Como dice el dicho: "Si el perro te muerde, no muerdas al perro"/ As the saying goes, “If the dog bites you, don't bite the dog.” (ESP/ ENG)

in Catarsis14 days ago


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Como dice el dicho: "Si el perro te muerde, no muerdas al perro"

Buen sábado, amigos de Hive. Espero que estén disfrutado un excelente sábado de noviembre.

El día miércoles de esta semana tuve que ir a un supermercado de la localidad. Mientras revisaba los precios de las bandejas de carne, sentí que alguien me empujaba. Cuando voltee a ver, era una señora con un gorro que estaba molesta y dijo, para que todos escucharan:

_Yo no sé por qué la gente si no tiene dinero, viene al supermercado. Para eso existen las bodegas. Lo único que hacen es hacernos perder el tiempo –expresó de manera pretenciosa, grosera, y pasó por encima de todas las personas que estámos en la nevera mirando los precios. Otra señora que estaba a mi lado la vio con los ojos bien abiertos, dispuesta a responderle, pero finalmente ni ella ni nadie le dijo nada.

Luego de comprar las cosas que necesitaba, me dirigí a hacer la cola. Delante de mí estaba una señora que hablaba por teléfono y como recordé que no había comprado detergente, le informé a la señora que estaba delante de mí que iba a buscar algo que se me había olvidado y dejé la cesta donde tenía mis productos.


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No había pasado un minuto cuando regresé y encontré que la señora del gorro estaba delante de la cesta que yo había dejado. Sin intención de crear polémica, me dirigí respetuosamente a la señora y le dije que ella estaba en mi lugar. La señora del gorro volteó la cabeza, como la chica de exorcista, y me dijo:

_¿Cuándo, criatura? Yo tengo rato aquí –soltó y me dio la espalda. Yo busqué apoyo en la señora del teléfono y le dije:

_Señora, ¿yo no estaba detrás de usted? –pregunté y la señora asintió. Con aquella respuesta, tomé nuevamente mi lugar en la cola. Esto fue suficiente para que la señora del gorro, que había quedado detrás de mí, comenzara a “rumiar” su amargura. En voz baja, como para que solo yo la escuchara, comenzó a desprestigiar a la gente, a ofender, a botar toda la rabia acumulada. Para mi sorpresa, jamás voltee a verla, ni le respondí nada, aunque tuve ganas de hacerlo. Solo le di la espalda y me quedé quieta como una estatua, como Shakira o como si me fueran a pegar una inyección.


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Cuan fácil es pagar con la misma moneda, pienso mientras escribo esto. Cuán fácil habría sido caer en el mismo juego de la señora del gorro: el juego del enfrentamiento, del conflicto, del dime y yo te respondo. Cuántas veces caemos en la trampa del momento y nos dejamos llevar por la rabia, por el fósforo que busca encender el fuego. Yo no quiero caer en el error de decir que no podemos rebajarnos al nivel de los otros, porque no se trata de estar por encima de la gente con nuestros actos, ni ser superiores a ellos. No.

Solo quiero dejar ver que hay muchas personas que salen a la calle, cada día, buscando a otra persona en la cual descargar sus miserias, sus furias, sus resentimientos. Intentan traspasar sus mundos oscuros a otras personas y a veces lo logran, porque caemos en la trampa de responderles, picamos la carnada del pleito, de devolverle “sus palabras”. Sin saber que si el fósforo no encuentra forma de encender nada, se consumirá en un instante.

Mientras salía, observé con cierta pena cómo la cajera tenía que lidiar con la señora del gorro, quien se quejaba por los precios de los productos y seguramente hasta por la extinción de los dinosaurios. Mientras caminaba a tomar el transporte público, recordé un dicho que decía mi abuelita: “Si un perro te muerde, no muerdas al perro”. Y no estoy hablando de perro…

HASTA UNA PRÓXIMA OPORTUNIDAD, AMIGOS

La imagen principal es de libre uso y editada en Canva, y el texto fue traducido con Deepl Translate.

[Versión en inglés]
Good Saturday, friends of Hive. I hope you are enjoying a great Saturday in November.
On Wednesday of this week I had to go to a local supermarket. As I was checking the prices on the meat trays, I felt someone pushing me. When I turned to look, it was a lady in a hat who was upset and said, for all to hear:
_I don't know why people, if they don't have money, come to the supermarket. That's what bodegas are for. All they do is waste our time,” she said in a pretentious, rude manner, and walked over all the people who were in the cooler looking at the prices. Another lady next to me watched her with wide eyes, ready to answer her, but finally neither she nor anyone else said anything to her.
After buying the things I needed, I went to stand in line. In front of me was a lady talking on the phone and since I had not bought detergent, I informed the lady in front of me that I was going to get something I had forgotten and left the basket where I had my products.
Not a minute had passed when I returned and found that the lady with the hat was in front of the basket I had left. Without intending to create controversy, I respectfully addressed the lady and told her that it was in my place. The lady with the hat turned her head like the exorcist girl and said to me:
When? I've been here for a while,” he said and turned his back on me. I looked to the lady on the phone for support and said, _Madam, wasn't I behind you?
_Madam, wasn't I behind you? -I asked and the lady nodded. I, with that answer, took my place in the queue again. This was enough for the lady in the cap, who had been behind me, to begin to “ruminate” her bitterness. In a low voice, she began to discredit people, to offend, to pour out all her accumulated rage. To my surprise, I never turned to look at her, nor did I say anything back, although I felt like doing so. I just turned my back to her and stood still like a statue, like Shakira or as if I was going to get an injection.
How easy it is to pay with the same coin, I think as I write this. How easy it would have been to fall into the same game of the lady with the hat: the game of confrontation, of conflict, of tell me and I will answer you. How many times we fall into the trap of the moment and let ourselves be carried away by anger, by the match that seeks to light the fire. I do not want to fall into the error of saying that we cannot lower ourselves to the level of others, because it is not about being above people with our actions, nor being superior to them.
I just want to let you see that there are many people who go out into the street, every day, looking for another person to unload their miseries, their anger, their resentments. They try to transfer their dark worlds to other people and sometimes they succeed, because we fall into the trap of answering them, we take the bait of the fight, of returning “their words”. Without knowing that if the match does not find a way to light anything, it will burn out in an instant.
As I walked out, I watched with some sorrow as the cashier had to deal with the lady in the cap, who was complaining about the prices of the products and probably even the extinction of the dinosaurs. As I walked to catch my ride, I remembered a saying my grandmother used to say: “If a dog bites you, don't bite the dog”. And I'm not talking about dog...

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Many thanks to the entire @ecency team, especially to @amiegeoffrey

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