Que lindas fotos, el cielo de margarita me da tanta paz, en comparación al de aqui de santiago que no se puede ver por la contaminación de la ciudad. Detenerse a pensar y agradecer por las cosas bonitas que sí tenemos nos hace evaluarnos y darnos cuenta que en un mundo tan lleno de maldad e incertidumbre, aún somos afortunados de tener a nuestra familia y amigos con nosotros, que no importe lo que pase siempre tendremos la libertad de mirar al cielo y sentirnos libres de volar aunque sea en nuestros pensamientos.
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