Mi Lirio Rojo

in Aliento3 years ago (edited)

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Lirio rojo de amor que con tus pétalos abiertos, haces una clara invitación al sexo; cuya fragancia se esparce por doquier, llevando un mensaje de amor y pasión. Sí, un mensaje que cautiva al hombre amante de la mujer, persona nacida para amar, y su natura le dice… Camina hacia ella, no seas cobarde. Es un mensaje único y es para ti.

Miraba emocionado a la vasta pradera que se adornaba de verde y bajo los árboles, ahí estaba el Lirio de Rojo, la dama bella que tanto amaba; que con solo verla se estremecía su cuerpo y aquella fragancia lo excitaba. Pero el caballero seguía indeciso, aún con miedo, y solo miraba; no atendía el llamado, se le acercó el viento y susurró a su oído… Ella quiere hacer el amor contigo, no pienses tanto, y no desde ahorita; lo que sucede en ti es algo inusual. Recuerda cuando ella pasa los domingos por frente a tu casa, ni siquiera la mirabas, pero su esencia te abriga, te llama, te avisa; pero tú estabas como dormido. Tal vez es perdido en ese mundo de los números, la informática y, el mercadeo; que no te impedían percibir el mensaje de amor, pasión y sexo, del Lirio Rojo; que ahora, si captó tu atención, te abrió los sentidos y aún dudas acudir a la cita con tan bella flor.

Reflexionando respecto a lo que el viento le dijo, se decidió a ir al encuentro del Lirio rojo, porque la atracción era muy fuerte y se acordó de Newton, cuando hacía referencia a la ley de Gravitación Universal:

Dos cuerpos en el espació se atraen con fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadro de la distancia que los separa.

Aunque parezca mentira, esta famosa ley de Newton, motivó mucho al caballero y con paso lento, pero seguro, avanzaba hacia la dama de rojo, cuando estuvo cerca de ella, la venda de sus ojos y la venda de su sentir se cayeron. Pudo mirar la belleza de su vecina, el brillo de sus bellos ojos y aquellos labios carnosos entre abiertos, que parecían pintados por un "Miguel Ángel" con los matices sublime de un carmesí.

La señorita de inmediato se puso en pie, y él pudo admirar un cuerpo esbelto, hermoso y proporcional, parecía salido del taller de un escultor, que talló con amor y delicadeza las formas curvilíneas de sus caderas, cintura, el busto, las posaderas y las piernas. Hasta ahí fue la obra del escultor; porque el rostro lo dibujó un querubín y lo pintó un ángel. Después de esta reflexión, se preguntó ¿Dónde estaba, qué hacía que nunca me llegué a fijar en un Lirio tan bello, viviendo al lado de su jardín? Se dieron la mano en señal de saludo y Alejandro le dijo:

Mirianky, estás bellísima. No me explico por qué no había reparado en ti ¿Dónde estabas? ¿Te escondías?.

La bella dama, al escuchar esto, simplemente sonreía; pero estaba emocionada. Nunca pensó que con tener cerca aquel hombre y percatarse que era admirada por él, la excitara tanto y entre la emoción, la sorpresa y el sentir aletear mariposas en su estómago, contesto:

Siempre, al pasar frente a tu casa, te enviaba mensajes con mi amigo el viento, y siempre estabas muy concentrado en sus libros, en sus negocios. Me vestía con lo mejor, salía al jardín en short y usted sentado en su mecedor con un libro en la mano o una revista o te veía a través de la ventana, pegado del computador.

Por favor, perdóname, soy muy despistado y también pensé que eras aún una niña; pero veo ahora que eres todo una dama bella, un Lirio rojo; cuyos pétalos quiero besar, acariciar y mordisquear, hasta llegar a la fuente que mana la esencia de tu pasión y que me hizo volver a la vida.

                                                                                                       @delcopi