National sentiment: anxiety for the present, hope for the future

in Catarsis23 hours ago

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Yesterday was an anxiety-ridden day, one of those where thoughts keep flitting around in my head, and for sure today will be much more so, seeing the events unfolding. My country is at a crucial moment, and every piece of news, every conversation, seems to push me into a whirlwind of emotions that I can't quite control. January arrived with a load of hope, a hope shared by millions of people who dream of a definitive change, of a new stage that will give us back the confidence and stability we desire so much. We are waiting for change.

At noon, I attended for quite a while the rally that took place here in Bogota. There were many people full of optimism and hope, an atmosphere that was impossible not to feel. Among the crowd, I recognized one of our business clients, a young Venezuelan, who was visibly moved. His emotion and the energy of the moment were so contagious that, without realizing it, I ended up crying beside him, moved by all that was stirring in our hearts. In the afternoon, with so much news, anxiety caught up with me, I admit it. I was constantly checking the news, looking for signs that all was well. I was going from X to Instagram, from these networks to checking WhatsApp statuses uncontrollably. Also, I was overcome with fears: what if something goes wrong? What if this hope is dashed like so many times in the past? It's an internal struggle between optimism and uncertainty, between believing and fearing.

Ayer fue un día cargado de ansiedad, de esos en los que los pensamientos no dejan de revolotear en mi cabeza, y de seguro que hoy será mucho más, viendo los acontecimientos que se desarrollan. Mi país está en un momento crucial, y cada noticia, cada conversación parece empujarme a un torbellino de emociones que no logro controlar del todo. Enero llegó con una carga de esperanza, una esperanza que compartimos millones de personas que soñamos con un cambio definitivo, con una nueva etapa que nos devuelva la confianza y la estabilidad que tanto deseamos. Esperamos el cambio.

A mediodía, asistí por un buen rato a la concentración que tuvo lugar aquí en Bogotá. Había mucha gente llena de optimismo y esperanza, un ambiente que era imposible no sentir. Entre la multitud, reconocí a uno de los clientes de nuestro negocio, un joven venezolano, quien estaba visiblemente emocionado. Su emoción y la energía del momento fueron tan contagiosos que, sin darme cuenta, terminé llorando a su lado, conmovida por todo lo que se agitaba en nuestros corazones. En la tarde, con tantas noticias, la ansiedad me atrapó, lo reconozco. Estuve revisando constantemente las noticias, buscando señales de que todo iba bien. Pasaba de X a Instagram, de estas redes a revisar estados de WhatsApp sin control. También, me invadieron los miedos: ¿y si algo sale mal? ¿Y si esta esperanza se ve truncada como tantas veces en el pasado? Es una lucha interna entre el optimismo y la incertidumbre, entre creer y temer.

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I tried to calm myself with short breaks during the afternoon and evening. I took deep breaths, disconnected for a while to attend clients and concentrated on what was around me. Also, I was knitting as therapy to calm my mind, I made video calls with my sisters who are in Venezuela. Even so, the weight of this historical moment and the constant thought that we are on the verge of something big were still there, latent.


I firmly believe that this time it is different, that change is possible and that the future we desire is within reach. I care about my country, and I keep alive the desire to see it flourish and prosper. All that remains is to hold on to hope and trust that all this we are going through will mark the beginning of something better.

Traté de calmarme con pequeñas pausas durante la tarde-noche. Respiré profundo, me desconecté un rato para atender clientes y me concentré en lo que tenía a mi alrededor. También, estuve tejiendo como terapia para calmar mi mente, hice videollamadas con mis hermanas que están en Venezuela. Aun así, el peso de este momento histórico y el pensamiento constante de que estamos en la antesala de algo grande seguían ahí, latentes.

Creo firmemente que esta vez es diferente, que el cambio es posible y que el futuro que deseamos está al alcance. Me importa mi país, y mantengo vivo el anhelo de verlo florecer y prosperar. Solo queda aferrarme a la esperanza y confiar en que todo esto que estamos pasando marque el inicio de algo mejor.

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All content in this publication is original content and personal creative work. The separators and banners are my designs in Canva. The photos are my property.

Todo el contenido de esta publicación es contenido original y trabajo creativo personal. Los separadores y banners son mis diseños en Canva. Las fotos son de mi propiedad.

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Han sido dos días de tensión y puedo entender cómo estás amiga, yo casi no he visto noticias, porque me pongo mal, José me trae los avances.
Espero en Dios que todos nuestros anhelos para Venezuela se conviertan en realidad
Te abrazo grandote

Momentos de angustia, donde la esperanza y la verdad siempre nos acompaña!! 🙏