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Después de un tiempo alejado de las barras, finalmente pude volver a entrenar freestyle. La emoción era inmensa, pero también la incertidumbre. Una desafortunada caída durante mi última sesión, el 30 de diciembre, me había dejado con un esguince en el tobillo izquierdo. El doble 360 fue el culpable de esta lesión, obligándome a tomar un descanso forzoso.
La verdad es que la inactividad me estaba consumiendo. La adrenalina de los trucos y la sensación de libertad que me proporcionaba el freestyle eran algo que extrañaba profundamente. Así que, a pesar del dolor residual, decidí volver a intentarlo. Con cuidado y precaución, me limité a practicar los movimientos básicos que ya dominaba, como swings y combinaciones sencillas.
Fue un regreso gradual y consciente. Cada movimiento era una pequeña victoria. A pesar de las limitaciones físicas, disfrutar de nuevo del entrenamiento fue una experiencia revitalizante. La calistenia, y en particular el freestyle, es mucho más que un simple ejercicio físico para mí; es una forma de expresión y una pasión que me conecta con mi cuerpo y mi mente.
Aunque la recuperación completa aún llevará tiempo, estoy agradecido por poder volver a sentir la energía de las barras. Cada entrenamiento es un paso más hacia la recuperación total y hacia la superación de nuevos desafíos en el mundo del freestyle.
After a while away from the bars, I was finally able to train freestyle again. The emotion was immense, but also the uncertainty. An unfortunate fall during my last session, on December 30, had left me with a sprained left ankle. The double 360 was the culprit of this injury, forcing me to take a forced break.
The truth is that inactivity was consuming me. The adrenaline of the tricks and the feeling of freedom that freestyle gave me were something I deeply missed. So, despite the residual pain, I decided to try again. With care and caution, I limited myself to practising the basic movements that I already mastered, such as swings and simple combinations.
It was a gradual and conscious return. Every move was a small victory. Despite the physical limitations, enjoying training again was a revitalising experience. Calisthenics, and in particular freestyle, is much more than a simple physical exercise for me; it is a form of expression and a passion that connects me with my body and my mind.
Although full recovery will still take time, I am grateful to be able to feel the energy of the bars again. Each training is one more step towards total recovery and towards overcoming new challenges in the world of freestyle.
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