La 94ª entrega de los Premios Oscar, nos regaló un sinfín de cringe, alegrías, tristezas, memes y ¿Por qué no?, lecciones de vida.
Si no has estado viviendo debajo de una piedra, seguro ya te enteraste de la tremenda bofetada que le proporciono el actor Will Smith al comediante Chris Rock como reacción a una broma pesada a Jada Pinkett Smith (esposa de Will).
Mi intención no es juzgar la reacción de Will, ni el chiste de Chris, ni la alopecia de Jada, sino ahondar en las profundidades del inconsciente. Aparte de lo que ya sabemos, debemos cuestionarnos ¿Qué hizo que un tipo tan simpático como Will perdiera los papeles? ¿Reaccionara de forma tan inusual? ¿Se volviera otra persona? ¿Me puede suceder a mí?.
Imagen perteneciente @albabos
Cuando los seres humanos nos vemos en situaciones como la que vivió nuestro querido Will Smith durante los Oscar, situaciones donde nos sentimos amenazados (ya sea una amenaza física o mental), o situaciones donde experimentamos un trauma que nos haga sentir mucho dolor, nuestro sabio organismo activará de forma inconsciente nuestros mecanismos de defensa del Yo.
¿Y que son los Mecanismos de Defensa?
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Básicamente, nuestro cerebro tiene una forma automática e inconsciente de reaccionar para protegernos de situaciones que él considere de peligro (sí, nuestro cerebro se maneja solo si no lo controlamos). Así que los mecanismos de defensa son herramientas que nuestro cerebro trae de fábrica y que nos ayudan a sobrevivir y a lidiar con situaciones incómodas o de peligro, y que por nuestra cuenta no podríamos.
Existen diferentes tipos de mecanismos de defensa, los buenos conocidos como los mecanismos maduros y los no tan buenos conocidos como los mecanismos neuróticos, narcisistas e inmaduros, pero volviendo a Will…
Entonces, ¿Qué mecanismo de defensa disparo la sobre reacción de Will durante la premiación?
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El mecanismo inmaduro que Will activo inconscientemente fue el conocido como Regresión. Para Freud, la regresión es el retroceso del YO a un estadio anterior del desarrollo, como forma de afrontar sucesos incomodos, traumas, etc..
La regresión emocional sucede cuando tenemos una herida emocional que no se sano durante las etapas de la infancia o la adolescencia creando un “trauma”, por ejemplo: Que de adolescente se burlaran de tu cabello o de tu apariencia.
Ya siendo un adulto, sino llegaste a sanar esa herida puede ocurrir un detonante que te lleva de vuelta a revivir esa época, reviviendo así la herida y la forma en la que reaccionamos.
Llegamos a comportamos como en etapas anteriores de la vida, dejamos de ser el adulto civilizado y reaccionamos como niños o adolescentes, activando nuestra parte primitiva y agresiva, si de adolescente arreglabas las cosas a puños o armando berrinches, lo repetirás en la actualidad siendo un adulto, es decir, el niño se apoderará de tu cuerpo, a pesar de que tu parte consciente sepa que no es la mejor manera.
Es importante recordar que todo ese proceso se activa de forma totalmente inconsciente, es decir, de forma involuntaria, es algo que no podemos controlar a menos que hayamos hecho mucho trabajo de terapia y autoanálisis.
Es por eso por lo que podemos ver a Will perdiendo la compostura, sobre reaccionando y dejándose llevar por las emociones, no conocemos las heridas de su infancia, pero si podemos reconocer el detonante que lo llevo a actuar así (sumado la ansiedad, estrés e historia marital), sin medir las consecuencias de sus acciones, y ese detonante esta relacionado con su apariencia y su ego en etapas anteriores, en realidad Will no estaba defendiendo a Jada por amor, se estaba defendiendo a sí mismo, a su niño interior.
Recordemos que las emociones suelen ser más rápidas que nuestros pensamientos y más si son emociones no trabajadas que guardamos desde la infancia y que se quedan en nuestro inconsciente como heridas.
Entonces, a todos nos puede pasar. Todos podemos perder la compostura en un momento de regresión emocional.
¿Hay alguna forma de evitar la regresión emocional?
Por suerte para todos, si existen algunos métodos que podemos aplicar, sin embargo, requiere de bastante trabajo de autoconocimiento, si es un caso mucho más grave debes recurrir a terapia psicológica.
Lo principal es reconocer la situación que te genera ese enojo irracional, fíjate en que características tiene esa situación y busca en tu memoria a que situación desagradable de la infancia te recuerda. Pregúntate, ¿qué necesitabas para sanar esa situación cuando eras niño? ¿Cómo tendría que haberse resuelto?
Conecta con las emociones de ese niño herido mediante una meditación y hazte responsable de esas emociones, sana esa herida y que la cicatriz que te quede sea solo el recuerdo de un aprendizaje.