¡Buen trabajo! Es admirable que, sin ser profesional de la construcción, te manejes tan bien en esta área. Tu experiencia demuestra que, cuando se trabaja en familia con un propósito especial como enseñar a través del ejemplo, la satisfacción es mucho mayor.
Como padre, enseñar haciendo es un estilo que deja una huella profunda, más que cualquier otra forma de enseñanza. Además, todos aportan amor a su hogar, a ese espacio físico que construyen juntos. Ese hogar, su casa, su nido, se convierte en un proyecto familiar que fortalece los lazos.
Te felicito por todo lo que estás logrando como familia y como padre. Tu habilidad con la amoladora es admirable, aunque reconozco que es una herramienta muy útil pero peligrosa. Yo manejo algunas herramientas, aprendí de mi papá, pero siempre le he tenido mucho respeto a la amoladora. Me manejo mejor con el taladro (o agujereadora, como le dicen en Argentina) y los cortadores de madera. Me gusta mucho arreglar la casa, creo que en otra vida debi ser arquitecta.
Espero que puedas terminar todos los proyectos que tienes en mente, no solo para que la casa esté más linda, sino para que ustedes como familia puedan decir que lo han logrado y que es un proyecto que han hecho en colectivo.
¡Waw! Qué bonito comentario, amiga. Realmente, intentamos construir día a día, ya que no todo es color de rosa y debemos siempre estar pendiente de regar la plantita del amor familiar. Mi hija mayor, ya se fue de la casa y no vamos a negar, de que lo extrañamos mucho, pero somos consciente que los hijos no nos pertenecen y deben volar. Es por eso, que con los que nos quedan intentamos disfrutarlo al máximo.
Gracias, por pasar.
Feliz día.