todos vivimos juntos en esa casa de ella, mis padres, mis tíos y mis primos; era un inmenso grupo familiar y lo recuerdo como un tiempo feliz donde jugaba todo el día con mis primas.
A medida que fui creciendo me di cuenta que también había un gran misterio con el trabajo de la abuela. Lo de modista era una especie de fachada para encubrir su verdadera actividad que era la de pitonisa, ella tenía el don de la clarividencia, y al parecer sus predicciones eran muy certeras, su clientela no paraba de crecer y nunca conocí de alguien que se molestara por haberle dicho algo erróneo.
Aquel trabajo se hacía de modo clandestino. A nosotros se nos repetía mil veces que la abuela se dedicaba a la costura, que si cualquiera nos preguntaba qué hacía le dijéramos que era costurera.
Pero la actividad de la abuela era inocultable, en sus mejores tiempos empezaba a recibir gente desde las primeras horas de la mañana hasta las últimas horas de la noche. Solo hacía un pequeño receso cuando tenía deseos de ir al baño o durante la hora del almuerzo. Esas jornadas de dieciocho horas diarias se cumplían invariablemente de lunes a sábado. El domingo era el único día que guardaba para el descanso.
La imagen más fuerte que tengo de mi abuela la ubica sentada frente a una vela y un vaso de agua hablando con sus clientes. También recuerdo que era cariñosa, gentil, que le gustaba reír mucho y le encantaba comer dulces y helados. Me imagino que en algún momento saldríamos juntos y me cargaría en sus brazos, pero esas imágenes se perdieron en los vericuetos de mi memoria.
Con el paso del tiempo la abuela fue quedando ciega y a raíz de eso tuvo una caída que la dejo postrada en cama largos años hasta el final de sus días. Por ese motivo dejó su trabajo de pitonisa y ya no la visitaba tanta gente. Sin embargo, en el momento de su muerte centenares de personas acudieron de todo el país a su velatorio. Aquello era impresionante sobre todo tomando en cuenta que no eran tiempos ni de internet ni de telefonía celular. El caso es que la gente se enteró de su muerte y fue a rendirle un tributo final. Eso me hizo pensar que sin duda la abuela había sabido orientar a muchas personas…
En una parte de la iniciativa los amigos de @family-friends nos dejan una pregunta difícil: ¿Dejarías a tus abuelos en un asilo para ancianos? Si lo harías, cuéntanos ¿Por qué?
Creo que los tiempos van cambiando para mal de las personas mayores, las familias se hacen más pequeñas, y los hijos y nietos se dispersan por el mundo. En consecuencia hay menos personas con posibilidad de atender a los ancianos. Ante esa situación es inevitable que muchos terminen sus días en un ancianato. Lo ideal es que por lo menos ese sitio contara con las mejores condiciones para hacerles la vida más cómoda, aunque sabemos que en la mayoría de los casos no es así.
En países como el mío los ancianos son poco apreciados por la sociedad y el Estado, por eso no se crean centros adecuados para atenderlos como se merecen, con humanidad y dignidad. Hay que sensibilizar mucho sobre este tema. Todos deberíamos pensar que la juventud no es eterna.
Gracias por tu tiempo.
Greetings. Friends of @famlily-friends have joined the gestures of solidarity with the "Asilo de Ancianos de Santo Domingo", here in Venezuela. For this they have called this initiative where they invite us to remember our grandparents. Let me tell you...
I only knew two grandparents. The maternal grandmother died in childbirth when my mother was very young. Of grandfather Eusebio, my mother's father, I have few memories, I saw him very few times. We lived in distant cities and only visited him during the vacations. In my memory there are a few images of him, dressed in a kind of liqui liqui and a wide-brimmed hat. He was a very reserved man, discreet and patient. He had a gruff voice much like Marlon Brando's in the movie "The Godfather".
I am not sure if we ever went for a walk together around his house or to the small farm he owned. Although I don't think so, because if so, I would have some images of those moments.
The one I have more memories of was my paternal grandmother. Her whole existence was surrounded by mysteries. She was a woman who carried the stigma of shame for having had children in irregular unions.
I was never able to know her history with the fathers of her children. Of the first, the one who would be my grandfather, I once heard that he was a powerful man from the Andean lands. In those times it was common for these lords to sow their offspring in different women, and apparently my grandmother was one of them. I know that he had his wife and his children, and my grandmother was a kind of darling with whom he had three children, the eldest was my father.
Then grandmother had two more children, by another man who, like the first one, was part of her world of mysteries. Of the latter I have no reference, I don't even know where they met, if they lived together, or anything. For me he was a kind of ghost.
At some point in her life the grandmother decided to come from the Andes to Caracas. There she led a hard life with her five children. I never knew anything about that first period of her arrival in the capital, in the house they didn't talk about those things, it was as if everyone had agreed to let the past go quietly.
Until I was a teenager I had no curiosity whatsoever to know those stories. And when as a man I wanted to know a little more about the history of my family, many of the protagonists were not in a position, or did not want to remember. My father, with whom I tried to talk more about it, had many different versions, which still left me with the same doubts.
There was a time when things improved for grandma, they managed to get a house from the Banco Obrero in the West of Caracas, by that time she had become a dressmaker and with that job she was able to raise her children.
In my early childhood we all lived together in that grandmother's house, my parents, my uncles and uncles and their children; it was a huge family group and I remember it as a happy time where I played all day long with my cousins.
As I got older I realized that there was also a great mystery with grandma's job. She had the gift of clairvoyance, and apparently her predictions were very accurate, her clientele kept growing and I never knew of anyone who was upset for having told her something wrong.
That work was done clandestinely. We were told a thousand times that grandma's job was sewing, that if anyone asked us what grandma did, we should tell them that she was a seamstress.
But grandma's activity was undeniable, in her best times she would start receiving people from the early hours of the morning until the late hours of the night. She would only take a short break when she felt like going to the bathroom or during lunchtime. Those eighteen-hour days invariably lasted from Monday to Saturday. Sunday was the only day my grandmother rested.
The strongest image I have of my grandmother is of her sitting in front of a candle and a glass of water talking to her customers. I also remember that she was loving, gentle, liked to laugh a lot and loved to eat candy and ice cream. I imagine that at some point we would go out together and she would carry me in her arms, but those images were lost in the twists and turns of my memory.
As time went by, grandma became blind and as a result of that she had a fall that left her bedridden for many years until the end of her days. For that reason she gave up her work as a fortune teller and not so many people visited her anymore. However, at the moment of her death, hundreds of people came from all over the country to her wake. That was impressive, especially considering that those were not the days of internet or cellular telephony. The fact is that people heard about his death and went to pay him a final tribute.
That made me think that without a doubt grandma had been able to guide many people...
In one part of the initiative the folks at @family-friends leave us with a tough question: would you leave your grandparents in a nursing home? If you would, tell us why?
I think times are changing for the worse for the elderly, families are getting smaller, and children and grandchildren are scattered around the world. As a result, there are fewer people with the possibility of caring for the elderly. Given this situation, it is inevitable that many elderly people end their days in an old people's home. Ideally, at least that place should have the best conditions to make life comfortable for people.
In countries like mine, the elderly are undervalued by society and the State, that is why adequate centers are not created to take care of them as they deserve, with humanity and dignity. We need to raise awareness of this issue. We should all think that youth is not eternal.
Thank you for your time.
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Hola @irvinc gusto en verte por aquí. Mi abuela materna también era de esas señoras misteriosas, al leer esta historia veo que tiene mucho en común, aunque en su caso, solo tuvo dos hijos, mi padre y mi tío aunque también el misterio era palpable y hasta el día de hoy quedan algunas incógnitas. También fue una luchadora, la verdad es que parece que es una historia que quizás es mas común de lo que yo pensaba.
Gracias nuevamente en participar
Un gran saludo
Lo de los padres ausentes sigue siendo una realidad. Lo que si creo que es distinto es que ya no causa tanto trauma como antes. En los tiempos de la abuela era una especie de estigma o por lo menos eso fue lo que yo percibí con ella. Muchas gracias por pasar y comentar. Que estés bien estimado @joheredia21. Un fuerte abrazo desde Maracay.
La verdad es que la historia de los abuelos pueden ser misteriosas, cuando pienso en esos términos me ubico en nuestras nietas que nos han conocido tan poco por las distancias espaciales y conocerán de nosotros solo versiones de nuestros hijos. Este es un pensamiento triste que a veces aflora. 🙂
La historia de tu abuela pitonisa siempre ha llamado mi atención y para ti es un buen recuerdo, me alegro mucho, yo aunque conocí a mis cuatro abuelas de los mejores recuerdos tengo es la de mi abuela paterna. Saludos cariñosos. 😊
Eso que dices de las nietas también lo pienso mucho. Hablarán de nosotros como los abuelos que veían por Whatsapp. Pero bueno, es lo que hay. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @damarysvibra. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Interesante historia familiar, muy parecida a la mía en varios detalles, por eso me identifique de inmediato contigo ¡Saludos amigo @irvinc desde mi rinconcito!
En las familias venezolanas hay más cosas comunes de las que uno se puede imaginar. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @brujita18. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Estas abuelas de antes por lo general guardaban algún secreto o misterio, eso las hacia mas interesantes, y es que a final de cuentas, creo que cada quien siempre guarda un secreto para si o que pocas personas saben, que grata debe haber sido tener una conversación con tu abuela, por lo que leí fue una persona sabia, aunque haya tenido sus desatinos, pero sin duda alguna, una mujer luchadora y trabajadora que supo sacar adelante a sus 5 hijos, eso es lo que enaltece sin duda alguna a una gran madre. Saludos y gracias por tu gran aporte.
Sí, era una persona muy especial. Cuando estuvo en cama traté de que me comentara más de aquellos tiempos cuando llegó a Caracas pero no le interesaba recordar esos momentos. Nunca pude saber nada. Muchas gracias por la visita y el comentario. Que estés bien @hivedamor. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Que interesante la historia de tu abuela, antes muchas cosas no se ventilaban con los niños dejando esa estela de misterios, también entiendo el asunto de los señores poderosos de principios de siglo que dejaban mucha descendencia sin importar mucho la crianza, pues ese era un asunto de las madres, la verdad que esto que comentas es muy importante para preservar la memoria de como eran esos tiempos, y si acá no son muy considerados los ancianos, pero hay casos en los que son necesarios
Hago estos escritos pensando en dejar algún testimonio de la historia que he conocido. Para muchos de las nuevas generaciones todo esto es desconocido. En algunas familias, como la mía, abundan ese tipo de secretos. Muchas gracias por pasar y comentar estimado @joseantpp. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Hola que bueno que por lo menos viviste con tu abuela, yo no conocì a mis abuelos solo una señora que vivìa con un tío de mi mamà, que la recibió en su casa cuando ella quedó huerfana de madre y de su abuela, para mí ese fue mi abuela y ella nos quería como unas nietas. Saludos
Conocí muchas situaciones como la tuya en las que otras personas cumplían el papel de abuelos. Pienso que ahora es má difícil que se den esas situaciones. Con la abuela viví algunos años, pero ella prácticamente lo único que hacía era trabajar. Mis tíos ya eran adultos y ella los seguía manteniendo, se acostumbraron a eso. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @theresa16. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Esa historia de tu abuela es fascinante, yo creo que con mi curiosidad me hubiese escondido en algún sitio para mirar de cerca lo que hacía jajaja.
Pero al final de cuentas aunque todo fue a escondidas por el momento en que ocurrió y por la sociedad sin duda alguna tuvo un gran impacto en cada una de las personas que trató porque de otro modo no hubiese ocurrido lo que sucedió en su funeral.
Yo pude conocer a todos mis abuelos pero lamentablemente a mis abuelos paternos los disfruté muy poco. Mi mamá y mi papá se casaron cuando él ya pasaba los 40 así que mus abuelitos eran bastante mayores y tengo escasos recuerdos de ellos. Pero del lado materno es otra historia que ya dejaré por aquí!
Un abrazo amigo Irvinc
Para nosotros era incómoda la situación, porque la gente nos acosaba preguntándonos qué hacía la abuela, y para despistar nos mudábamos con mucha frecuencia. Donde la abuela llegaron gentes muy poderosas, políticos, artistas y empresarios. Yo sí creo que lo de ella era algo más que charlatanería, seguro que sí tenía el don de ver el porvenir. Muchas gracias por pasar y comentar mi querida @rlathulerie. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
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