Definitivamente es el destino, más que una vocación. Te toca aprender de la experiencia si realmente educar es lo tuyo. En mi primera práctica en la docencia, me cayó un pizarrón en el pie izquierdo y como resultado tuve dos metatarsianos fracturados...aún así, entendí, con un poco más de práctica, que la docencia era lo mío...Te pareces mucho a tu mamá y aún en la profesión u oficio que decidas ejercer, tienes sangre docente en tus venas, por lo que siempre apoyarás a otros en su aprendizaje!
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