Searching for light among so much darkness [EN] // [ES]

in Catarsis3 years ago
Since the great exodus of Venezuelans began, countless have been friends, family and acquaintances outside the country, who have asked me and urged me to do the same as them, my answer has always been a resounding no, because I already have the experience of being away from my family and I know how strong it can be, in fact I always say it, if it were not for having Mathias in my life, I would probably be in any other country probably like many other Venezuelans, However, here I stay, and the truth is that it is not in my plans to leave, but I must admit that every day life in my country becomes more difficult, this week we have started with more than 30 consecutive hours without electricity, and in addition to this every day we have a cut of at least 4 hours, in which we are simply tied by hand to work or even do some household activities, as these cuts are made in the afternoon.



It is no secret to anyone how many people benefit from the web 3.0 and its benefits, and that thanks to it we have managed to overcome the vicissitudes that may arise, however, when such situations occur, in my particular case, I begin to question if it is right what I'm doing, if this is really what my son will continue to live for the rest of his life. Because spending 30 or more hours without electricity is just one of the many things that we have to go through, the truth is that I hate to complain because I always try to see or look for the positive side of each of the situations that life puts in our way, but there comes a point where as many say, there comes a drop that spills the glass.



Last night, after so many hours without electricity there was a little light at the end of the tunnel, the electricity service returned for about 30 minutes, of which 25 of them we were living a complete hell, because in the neighboring neighborhood there was a confrontation between criminals and police forces, and the truth is that I could not find a place to put my son so he would not hear such a pitched war. After 30 minutes we were again in the dark while the atmosphere in the street calmed down, after that we tried to fall asleep between the heat and the light of the candles, the truth is that thanks to my melatonin pill I managed to sleep and I did not hear any noise.



This afternoon again and this time we do not know why, they cut our electricity supply again, when we were having dinner they restored the service, and my son told me something that broke my heart, his first comment was "Mommy, thank God that today we do not hear gunshots! My heart crumpled like a raisin and the truth is that I had to hold back the tears, because once again we have to thank God for having a "normal" night. I must confess that this last week has made me feel like running away, even if not from the country, at least from the town, to go with my son and my parents to a place that gives us a little more security, a place where my little Mathias does not have to worry about playing freely in the garden for fear of gunshots. Today I feel helpless for not being able to do more than what I do to make mine safer.

Images owned by me, taken with my Nikon D80 camera No editing.

Thank you for taking the time to read this post, if you have any questions, criticisms or suggestions, I would appreciate it if you put them in the comment box, and remember, you too can do magic on the kitchen and wherever you go!


[ES]






Desde que comenzó el gran éxodo de venezolanos incontables han sido los amigos, familiares y conocidos fuera del país, que me han preguntado e instado a hacer lo mismo que ellos, mi respuesta siempre ha sido un no rotundo, pues ya tengo la experiencia de estar lejos de mi familia y sé lo fuerte que puede llegar a ser, de hecho siempre lo digo, de no ser por tener en mi vida a Mathias, probablemente estaría en cualquier otro país probablemente como muchos otros venezolanos, sin embargo, aquí me mantengo, y la verdad es que no está en mis planes irme, pero debo reconocer que cada día se hace más cuesta arriba la vida en mi país, esta semana hemos comenzado con más de 30 horas consecutivas sin energía eléctrica, y aunado a esto a diario tenemos un corte de como mínimo 4 horas, en las que simplemente quedamos atados de mano para poder trabajar o incluso hacer algunas actividades del hogar, ya que estor cortes se realizan en horas de la tarde.



Para nadie es secreto la cantidad de personas que nos beneficiamos de la web 3.0 y sus bondades, y que gracias a ello hemos logrado sortear las vicisitudes que se pueden llegar a presentar, sin embargo, cuando ocurren este tipo de situaciones, en mi caso particular, comienzo a cuestionarme si está bien lo que estoy haciendo, si esto es realmente lo que mi hijo va a continuar viviendo por el resto de su vida. Porque pasar 30 o más horas sin electricidad es solo una de las tantas cosas que nos toca pasar, la verdad es que yo odio quejarme porque siempre trato de ver o buscar el lado positivo de cada una de las situaciones que la vida nos coloca en el camino, pero llega un punto en el que como muchos dicen, llega una gota que derrama el vaso.



Anoche, luego de tantas horas sin electricidad hubo una pequeña luz al final del túnel, regreso el servicio eléctrico por aproximadamente 30 minutos, de los cuales 25 de ellos estuvimos viviendo un completo infierno, pues en el barrio vecino se presentó un enfrentamiento entre delincuentes y cuerpos policiales, y la verdad es que no encontraba donde meter a mi hijo para que no escuchara tal guerra campal. Pasados los 30 minutos nuevamente volvimos a quedar a oscuras mientras se tranquilizaba el ambiente en la calle, tratamos luego de eso de conciliar el sueño entre el calor y la luz de las velas, la verdad es que gracias a mi pastilla de melatonina logre dormir y no escuche ruido alguno.



Esta tarde nuevamente y esta vez no sabemos por qué, nos volvieron a cortar el suministro eléctrico, cuando estábamos cenando restituyeron el servicio, y mi hijo me comento algo que me partió el corazón, su primer comentario fue ¡Mami, gracias a Dios que hoy no se escuchan disparos! Mi corazón se arrugó como una pasa y la verdad es que tuve que contener las lágrimas, pues nuevamente tenemos que dar gracias a Dios por tener una noche "normal". Debo confesar que esta última semana me ha hecho sentir ganas de salir corriendo, aunque no del país, si por lo menos del pueblo, irme con mi hijo y mis padres a un sitio que nos regale un poco más de seguridad, un sitio en donde mi pequeño Mathias no tenga que preocuparse por jugar en el jardín con libertad por temor a los disparos. Hoy siento impotencia por no poder hacer más de lo que hago para que los míos estén más seguros.

Imágenes de mi propiedad, tomadas con mi cámara Nikon D80 Sin edición.

Gracias por tomarse el tiempo de leer esta publicación, si tiene alguna pregunta, crítica o sugerencia, la agradecería que la pusiera en la caja de comentarios, y recuerda, ¡Tú también puedes hacer magia en la cocina ya dondequiera que vayas!


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El amor hacia nuestros hijos nos hacen soportar muchísimo y el buscar una estabilidad para el pequeño Matías debe ser prioridad, para que puedan tener más noches "normales"