¡Saludos a todos! El día de hoy vengo con mi
segunda publicación, que será una historia muy relacionada con la primera, que abordé en mi presentación. De hecho, podría decirse que es la continuación. Si no has leído la anterior,
PUEDES LEERLA AQUI
Tal como lo expresé en mi post anterior de presentación, he sido una persona muy afortunada, incluso antes de nacer. El hecho de ser el primer embarazo exitoso, -después de varios intentos que hicieron mis padres-, pasando además por el acontecimiento de estar encerrado con mis hermanas en un apartamento sin llaves, sin adultos y que se haya incendiado hasta ser calcinado por completo y haber podido salir ileso de esa situación, muchas han sido las situaciones en las que definitivamente
la suerte siempre ha estado conmigo. Y así como en esa, en la que fue de vida o muerte, he tenido tres eventos en los que he logrado vivir para contarlo y hoy les compartiré la segunda de ellas.
ENGLISH VERSION (CLIC HERE)
Greetings to all! Today I come with
my second publication, which will be a story closely related to the first one, which I addressed in my presentation. In fact, you could say that it is the continuation. If you haven't read the previous one, you can read it
HERE.
As I expressed in my previous introduction post, I have been a very lucky person, even before I was born. The fact of being the first successful pregnancy, -after several attempts made by my parents-, going through the event of being locked up with my sisters in an apartment without keys, without adults and that caught fire until it was completely burned and being able to get out of that situation unharmed, there have been many situations in which luck has definitely always been with me. And just like in that one, in which it was life or death, I have had three events in which I have managed to live to tell the tale and today I will share with you the second of them.
Tal es el caso de una situación ocurrida en el año 2020, iniciando específicamente el día 2 de febrero; un sábado en el que me encontraba en mi negocio, como todos los fines de semana. Para ese entonces -y aunque ya estaba inmerso en el ecosistema cripto-, mi fuente principal de ingresos estaba en una licorería de la que era propietario. Los días de más arduo trabajo eran los fines de semana, ya que en Venezuela culturalmente son estos días donde las personas gastan una gran parte de su ingreso bebiendo licor. Precisamente fue con ese negocio que comencé a interesarme y observar el comportamiento de los venezolanos, en cuanto a sus gastos y sus finanzas.
Ese sábado transcurría como cualquier otro, con la salvedad que estaba trabajando solo, ya que el empleado que tenía no pudo asistir a su jornada laboral. Por ser un día fuerte de trabajo tocaba preparar comida en el mismo negocio o mandar a comprar comida ya preparada. Cabe destacar que el local de este negocio era de más de 200mtr
2, pero por la reducción de las ventas en los años anteriores debido a la situación económica del país, el área de atención a los clientes la había reducido a un espacio pequeño, por lo que tenía todo el resto del local disponible. Y, desde hacía unos dos años, estaba viviendo dentro del mismo local comercial, en un espacio que habilite para tal fin; tenía todas mis comodidades: cama, cocina, aire acondicionado, DirecTV y otros. Como tenía algunos años separados de la madre de mis hijas, decidí vivir allí mismo, -aunque tengo una casa dónde vivir-; incluso, hasta una parte del local la utilizaba como garaje para mi vehículo.
ENGLISH VERSION (CLIC HERE)
Such is the case of a situation that occurred in the year 2020, specifically starting on February 2; a Saturday when I was in my business, as every weekend. By that time -and even though I was already immersed in the crypto ecosystem-, my main source of income was in a liquor store I owned. The days of hardest work were the weekends, since in Venezuela, culturally, these are the days where people spend a large part of their income drinking liquor. It was precisely with that business that I became interested in observing the behavior of Venezuelans in terms of their spending and finances.
That Saturday was like any other Saturday, except that I was working alone, since the employee I had could not attend his workday. Since it was a heavy work day, he had to prepare food in the same business or send to buy food already prepared. It is worth mentioning that the premises of this business was more than 200mtr
2, but due to the reduction of sales in previous years due to the economic situation of the country, the customer service area had been reduced to a small space, so he had all the rest of the premises available. And, since about two years ago, I was living inside the same commercial premises, in a space that I enabled for that purpose; I had all my comforts: bed, kitchen, air conditioning, DirecTV and others. As I had some years separated from the mother of my daughters, I decided to live right there, -although I have a house to live in-; even a part of the place was used as a garage for my vehicle.
Al estar solo ese día para atender a mis clientes, no pude tener tiempo para cocinar el almuerzo en la hora normal; pero después de las 3:30 pm que bajó un poquito la afluencia de clientes, me dirigí a la cocina, a preparar algo y recordé que tenía unos granos que me habían regalado el día anterior. Eran de un tipo que nunca había comido, pero que me habían indicado que era sencillo de preparar y muy rápido. Me pongo manos a la obra y al estar listo comienzo a almorzar, aunque ya eran casi las 5:00 de la tarde.
Una hora y media después de comer, comienzo a sentir un malestar estomacal muy extraño; ya que no sufría de este tipo de cosas, pues era una persona que comía mucho, incluso hasta piedras (sentido figurado). Por ser una persona soltera, mi comida era cuanta cosa fácil y desbalanceada podía; mucha comida rápida en la calle y también comía a deshoras, pero jamás había tenido problemas por esto. Esos malos hábitos alimenticios me causaron tener sobrepeso.
ENGLISH VERSION (CLIC HERE)
Being alone that day to attend to my clients, I could not have time to cook lunch at the normal time; but after 3:30 pm when the number of clients dropped a little, I went to the kitchen to prepare something and I remembered that I had some beans that I had been given the day before. They were of a type that I had never eaten, but that I had been told was simple to prepare and very fast. I got down to work and when I was ready I began to eat lunch, even though it was almost 5:00 in the afternoon.
An hour and a half after eating, I began to feel a very strange upset stomach; since I did not suffer from this kind of thing, as I was a person who ate a lot, even to stones (figuratively speaking). Being a single person, my food was as much easy and unbalanced as I could; a lot of fast food in the street and I also ate at odd hours, but I had never had any problems because of this. Those bad eating habits caused me to become overweight.
Como a las 7:00 de la noche me sentía tan mal, que tuve que cerrar las puertas del negocio, ya que no podía seguir atendiendo. Era algo impensable, ya que los días sábados normalmente cerraba mi negocio después de las 11:00 pm. Una vez que cierro, me acuesto por el malestar que tenía y esa noche no cené.
El día siguiente, -el domingo 3 de febrero-, al despertar continué con el malestar, por lo que intenté desayunar algo sano y no abrí el negocio, sino que me quedé acostado, viendo televisión; pero como a las 11:00 am, comencé a vomitar. No hice nada al respecto, ya que dentro de mí pensé que era por los granos que comí la tarde anterior, me habían hecho daño y que lo lógico era vomitarlo para expulsarlo de mi organismo. El problema estuvo en que pasé todo el día vomitando y ese día no pude comer más nada.
Cuando amaneció el día lunes, seguía vomitando. Aunque ya de mi estómago no salía casi nada, más que el líquido estomacal y evidentemente, por no haber comido desde la mañana del día anterior, mi cuerpo estaba debilitado. Casi no podía ni levantarme de la cama. Aunque al mediodía tomé fuerzas para cocinarme algo, ya que sabía que debía alimentarme. Transcurría ya la tarde de ese lunes 4 de febrero y algunos de mis clientes más fieles, que también eran mis amigos, me llamaban por teléfono para preguntar por qué tenía dos días que no abría el negocio. A pesar de ser lunes, querían tomar cerveza y les respondí que estaba enfermo; pero si querían beber, entonces yo les abriría la puerta para que entraran y se tomaran las cervezas que desearan y luego me pagaran. Y al aceptar, llegaron hasta mi licorería.
Cuando me levanto de la cama para salir a abrirles la puerta, vieron el estado en el que estaba: muy pálido, con muy poca fuerza para caminar, y se asustaron; por lo que me dijeron cuando les conté lo que sucedía, que deberíamos ir a un médico para que me examinara y me recetara alguna medicina.
ENGLISH VERSION (CLIC HERE)
At about 7:00 p.m. I felt so bad that I had to close the doors of the business, since I could not continue attending. It was something unthinkable, since on Saturdays I normally close my business after 11:00 pm. Once I close, I go to bed because of the discomfort I had and that night I did not have dinner.
The next day, -Sunday, February 3-, when I woke up I continued with the discomfort, so I tried to have something healthy for breakfast and I did not open the business, but I stayed lying down, watching TV; but at about 11:00 am, I started to vomit. I didn't do anything about it, because inside me I thought it was because of the grains I ate the previous afternoon, they had hurt me and the logical thing to do was to vomit them out of my body. The problem was that I spent the whole day vomiting and that day I could not eat anything else.
When Monday morning dawned, I was still vomiting. Although almost nothing was coming out of my stomach, except stomach liquid and evidently, because I had not eaten since the morning of the previous day, my body was weakened. I could hardly get out of bed. Although at noon I took the strength to cook something for myself, since I knew I had to feed myself.
The afternoon of that Monday, February 4, was already passing and some of my most loyal customers, who were also my friends, were calling me on the phone to ask why I had not been open for two days. Even though it was Monday, they wanted to drink beer and I told them I was sick; but if they wanted to drink, then I would open the door for them to come in and drink as many beers as they wanted and then pay me. And accepting, they came to my liquor store.
When I got out of bed to go out to open the door for them, they saw the state I was in: very pale, with very little strength to walk, and they were frightened; so they told me when I told them what was happening, that we should go to a doctor so that he could examine me and prescribe some medicine for me.
La zona donde estaba mi negocio era una zona popular de la ciudad, donde no hay hospitales privados, sino que existían módulos de atención primaria llamados CDI. Estos fueron construidos unos años antes por el gobierno, en muchos barrios del país para atender a las personas pobres y en su momento funcionó y ayudó a muchas personas; pero el país estaba deteriorado. Y estos centros de salud ya no contaban con muchos equipos médicos ni medicamentos. Lo cierto es que mis amigos clientes me dijeron que no me dejarían allí y que no se pondrían a beber cerveza estando yo en esa situación y que debían llevarme a uno de estos CDI. Yo les dije que no, ya que allí no estaban atendiendo personas; pero sin embargo insistieron y me montaron en su vehículo y me trasladaron.
Al llegar nos atiende una doctora y al explicarle los síntomas, me indicó que le mostrara las palmas de mis manos. Al verlas, tenía unas manchas rojas o puntitos e indicó que lo que tenía era algo hepático y que no podían atenderme allí, ya que no contaban con el equipamiento médico, de diagnóstico y medicinas. Indicó que debían llevarme al hospital central y allí tuvimos que retirarnos. Cuando estamos entrando al vehículo, les dije a mis amigos:
¿Se dan cuenta que no era una buena idea venir? Llévenme nuevamente de regreso, que esto seguramente se me pasa mañana; pero ellos insistían en que no me veían bien y que me iban a llevar para el hospital.
Desde que nacemos, los venezolanos hemos escuchado historias terroríficas de los hospitales en el país. Personas que mueren por mala praxis médica o simplemente que nunca hay medicinas ni equipos para atender a los enfermos, por lo que éstos deben llevar hasta los guantes que utilizarán los médicos y enfermeras para examinar a las personas. Otras historias frecuentes son, que las personas entran con una enfermedad y son infectados con bacterias en los hospitales, por lo que ir a un hospital era algo que aterraba a cualquiera; y les dije a ellos que no, que yo tengo un seguro médico para hospitales privados.
Ellos insistieron y me llevaron al hospital central. Cuando llegamos había mucha gente, como siempre. Al tocar mi turno para examinarme y contar el por qué estaba en el hospital, la primera respuesta que me indicó la doctora que me atendió fue:
"¿Usted viene a un hospital sólo por tener vómito? Eso no lo atendemos acá y para eso están los ambulatorios".
ENGLISH VERSION (CLIC HERE)
The area where my business was located was a popular area of the city, where there are no private hospitals, but there were primary care modules called CDI. These were built some years before by the government, in many neighborhoods of the country to attend poor people and at the time it worked and helped many people; but the country was deteriorated. And these health centers no longer had a lot of medical equipment and medicines. The truth is that my client friends told me that they would not leave me there and that they would not drink beer while I was in that situation and that they should take me to one of these CDIs. I told them no, since they were not taking care of people there; but nevertheless they insisted and put me in their vehicle and took me there.
Upon arrival, a doctor attended us and when I explained the symptoms, she told me to show her the palms of my hands. When she saw them, I had some red spots or dots and she indicated that what I had was something hepatic and that they could not treat me there, since they did not have the medical equipment, diagnostic equipment and medicines. He indicated that they had to take me to the central hospital and we had to leave. When we were getting into the vehicle, I said to my friends: Do you realize that it was not a good idea to come? Take me back, this will surely pass tomorrow; but they insisted that they did not see me well and that they were going to take me to the hospital.
Since we were born, Venezuelans have heard terrifying stories about the hospitals in the country. People who die due to medical malpractice or simply that there is never any medicine or equipment to treat the sick, so they have to carry even the gloves that doctors and nurses will use to examine people. Other frequent stories are, that people come in with an illness and are infected with bacteria in the hospitals, so going to a hospital was something that terrified anyone; and I told them no, I have health insurance for private hospitals.
They insisted and took me to the central hospital. When we arrived there were a lot of people, as usual. When it was my turn to be examined and to explain why I was in the hospital, the first answer I got from the doctor who attended me was: "You come to a hospital just because you are vomiting? We don't treat that here, that's what the outpatient clinics are for.
Justo allí miré a los ojos a uno de mis amigos, que había entrado a la zona de emergencia, ya que sólo permitían un acompañante por persona. Y en este caso estaba yo tan débil, que debía apoyarme en sus brazos para poder caminar hasta el consultorio y le dije: "Sabía que era una pérdida de tiempo venir, acá nunca atienden y nunca hay insumos" La doctora nos indicó que esperáramos a un lado, para que atendiera a otras personas y, que si lograba desocuparse, tal vez me atendería. Por lo que nos tocó levantarnos del consultorio y esperar de pie unos minutos. Estaba tan lleno de personas el lugar, que incluso había personas sentadas en el piso.
Mientras esperaba, no pasaron ni 15 minutos cuando siento un dolor en la zona abdominal. Un síntoma que desde el día que comencé a sentirme mal, no tenía. Y aunque comenzó muy tenue en ese momento, la intensidad fue aumentando y a los 5 minutos era tan fuerte que llegó un momento en que tuve que gritar de forma involuntaria. Justo en el momento en el que grité, caí al piso; perdiendo el conocimiento de inmediato, de lo fuerte que era el dolor que sentí. Mi amigo se ocupó de mí y logró que me prestaran atención y una persona que estaba en una camilla -pero en mejores condiciones que yo- le cedió la misma para acostarme a mí allí y me pudiesen evaluar los médicos. Cuando recobro el conocimiento ya estoy en la camilla, con tres personas intentando reanimarme; pero con el gran dolor anterior que me causó el desmayo, me quejaba mucho y les decía que me dolía. Señalándoles el lugar, comenzaron a hacerme una evaluación pero, indicaban que no podían hacerme nada ni administrarme algún medicamento o calmante, hasta no saber la causa del dolor; por lo que tuve que esperar otros minutos.
En los hospitales venezolanos, los cambios de guardia son a las 7:00 de la noche, donde sale el personal activo y entra el que trabajará toda la noche, hasta las 7:00 de la mañana. Y justamente a esa hora estaba yo en esa camilla, y en ese cambio de guardia se debe dar parte con la historia médica a los doctores entrantes. Cuando llegaron a mi camilla, se le indicó al doctor que estaba entrando a la guardia nocturna, que tenía un dolor abdominal, pero que no habían realizado aún el diagnóstico; por lo que el nuevo doctor (José González), me indicó que debo practicarme una ecografía abdominal para identificar la causa del dolor; y al realizarme un tacto, identificó la zona exacta de dónde provenía el dolor. Me indicó un prediagnóstico:
"Perforación de vísceras".
Comienza su interrogatorio sobre si había comido pescado en el que pudiese haber ingerido una espina, o pollo en el que pude haber ingerido algún hueso, de forma que algunos de estos elementos pudieran haber perforado internamente el sistema digestivo. A lo que le respondí que no, que estoy así desde el sábado y que lo único que comí fueron unos granos.
En ese momento mi amigo, al notar lo grave de la situación, estaba comunicándose con una persona que había sido mi novia hasta poco menos de un mes a esa fecha. Todos sabían que éramos pareja desde hacía unos dos años, pero no que ya habíamos terminado. Era la única persona a la que relacionaban conmigo, por lo que intentar comunicarse con ella (Nayra), era lo más lógico; para que ella se acercara al hospital o notificara al resto de mi familia.
ENGLISH VERSION (CLIC HERE)
Right there I looked into the eyes of one of my friends, who had entered the emergency area, since they only allowed one companion per person. And in this case I was so weak that I had to lean on his arms to be able to walk to the doctor's office and I told him: "I knew it was a waste of time to come, they never attend here and there are never any supplies" The doctor told us to wait to the side, so that she could attend to other people and, if she managed to free herself, maybe she would attend to me. So we had to get up from the office and wait standing for a few minutes. The place was so crowded that there were even people sitting on the floor.
While I was waiting, not even 15 minutes passed when I felt a pain in my abdominal area. A symptom that since the day I started to feel bad, I had not had. And although it started very faint at that moment, the intensity increased and after 5 minutes it was so strong that I had to scream involuntarily. Just at the moment I screamed, I fell to the floor; losing consciousness immediately, because of the strong pain I felt. My friend took care of me and got them to pay attention to me and a person who was on a stretcher -but in better conditions than me- gave him the stretcher to lay me down there so that the doctors could evaluate me. When I regained consciousness I was already on the stretcher, with three people trying to revive me; but with the previous great pain that caused me to faint, I was complaining a lot and telling them that I was in pain. Showing them the place, they began to evaluate me, but they indicated that they could not do anything or give me any medicine or painkiller until they knew the cause of the pain, so I had to wait another few minutes.
In Venezuelan hospitals, the changing of the guard is at 7:00 at night, when the active staff leaves and the staff that will work all night enters, until 7:00 in the morning. And it was precisely at that time that I was on that stretcher, and at that change of duty, the incoming doctors must be informed with the medical history. When they arrived at my stretcher, the doctor who was entering the night shift was told that I had abdominal pain, but that they had not yet made the diagnosis; so the new doctor (José González), told me that I should have an abdominal ultrasound to identify the cause of the pain; and when he performed an examination, he identified the exact area where the pain was coming from. He gave me a pre-diagnosis: "Perforation of the viscera".
He began his interrogation as to whether I had eaten fish in which I could have ingested a bone, or chicken in which I could have ingested a bone, so that some of these elements could have perforated the digestive system internally. To which I replied that no, that I have been like this since Saturday and that the only thing I ate were some grains.
At that moment my friend, noticing the seriousness of the situation, was communicating with a person who had been my girlfriend until a little less than a month before that date. Everyone knew that we had been a couple for about two years, but not that we had broken up. She was the only person who was related to me, so trying to communicate with her (Nayra), was the most logical thing to do; for her to come to the hospital or notify the rest of my family.
Cuando el doctor indica que debo practicarme una ecografía, recuerda que el servicio de imagenología del hospital era diurno y acababa de cerrar, por lo que me indica que por la hora ya debo practicármela en un consultorio privado cualquiera. Y que en las afueras del hospital había más de 10 lugares distintos, que si tenía recursos para pagarlo, a lo que le respondí que sí y en ese momento llegó mi hermana al hospital. Uno de mis otros amigos que se había quedado esperando fuera del hospital la conocía, ya que ella años antes había trabajado en la licorería conmigo y tenía su número de teléfono. Y justo en ese momento que llega, sólo le permiten a ella estar conmigo, por lo que ya con un familiar directo se retiraron del hospital, quienes me trasladaron hasta allí.
Le indican a mi hermana que debe ayudarme a salir del hospital y frente a la puerta hay un consultorio privado donde realizan ecografías; por lo que, apoyado en ella, intento salir caminando hasta allá, pero realmente no lo logré. Otra fuerte pulsada de dolor invadió mi cuerpo, desplomándome antes de salir del hospital. Ella pidió ayuda y entre varias personas lograron cargarme, hasta colocarme nuevamente en la camilla donde estaba inicialmente. Ella se dirigió personalmente hasta el consultorio privado, para solicitar que vinieran a buscarme en una silla de ruedas para practicarme la ecografía, ya que por mi condición no podía caminar hasta allá.
Con la mala suerte (o buena), en el momento no podían hacerlo, ya que también estaban cerrando sus puertas por la hora. Al regresar y comentarle al doctor que no podían hacerme la ecografía, me da otra puntada de dolor, haciéndome gritar involuntariamente dentro del hospital y el doctor -que ya estaba de guardia- me pregunta nuevamente lo que sentía y justo allí noté que había perdido la visión.
Me dio mucho miedo lo que me estaba sucediendo y, al comentárselo, se alarmó; por lo que me dijo: "Definitivamente, tenemos que ingresarte a quirófano", a lo que respondí: "Haga lo que sea necesario para quitarme este dolor" e inmediatamente le indicó a la enfermera que me trajera una planilla para firmarla, librándolos de responsabilidad alguna de lo que pudiese ocurrirme bajo esa situación; ya que me ingresarían a un quirófano sin ningún examen de diagnóstico previo, a ciegas, sin saber exactamente qué tenía.
ENGLISH VERSION (CLIC HERE)
When the doctor indicated that I should have an ultrasound, he remembered that the imaging service of the hospital was during the day and had just closed, so he told me that because of the time I should have it done in a private office. And that in the outskirts of the hospital there were more than 10 different places, and that I had the resources to pay for it, to which I answered yes, and at that moment my sister arrived at the hospital. One of my other friends who had been waiting outside the hospital knew her, since she had worked in the liquor store with me years before and had her phone number. And just at that moment when she arrives, they only allow her to be with me, so they left the hospital with an immediate family member, who took me there.
They tell my sister that she must help me to leave the hospital and in front of the door there is a private office where ultrasound scans are performed; so, leaning on her, I try to walk there, but I did not really make it. Another strong pulse of pain invaded my body and I collapsed before leaving the hospital. She called for help and several people managed to carry me back to the stretcher where I was initially. She personally went to the private office to request that they come to pick me up in a wheelchair to perform the ultrasound, since due to my condition I could not walk there.
With bad luck (or good luck), they could not do it at the time, since they were also closing their doors for the hour. When I returned and told the doctor that they could not do the ultrasound, I got another pain stitch, making me involuntarily scream inside the hospital and the doctor -who was already on duty- asked me again what I was feeling and right there I noticed that I had lost my vision.
I was very afraid of what was happening to me and, when I told him about it, he was alarmed; so he told me: "Definitely, we have to admit you to the operating room", to which I answered: "Do whatever it takes to get rid of this pain" and immediately told the nurse to bring me a form to sign, releasing them from any responsibility for what could happen to me under that situation; since they would admit me to the operating room without any previous diagnostic test, blindly, without knowing exactly what I had.
Firmé como pude y, -como ya les comenté anteriormente-, uno de los miedos a los hospitales es que nunca tienen insumos ni equipos disponibles, por lo que le pidieron a mi hermana una sonda para introducirla hasta mi estómago, para vaciarlo. En las afueras del hospital había todo un ecosistema comercial de equipos e insumos médicos, así como de medicinas y ella salió de inmediato a comprar lo que le pidieron. Y al traerlo, resultó ser una manguera de silicona que debían introducir por alguna de mis fosas nasales, pasar por la tráquea y llegar al estómago. Era algo muy desagradable, pero el dolor abdominal era tan fuerte, que ni siquiera sentí dolor en mi nariz cuando eso sucedía.
Esta es la parte donde realmente se vuelve a comprobar lo afortunado que soy, pues a pesar de todos los problemas hospitalarios del país, una semana antes de mi ingreso habían realizado una dotación total de ese hospital y la emergencia contaba con cuatro quirófanos totalmente reconstruidos y dotados. Justamente la noche que llegué al hospital, tres de ellos estaban ocupados y uno estaba 100% disponible para mí.
No sólo había un quirófano disponible, sino que el doctor que había recibido la guardia y que me estaba evaluando en la emergencia era cirujano, por lo que también conté con esa suerte; y eso sin contar que justo esa noche había enfermeras de quirófano, anestesiólogos e insumos para practicar una cirugía de emergencia. Todo se confabuló para que justo el día y la hora en el que ingresé a un hospital público, en el país donde pocos o ninguno de ellos funcionan a cabalidad, estuviese totalmente a mí disposición.
Una vez ya con la sonda, me subieron al tercer piso; siendo el área de quirófanos y, al llegar allí, inmediatamente me colocan una máscara respiratoria por donde inhalé un gas que durmió por completo mi cuerpo. Calmando así mi dolor y perdiendo el conocimiento, hasta las 11:00 de la mañana del siguiente día.
Al despertar, miro hacia los lados y estoy en un pabellón con tres camillas a cada lado, con personas en el hospital. Estaba desorientado, sin saber dónde me encontraba. Cuando logré recordar, intenté bajar la mirada y me di cuenta que estaba desnudo, con una manta de hospital, que me cubría desde la cintura hasta los pies; pero con una gaza desde la parte baja del abdomen, hasta el inicio del pecho. No sabía qué era, pero lo importante era que ya no tenía dolor.
Por alguna razón, -supongo que aún por los efectos de la anestesia- caí dormido nuevamente, tal vez en menos de un minuto. Hasta que vuelvo a despertar por sentir movimiento y cuando abro los ojos, me están trasladando a una habitación de observación del hospital. Al voltear hacia un lado logro reconocer a Nayra. Sorprendido le pregunto:
“¿Qué haces aquí? ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?” A lo que me indica que por favor no hable, para no llenarme de gases; que estoy bien, que había tenido una cirugía pero que ya estaba recuperándome.
Terminan de acomodarme en la habitación (compartida) de observación, siendo el sitio donde estaría. Había sido acondicionado por Nayra, con sábanas y algunas otras cosas que había traído de su casa. Eran las 6:00 de la tarde y allí me indicaron que tenía que dormir. Realmente no fue muy difícil hacerlo, hasta despertar a las 6:00 am.
Cuando vuelvo a despertar, los médicos estaban pasando revista y, justo allí vuelvo a ver a aquel doctor que la noche anterior (aunque no tenía noción de tiempo en ese momento), me había indicado que debían ingresarme a un quirófano. Me pregunta
¿Cómo te sientes? Le indico que bien y procedió a hacer la cura o limpieza de la herida, descubriendo así la cantidad de gaza que tenía para protegerla. Quedé sorprendido con el tamaño de la herida, calculé unos 20 cm en ese momento. Me dio mucho sentimiento, ya que sabía que era algo que tendría de por vida. El doctor me indica lo que sucedió:
"Te ingresamos a quirófano de emergencia, sin saber qué tenías, por lo que tuvimos que abrir tu abdomen y justo en ese momento se acababa de romper tu apéndice (peritonitis) esparciendo el contenido por todo tu abdomen. Eres muy afortunado, pues menos del 1% de las personas que les sucede esto, pueden recibir atención médica a tiempo”.
“Gastamos cerca de 2 litros de solución fisiológica, para poder lavar todos tus órganos vitales. Cada uno de ellos los tuve en mis manos y realmente estabas muy mal; de hecho, no pensé que saldrías vivo de esto. Pero como soy docente del postgrado de cirugía y tenía alumnos conmigo anoche en el quirófano para la clase práctica, realicé el procedimiento de forma profesional y con esmero, ya que esos estudiantes debían aprender de forma adecuada. Sorprendentemente, una vez que terminé las actividades de cirugía, tus signos vitales seguían normales. Y pensé en voz alta que alguien en el cielo no te quiere en ese momento allá, porque para lo que estabas pasando son muy pocas las personas que sobreviven"
Había experimentado el tercer episodio de vida o muerte de toda mi vida. Cada vez que alguna situación se pone difícil, después de ese episodio, recuerdo que todo el tiempo que he podido vivir después de allí
es simplemente un regalo de Dios. Estuve en el hospital durante 14 días en recuperación, me hice amigo del doctor y hoy día mantengo comunicación con él, pues resultó ser cripto entusiasta como yo y fan de la tecnología. Tanto así que, aunque es un cirujano, también tiene un blog de tecnología llamado
arepatecnologica.com
Este episodio causó que no pudiese realizar actividad física durante al menos seis (6) meses, por lo que mis ingresos por el negocio que tenía, cesaron. Puse en venta la licorería y se concretó justo una semana antes de la entrada de la pandemia por COVID19; época en la que tuve que reinventarme para poder obtener ingresos desde mi cama. Aprendí muchas cosas y puse en práctica otras que ya sabía, por lo que soy un testigo viviente de que, si manejamos nuestras finanzas de forma adecuada, podemos vivir tranquilamente sin preocupaciones económicas.
Y desde ese momento estoy compartiendo información sobre finanzas personales, emprendimientos y criptomonedas. Siendo este último tema lo que me trae hasta esta blockchain. De hecho, mi cuenta en #HIVE está abierta desde casi un año de ese acontecimiento; pero solo hasta este mes de julio de 2023, tomé la decisión de utilizar la plataforma. Primero, para compartir mis historias; y en segundo lugar, para compartir el contenido que en las redes sociales tradicionales muchas veces me han baneado, por ser temas de los que las grandes corporaciones y gobiernos no desean que los ciudadanos conozcan.
Si llegaste hasta aquí, debo agradecerte enormemente. Sé que es una historia muy larga pero, aunque traté de resumirla, hay muchas cosas que no se pueden dejar pasar. A partir de este momento compartiré en mi blog artículos relacionados con las finanzas personales, formas de ganar ingresos, pero sobre todo cómo conservar parte de esos ingresos y destinarlos a la construcción de nuestra riqueza personal.
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Tengo la misma opinión que usted de la atención médica en Venezuela. Solo me atendía por recomendaciones de las amistades médicas que mi familia todavía tiene. He pasado por malas experiencias que de acuerdo a mi lógica no tienen sentido, como por ejemplo llegar decir que tengo náuseas y el médico de turno sin preguntar nada, me da un papelito con un medicamento y me dice "Dele esto a la enfermera para que se lo inyecten". Al leer la historia reviviste uno de esos momentos donde perdí el conocimiento en un CDI. Supongo que luego de tantas cosas cuida mejor tus hábitos, yo comprendí después de velar a tantos familiares cercanos, la felicidad es lo mejor para ser plenos. Porque a pesar de ser momentos trágicos, estos nos dan las mejores lecciones de vida.