Lamento decir que no leí mucho esta semana. Me sentí un poquito abrumado por la situación económica. A nadie le gusta quedarse sin dinero y mucho menos sin la posibilidad de comprar cosas necesarias. No hablo de regalos ni de estrenos, sino de cosas útiles para estar medianamente bien. A pesar de eso, tener una buena actitud me ha ayudado a sobrellevar la situación, y sentirme agradecido también ha colaborado a que mis pensamientos no se desborden, porque al fin y al cabo, tengo buena salud, tengo lo necesario y también estoy rodeado de buena compañía.
A pesar de que no leí mucho esta semana, quiero aprovechar el espacio para hacer una pequeña lista (sí, porque estas son las fechas de las listas) de los libros que leí y de los que me gustaron.
Fuente
Comienzo por la saga de ciencia ficción más importante para muchos: Fundación, de Isaac Asimov. En esta saga se reflejan los problemas de la humanidad, pero también te atrapa y no puedes dejar de pensar en una humanidad superavanzada que se va desintegrando para darle paso a otra hasta tal punto de que esta misma colapse. Estoy hablando de una saga que ronda los 10 libros.
Un libro que me encantó mucho y me dejó con un buen sabor de boca fue La librería encantanda, de Cristopher Morley, un libro lleno de humor así como de misterio. Se trata de un librero que se ve envuelto en enredos relacionados con la I guerra mundial.
Lo que sabe la señorita Kim y otras historias, de la escritora surcoreana Cho-Wam-Joo es un libro de relatos cuyas historias giran en torno a mujeres, cada una con conflictos diferentes que van desde atender a un familiar enfermo hasta lo que uno podría llamar el amor en los tiempos de pandemia. Relatos profundos que te dejan pensando en la vida misma.
Un libro que me agradó mucho leer y fue refrescante para mí es La sonrisa de Caterina, del escritor italiano Carlos Vecce. Este libro nos invita a un viaje por el mediterráneo siguiendo los pasos de quien, en este libro de ficción, sería la madre del mismísimo Leonardo Da Vinci.
No quiero dejar pasar por alto el libro que más me gustó, el que me hizo recobrar la esperanza en la literatura, en los libros, en el hermoso acto de leer y de ver el mundo desde otras perspectivas: El infinito en un junco, de Irene Vallejo. Es un hermoso viaje a la historia del libro, de su supervivencia y reinvención a lo largo del tiempo, y podría decir que es un hermoso canto al libro, a la lectura y a la literatura.
Y no quiero dejar de pasar por alto un libro peculiar y también hermoso que leí en Julio, cuando más agotado estaba del trabajo, de la rutina y hasta de la vida misma: Las deliciosas historias de la taberna Kamogawa del escritor japonés Kashiwai Hisashi. La historia va de un restaurante un poco peculiar porque su dueño es un detective culinario, con la capacidad de recrear cualquier plato que despertara recuerdos. Las historias que se cuentan son divertidas y conmovedoras.
Estos son solo algunos de los libros que leí este año, y me he dado cuenta de que, en realidad he leído más de lo que había pensado, pues en mi registro de lectura tengo a Javier Marías, con la saga de Tu rostro mañana, y justo voy en su último libro: * Veneno y sombra y adiós*. Leí varias novelas de Julio Cortázar: Divertimento, El examen, El diario de Andrés Fava; leí Leyendas de Guatemala, de Miguel Ángel Asturias; Aves sin nido, de Clorinda Matos de Turner, novela que tenía pendiente desde la universidad; releí los libros de cuentos de García Márquez y su última novela. Otras novelas que mencionaré: Algo temporal, Alguien bajo los párpados, Nada más ilusorio, y Temas de conversación, novela a la que le hice una reseña por acá.
En realidad, leí más de lo esperado, con lecturas agradables y otras no tanto, pero todo con el mismo objetivo: volver a sentir el placer de leer, algo que no había sentido por mucho tiempo.
Puedo decir que me siento orgulloso, porque preparando este post, haciendo este recuento, pude recordar las sensaciones que me transmitieron todas las lecturas, me hicieron recordar momentos que viví y eso, para mí, resulta ser emocionante porque me ayuda a recobrar ese amor que estaba escondido entre tanta teoría, por los libros y la lectura.
Así, que puedo sentirme orgulloso de cada uno de los libros que leí, y espero seguir descubriendo el placer de la lectura, y espero que ustedes también.
P.S: Estoy pasando por alto otro libro que también me dejó bastante impresionado, y que para mí era desconocido: Cuando canta el Búho, de Janet Frame.
English Version
I'm sorry to say that I didn't read much this week. I felt a little bit overwhelmed by the economic situation. No one likes to run out of money, much less without the possibility of buying necessary things. I'm not talking about gifts or new releases, but useful things to be moderately well off. In spite of that, having a good attitude has helped me to cope with the situation, and feeling grateful has also helped to keep my thoughts from overflowing, because at the end of the day, I am in good health, I have what I need and I am also surrounded by good company.
Even though I didn't read much this week, I want to take this space to make a little list (yes, because these are the list days) of the books I read and the ones I liked.
Source
I start with the most important science fiction saga for many: Foundation, by Isaac Asimov. In this saga the problems of humanity are reflected, but it also grabs you and you can't stop thinking about a super-advanced humanity that is disintegrating to give way to another to the point that this same one collapses. I'm talking about a saga that is around 10 books.
A book that I really loved and left me with a good taste in my mouth was The Enchanted Bookshop, by Christopher Morley, a book full of humor as well as mystery. It is about a bookseller who gets involved in entanglements related to WWI.
What Miss Kim Knows and Other Stories, by South Korean writer Cho-Wam-Joo is a book of short stories whose themes revolve around women, each with different conflicts ranging from caring for a sick family member to what one might call love in the time of pandemic. Deep stories that leave you thinking about life itself.
A book that I enjoyed reading and was refreshing for me is Caterina's Smile, by the Italian writer Carlos Vecce. This book invites us on a journey through the Mediterranean following in the footsteps of the one who, in this fictional book, would be the mother of Leonardo Da Vinci himself.
I don't want to overlook the book I liked the most, the one that made me regain hope in literature, in books, in the beautiful act of reading and seeing the world from other perspectives: El infinito en un junco, by Irene Vallejo. It is a beautiful journey into the history of the book, of its survival and reinvention over time, and I could say that it is a beautiful hymn to the book, to reading and to literature.
And I don't want to overlook a peculiar and also beautiful book that I read in July, when I was most exhausted from work, routine and even life itself: The Delicious Stories of the Kamogawa Tavern by Japanese writer Kashiwai Hisashi. The story is about a restaurant that is a bit peculiar because its owner is a culinary detective, with the ability to recreate any dish that awakens memories. The stories told are funny and touching.
These are just some of the books I read this year, and I've realized that I've actually read more than I had thought, because in my reading log I have Javier Marías, with the saga of Tu rostro mañana, and I'm just on his last book: Veneno y sombra y adiós. I read several novels by Julio Cortázar: Divertimento, El examen, El diario de Andrés Fava; I read Leyendas de Guatemala, by Miguel Ángel Asturias; Aves sin nido, by Clorinda Matos de Turner, a novel I had pending since college; I reread the books of short stories by García Márquez and his last novel. Other novels I will mention: Something Temporary, Someone Under the Eyelids, Nothing More Illusory, and Topics of Conversation, novel to which I did a review over here.
Actually, I read more than expected, with some pleasant and some not so pleasant, but all with the same goal: to feel again the pleasure of reading, something I hadn't felt for a long time.
I can say that I feel proud, because preparing this post, making this recount, I could remember the sensations that all the readings transmitted to me, they made me remember moments that I lived and that, for me, turns out to be exciting because it helps me to recover that love that was hidden among so much theory, for books and reading.
So, I can feel proud of each of the books I read, and I hope to continue discovering the pleasure of reading, and I hope you do too.
P.S: I'm passing over another book that also left quite an impression on me, and was unknown to me: When the Owl Sings, by Janet Frame.
Este año tampoco leí mucho. Pude retomar y terminar "El Criadero", de Gustavo Abrevaya y luego devoré literalmente la novela "Nosotros en la Luna" de Alice Kellen. Ambos libros de temáticas bien lejanas, pero los disfruté mucho. Uno de misterio y terror y el otro de puro amor, mucho más porque es bastante parecido a mi última historia romántica personal. Gracias por compartir tus lecturas. Sin duda alguna son de muy buen gusto. Felicidades y feliz año nuevo.
¡Excelente, amigo @edujo! Una buena jornada de lectura ha tenido en este año, con atractivos libros. ¡Felicitaciones! Que tenga un feliz Año Nuevo. Saludos.
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