Feliz vida en total armonía con el Universo.
Dicen que de acuerdo a como tienes ordenada tu casa, tienes tus emociones y tu vida. Esto justifica que la mía sea un tanto caótica. Por eso este reto me viene como anillo al dedo. Mi dulce hogar tiende a estar patas arriba. El ordenar no esta en mis prioridades. Para mi esta actividad es literalmente un reto, más cuando esta semana ha sido complicada. Estoy finalizando el semestre en la universidad y por supuesto tengo mil tareas por entregar. Aunque lo estoy haciendo tarde, igualmente quiero cumplirlo y compartir esta experiencia con ustedes.
Les cuento que mi habitación es bastante pequeña, lo cual no me deja mucho margen para cambiar de posición los muebles, por eso me concentré en organizar mi closet. Antes de comenzar aproveché para colocar sábanas limpias, no sé si a ustedes les pasa, pero para mi, dormir con sábanas recién cambiadas me produce una sensación muy placentera. Bueno, volviendo al proceso de organización, procedí a sacar del closet toda la ropa para poderla clasificar y empezar a tomar decisiones.
La ropa me gusta tenerla al menos en su lugar, por eso cada cierto tiempo me ocupo de doblarla correctamente, porque es normal que en el día a día la desorganice. Los zapatos es otro tema, eso si necesitaba atención urgente. Tengo más de 10 pares bastante golpeados por mis pies. No actos para el uso en pies humanos. Cuatro pares, son sandalias de tacón alto, de fiesta. Bastante deterioradas, más por el tiempo guardadas que por los pasos de baile dados con ellas.Solo uso los deportivos. Aunque amo los tacones, en mi rutina, necesito comodidad y como dice la canción de Pedro Navaja, zapatillas por si hay problema salir volao.
Para poder clasificar lo que iba a dejar, lo que iba a donar y lo que iba a descartar, coloqué toda la ropa sobre la cama, siempre bajo la supervisión de uno de mis gatos, Benito. ¿Quién mejor que él, podría saber cual ropa merece estar repleta de sus pelos? Traté de mantener el mismo relativo orden que tengo en el closet, es decir, por separado, la ropa de estar en casa, las pijamas, las blusas y franelas, además de los pantalones y otras prendas que van colgadas en ganchos, ah y la ropa interior que van en cuatro cestas plásticas. Aquí es donde empieza lo bueno. Como le comenté a @doriangel una tiende a colocar sus emociones en la ropa y por supuesto esa es la excusa perfecta para no descartarla.
Por ejemplo, yo conservo la parte superior de una pijama que tengo desde los quince años, treinta y seis años atrás. No está guardada allí en un rincón almacenando polvo, sino que si la uso. Poco, pero la uso. Especialmente cuando el clima es menos caluroso. Como se dice en Venezuela, está “sanita”, es decir, en buen estado, utilizable. En realidad creo que la mantengo más por afecto que por otra cosa. Me hace recordar a mi mamá, que la compró para una cirugía de la vista que me hicieron en esa época.
Otra prenda a la que le tengo especial cariño, es una bata de dormir que ella, siendo costurera me hizo. De hecho conservo dos. Una de flores amarillas y una de flores azules y rosadas. Con la tela estampada en azul y rosado, mi mamá confeccionó una bata para ella y otra para mí. Por eso su valor incalculable. Esa pijama la usé por mucho tiempo, y a pesar de que ya no me la pongo, tampoco la voy a donar. Aquí se queda.
Por otra parte, yo cual viejita, ya empiezo a guardar ropa, creándole subcategorías emocionales. Que si en su momento me gustaba mucho o me quedaba bien (aunque tengan zendos huecos). El otro motivo, es dejarla para cuando haga una limpieza profunda, haga jardinería o pinte una pared. Yo misma me digo: “eso todavía esta bueno lo puedo usar cuando vaya a pintar”. O sea nunca. Podría decir que con los años he ido asumiendo la costumbre de sacarle “la chicha” (el máximo provecho) a mi ropa.
Cuando un jean esta demasiado desgastado, decolorado o roto, como para salir a la calle, entonces procedo a cortale las piernas y así pasa a ser un short para usar en casa. Una vez que ya es imposible de usar, lo transformo en una mopa, un tapete de entrada al patio o un paño para la limpieza. De hecho tengo varios pañitos que he hecho con mis franelas viejas de algodón.
Así mismo, aunque mi yo de hace veinticinco años, compraba muchísima ropa y zapatos, de los cuales pronto me aburría, ya tenía la costumbre de donar entre mis familiares y amigos, lo que no iba a usar. Hoy en día incluso soy más conciente y responsable con el medio ambiente, de modo tal que al reutilizar, pongo mi granito de arena para su protección, considerando además que una de las industrias más contaminantes es la textil.
Regresando a la actividad, llegó la hora de decidir que piezas de vestir debería donar. Entonces separé algunas prendas. Una de ellas es una minifalda de jean. Esa si está en muy buenas condiciones, casi nueva, la cual tiene más de diez años esperando que yo adelgace para poderla usar. Y así tengo también un vestido.Lo que me parece genial es que muy capaz y si adelgazo, pero justo cuando ya sea inapropiado usarla, por mi edad. Mejor es que se vaya antes de que se me ocurra ponérmela. Con respecto a los zapatos, como les mencioné, realmente están bastante maltratados como para ser donados. Solo procedía a descarte las sandalias de tacón alto. Estoy dejando a la mano otros pares que puedo usar, unos botines y unos cerraditos. Por cierto mi gato Vaquita, me ayudo con esta selección.
Una vez elegido lo que se quedaba, lo que se donaba y lo que se descartaba, agregue en esta última categoría, unos cuantos envases vacíos que ni yo misma entiendo para que los tenía ahí. Posteriormente doble y coloqué en su lugar las prendas de vestir. Les confieso que me encanta ver la ropa dobladita bonito como si fuera una tienda. Aunque ese orden vaya a durar poco. Finalizada la tarea, bastante tarde por cierto, comencé a redactar esta publicación, pero el cansancio me ganó y así me fui a soñar bonito entre sábanas suaves y rodeada por ropa ordenada de acuerdo a su utilidad y estampada con preciados recuerdos.
Gracias por leerme y espero encontrarlos de nuevo por aquï
Happy life in total harmony with the Universe.
They say that depending on how you have your house organized, you have your emotions and your life, this justifies why mine is a bit chaotic. That's why this challenge fits me like a glove. My sweet home tends to be upside down. Ordering is not in my priorities. For me this activity is literally a challenge, especially when this week has been complicated. I'm finishing the semester at the university and of course I have a thousand assignments to hand in. Although I am doing it late, I still want to fulfill it and share this experience with you.
I tell you that my bedroom is quite small, which doesn't leave me much room to rearrange the furnitures, so I focused on organizing my closet. Before starting I took the opportunity to place clean sheets, I don't know if this happens to you, but for me, sleeping with freshly changed sheets gives me a very pleasant feeling. Well, returning to the organization process, I proceeded to take all the clothes out of the closet so I could classify them and start making decisions.
I like to have my clothes at least in their place, so from time to time I take care of folding them correctly, because it is normal for me to disorganize them on a day-to-day basis. The shoes are another issue, they needed urgent attention. I have over 10 pairs pretty beat up by my feet. Not intended for use on human feet. Four pairs are high-heeled party sandals. Quite deteriorated, more because of the time they have been stored than because of the dance steps taken with them. I only use the sports ones. Although I love heels, in my routine, I need comfort and as the Pedro Navaja song says, sneakers in case there is a problem, I need to fly out.
In order to classify what I was going to leave, what I was going to donate and what I was going to discard, I placed all the clothes on the bed, always under the supervision of one of my cats, Benito. Who better than him, could know which clothes deserve to be covered in his hair? I tried to maintain the same relative order that I have in the closet, that is, separately, the clothes to be at home, the pajamas, the blouses and t-shirts, in addition to the pants and other clothes that are hung on hooks, oh and the underwear that goes in four plastic baskets. This is where the good stuff begins. As I told @doriangel one tends to place one's emotions in the clothes and of course that is the perfect excuse not to discard them.
For example, I keep the top of a pajama that I have had since I was fifteen, thirty-six years ago. It is not stored there in a corner collecting dust, but I do use it. Not much, but I use it. Especially when the weather is less hot. As they say in Venezuela, it is “sanita” (healthy) meaning in good condition and usable. I actually think I keep it more out of affection than anything else. It reminds me of my mom, who bought it for an eye surgery I had at that time.
Another item of clothing that I am especially fond of is a nightgown that she, being a seamstress, made for me. In fact, I still have two. One with yellow flowers and one with blue and pink flowers. With the fabric printed in blue and pink, my mom made a nightgown for herself and another for me. That is why it is priceless. I used those pajamas for a long time, and even though I no longer wear them, I am not going to donate them either. Here they stay.
On the other hand, like an old lady, I am already starting to save clothes, creating emotional subcategories. Whether I liked them a lot at the time or they fit me well (even if they have gaps in them). The other reason is to save it for when I do a deep cleaning, do some gardening, or paint a wall. I tell myself, “That’s still good, I can wear it when I go painting.” I mean, never. I could say that over the years I’ve gotten into the habit of (sacarle la chicha) getting the most out of my clothes.
When a pair of jeans is too worn, discolored, or torn to go outside, I cut off the legs and turn it into shorts to wear around the house. Once it’s no longer wearable, I turn it into a mop, a doormat, or a cleaning cloth. In fact, I have several cloths that I’ve made from my old cotton T-shirts.
Likewise, although my twenty-five-year-old self used to buy a lot of clothes and shoes, which I soon got bored of, I already had the habit of donating what I wasn't going to use to my family and friends. Today I am even more conscious and responsible with the environment, so that by reusing, I do my bit for its protection, considering also that one of the most polluting industries is the textile industry.
Returning to the activity, it was time to decide which pieces of clothing I should donate. So I set aside some clothes. One of them is a jean miniskirt. This one is in very good condition, almost new, which has been waiting for me to lose weight for more than ten years so I can wear it. And so I also have a dress. What I think is great is that I am very capable and if I lose weight, but just when it is inappropriate to wear it, because of my age. It is better that it goes away before I think of wearing it. Regarding the shoes, as I mentioned, they are really too worn out to be donated. I was only going to discard the high-heeled sandals. I am leaving other pairs on hand that I can use, some ankle boots and some closed-toe ones. By the way, my cat Vaquita helped me with this selection.
Once I had chosen what was to stay, what was to be donated and what was to be discarded, I added to this last category a few empty containers that I myself don't understand why I have them there. Then I folded and put the clothes in their place. I confess that I love to see clothes folded nicely as if it were a store. Although that order will not last long. After finishing the task, quite late by the way, I began to write this post, but tiredness won me over and so I went to dream nicely between soft sheets and surrounded by clothes arranged according to their use and printed with precious memories.
Thank you for reading me and I hope to see you again here
Contenido de mi propiedad
Fotos de mi propiedad, editadas en Canva
Banners editados en Canva
Traduccion usando google translate
Content of my property.
Photos of my property, edited in Canva.
Banners edited in Canva.
Translation using Google translate.
Uno suele hacer esas cosas de convertir la ropa deteriorada en pañitos, pero en algún lugar leí que no es lo recomendable, pues lo roto es símbolo de miseria y si lo usas para limpiar, lo que haces es esparcir miseria en donde lo pases. Por eso dejé de hacer esas cosas.
Y lo del apego con la ropa me pasa igual, piezas que me ha hecho mi mamá a mi o a mis hijos, las conservo, algunas en buen estado, otras ya desteñidas, pero no salen de casa.
Hola @mamaemigrante, si es cierto lo que dices yo también he escuchado eso antes, que lo roto energeticamente no es bueno para la prosperidad. Lo tendré más en cuenta. Gracias, linda noche
Qué post tan lindo amiga, me encantó la estructura y la forma ta bonita como nos cuentas todo el proceso.
Es verdad que tenemos ropa que nos traslada a momentos especiales y que por nada del mundo saldríamos de ella.
Me alegra mucho que el reto te haya ayudado a poner manos a la obra y asumir esta tarea de organizar la ropa y sacar lo que ya no usan.
Gracias @rlathulerie por tus lindo comentario. Totalmente nuestra ropa nos acompaña en todos nuestros momentos especiales. Si la verdad que necesitaba este ejercicio para comenzar a ordenar, necesitaba un poco de presión. Que tengas linda noche.
Congratulations @totallyali! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)
Your next target is to reach 50 upvotes.
Your next target is to reach 50 comments.
You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOPContáctenos para saber más del proyecto a nuestro servidor de Discord.
Si deseas delegar HP al proyecto: Delegue 5 HP - Delegue 10 HP - Delegue 20 HP - Delegue 30 HP - Delegue 50 HP - Delegue 100 HP.