Esa es la peor parte amiga. Yo hablaré de eso desde mi experiencia como madre de tres pequeños. No podía quedarme en cama, no podía decir que me sentía mal, aunque no pudiera tenía que atenderlos a ellos, quienes también tenían fiebre y malestar. Pero ya estamos mejor.
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Y también lo difícil es que parece una eternidad, uno no le ve fin a la enfermedad, pero lo bueno es que están sanos y salieron de esa situación.