Para ser sincero, comencé a saber de ti cuando te vi en el programa de los lunes en Discord, en Días Ecencyales. Al escuchar tus poemas y la forma en que los transmites con tu voz, quedé cautivado. Es un bonito sueño logrado, una bonita meta alcanzada, una historia que me hizo recordar el sueño americano. No es necesario estar en un país determinado para lograr cosas maravillosas.
Estoy muy contento y siento una dicha que no puedo explicar, aunque jamás te haya visto. Es como si un hijo o un familiar cercano hubiera recibido muchos regalos en Navidad.
Mil felicidades, Dios es bueno y te dará muchas más recompensas.
Que sigan los éxitos y la constancia.