Me llamo Álex Padrón (AKA Juan Alexander Padrón García) y soy un escritor cubano. Después de dedicar 15 años de mi vida a la investigación científica y a la pedagogía, decidí dar un giro radical a mi carrera.
Por ello, y siguiendo el consejo de Confucio, encontré un trabajo que me apasionaba, para no tener que trabajar más en toda mi vida. Me dediqué al oficio de escribir, pero mi nombre no te va a sonar de nada, porque soy muy conocido en mi casa a la hora de comer. Vamos, que a pesar de mis ocho libros (ojito, todos por editoriales tradicionales), los premios —que alguno tengo— y los treinta y cinco tacos dedicados al oficio de escribir, es muy poco probable que hayas oído hablar de mí.
Puede que te guste la poesía, la novela negra o la ciencia ficción. Aun así, mi nombre no va a sonarte de nada. Pero no te sientas mal por ello: la culpa es completa y totalmente mía. Ser escritor no es cuestión de fama o fortuna. Ser escritor no es moda, ni oficio al que cualquiera pueda llegar sin mucha experiencia, sacrificio o esfuerzo. Destacar es casi imposible, si diariamente Amazon publica cuarenta libros de ficción. No es necesaria la censura, porque la abundancia editorial se encarga de sepultarme en el número de volúmenes impresos anualmente.
Pero aunque no me conozca ni mi gato ni mi madre a la hora de comer, al menos, hoy me has dado la oportunidad, leyéndome, de presentarme. Si quieres saber más de mí, te invito a compartir poesías, cuentos y consejos en mi página de autor.
Después —y sólo si te gusta lo que lees—, será un verdadero placer contarte entre los que me apoyan y siguen, y si tienes a bien puedes adquirir mis libros.
También puedes visitarme en mis páginas de Facebook Álex Padrón: Escritor y Álex Padrón: Látigo y Cascabel.
De momento, hoy soy feliz porque has llegado al final de esta presentación. Parafraseando a Heródoto de Halicarnaso, si el mercado editorial está tan saturado que «sus libros cubren el sol y vuelven en noche el día», responderé como Dienekes, el soldado espartano de Leónidas: «Tanto mejor; me leerán a la sombra».