Dios santo, hoy desperté pensando en hacer catarsis por esta misma razón, y mi consuelo, aunque siga siendo una situación igualmente angustiante, es que todos estamos expresando el mismo sentir. Lo más triste no es que piensen que somos tontos, sino que están seguros de que lo somos al creernos cada justificación absurda que nos transmiten a las distintas regiones del país. Qué navidad tan patética nos espera.
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