Siempre he pensado que soy un alma vieja. Y cuando digo vieja no me refiero a la ausencia de juventud, sino a que mis maneras no se parecen a la época que me ha tocado vivir.
A veces creo que he reencarnado trayendo las costumbres de una vida anterior, aunque admiro y disfruto de los avances de la era moderna.
¿Se preguntarán a qué época supongo yo que pertenezco? Pues no es solo a la época, sino a la región. Me ubico imaginariamente en las historias de Jane Austen. Perfectamente puedo ser uno de sus personajes de Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio, Emma u otra de sus novelas. Me apasiona la época, la cultura, sus normas, costumbres y hasta por qué no, entornos. Reconozco que la sociedad ha avanzado mucho en favor de las mujeres y ciertamente, Jane Austen, de alguna manera lo hizo también alzando su voz, a través de la literatura.
Foto de Suzy Hazelwood en Pexels
Comprendo que las características del ser humano, virtudes y defectos, son tan antiguos como él mismo. Sus cualidades se identifican con un tipo de cultura, educación, tradición, pero aunque creo que la mayoría de estas se pueden aprender, están las que nacen desde dentro, las características que nadie te enseña, pero que no puedes abandonar, ya sean malas o buenas, las inherentes a tú yo único e inigualable.
Aunque los seres humanos tenemos conciencia de estas, no considero que sean exclusivas de nuestra especie. Hay innumerables anécdotas, historias, vivencias de animales que cuentan en su comportamiento con bondad, lealtad, sobre protección y otras.
Podemos elegir ser: honestos, sinceros, pacientes, flexibles, empáticos, bondadosos, generosos, respetuosos, tolerantes, humildes, solidarios, leales, afables, prudentes, compasivos, sencillos, valientes, discretos, responsables, disciplinados, tenaces, etc.
Hoy quizás tal vez preferimos, no importa la razón, ser lo opuesto: corruptos, hipócritas, inflexibles, desleales, avaros, intolerantes, resentidos, imprudentes, soberbios, rudos, autoritarios, cobardes, indiscretos, egoístas, irresponsables, impacientes u otros defectos.
Escogemos como obrar en la vida. Pero… ¿Tenemos el derecho de que estas virtudes o defectos afecten a terceras personas? ¿Quién nos otorga ese poder?
¿Cuándo pedir un favor se convierte por defecto en exigir?
¿En qué instante un por favor, pudiera, sería tan amable, se transforma en un necesito?
¿Qué párrafo de los términos y condiciones de las relaciones sociales (amistad, familiar, romántica, diplomática, laboral, etc.) dice que alguna de ellas está exenta de las normas de educación y respeto?
¿Cuándo la modernidad o las maneras informales de conducta, implicaron irrespeto, vulneración del derecho ajeno o abuso?
Hace un tiempo vi una película llamada “La amabilidad de los extraños” o “The kindness of Strangers” en su traducción al inglés. Desde que leí el título me llamó la atención, lo consideré inusual y por supuesto la escogí. En resumen, en la película se desarrollan tramas que al final se entremezclan y en las que diferentes personajes, rodeados de la hostilidad y/o prisa de la cotidianidad actual, son beneficiadas por acciones bondadosas de una persona, en cada situación en particular y se narra el impacto de las mismas.
Una sola persona, una acción generosa, un instante, pueden cambiar el curso de toda una vida, puede hacer una diferencia entre vivir y morir, y cuando digo morir no me refiero solamente al “cese de funciones vitales”.
Foto de Andrea Piacquadio en Pexels
En mi opinión, escoger el camino en tu vida siempre es una decisión personal, en la cual, no deberíamos dejarnos engañar por lo “fácil”, pero inevitablemente, no somos una isla, de manera que el entorno puede influir.
La vida reluce con la bondad, amabilidad y/o generosidad. Tengo demostraciones irrefutables a diario en mi vida, pero estas serían otras historias.
Si no lo creen, los reto a probar, hacer un bien todos los días a una persona, mejorar su vida, si es que no lo hacen ya. Y me comentan como les fue ¿Qué sintieron?
Traducción: Por mi y DeepL
I have always thought that I am an old soul. And when I say old, I do not mean the absence of youth, but that my ways do not resemble the times I have lived in.
Sometimes I think I have been reincarnated bringing the ways of a previous life, although I admire and enjoy the advances of the modern era.
You may wonder what era I suppose I belong to? Well, it is not only the era, but the region. I place myself imaginatively in Jane Austen's stories. I could very well be one of her characters in Sense and Sensibility, Pride and Prejudice, Emma or another of her novels.I am passionate about the era, the culture, its norms, customs and even, why not, environments. I recognize that society has come a long way in favor of women and certainly, Jane Austen, in some way also did so by raising her voice, through literature.
Photo de Suzy Hazelwood en Pexels
I understand that the characteristics of human beings, virtues and flaws, are as old as they are. His qualities are identified with a type of culture, education, tradition, but although I believe that most of these can be learned, there are those that are born from within, the characteristics that no one teaches you, but that you cannot abandon, whether they are bad or good, those inherent to your unique and unequaled self.
Although human beings are aware of these, I do not consider them to be exclusive to our species. There are countless anecdotes, stories, experiences of animals that tell of kindness, loyalty, overprotection and others in their behavior.
We can choose to be: honest, sincere, patient, flexible, empathetic, kind, generous, respectful, tolerant, humble, solidary, loyal, affable, prudent, compassionate, simple, brave, discreet, responsible, disciplined, tenacious, etc.
Today perhaps we prefer, for whatever reason, to be the opposite: corrupt, hypocritical, inflexible, disloyal, greedy, intolerant, resentful, reckless, arrogant, rude, authoritarian, cowardly, indiscreet, selfish, irresponsible, impatient or other defects.
We choose how to act in life. But... Do we have the right to let these virtues or defects affect other people? Who gives us this power?
When does asking for a favor become by default a demand?
At what instant does a please, could you, would you be so kind, become a need?
What paragraph in the terms and conditions of social relationships (friendship, family, romantic, diplomatic, work, etc.) says that any of them are exempt from the rules of politeness and respect?
When did modernity or informal manners of conduct imply disrespect, infringement of the rights of others or abuse?
Some time ago I saw a movie called "The kindness of strangers". Since I read the title it caught my attention, I considered it unusual and of course I chose it. In summary, the film develops stories that in the end are intermingled and in which different characters, surrounded by the hostility and/or haste of everyday life, are benefited by the kind actions of one person, in each particular situation, and the impact of these actions is narrated.
A single person, a generous action, an instant, can change the course of a whole life, can make a difference between living and dying, and when I say dying I do not only mean the "cessation of vital functions".
Photo de Andrea Piacquadio en Pexels
In my opinion, choosing the path in your life is always a personal decision, in which, we should not be fooled by the "easy", but inevitably, we are not an island, so the environment can influence.
Life shines with goodness, kindness and/or generosity. I have irrefutable demonstrations on a daily basis in my life, but these would be other stories.
If you don't believe it, I challenge you to try it, to do good day to someone, to improve his/her life, if you don't already. And let me know how it went, what did you feel?
Translated: By me and DeepL
Cuando has mencionado a los personajes de Austen se armó inmediatamente una escena de ficción en mi cabeza en donde Emma y Elizabeth Bennet intentaban mantener una conversación formal a pesar de sus marcadas diferencias, y terminé desarrollando una breve comedia al estilo La importancia de llamarse Ernesto 🤣 jajaja priceless!
Es importante que en el triste mundo donde vivimos haya gente que se haga esas preguntas que planteas, que dedique un momento a examinarse y entender que aunque la realidad sea terrible y no encajemos con nuestros pensamientos, estamos en todo el derecho de vivir correctamente y hacer el bien. Yo creo @milmiradas que estás en la época correcta, solo que muy pocos deciden vivirla como se debe.
Es cierto, hacer bien no es una utopía es una decisión 😉.Aprecio mucho su comentario @ninaeatshere. Ciertamente lo que cita de Emma me trae otro momento de la película, cuando esta se burla aparentemente de una forma ingenua del rasgo locuaz de la señora Elton, dejándola en ridículo. Todos los presentes censuraron lo ocurrido con sus reacciones posteriores aunque sólo el señor Knightley es quien verbalmente la reprende por su desafortunado comentario.
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