Hace unos días escribí que en Venezuela eran Horas de Esperanza, Horas Decisivas: Horas de Sangre o de Libertad. Mi corazón en estos momentos está angustiado y, como miles de venezolanos, no puedo callar. Es que no debemos callar. Lo que ocurre en las calles de nuestro país es aborrecible.
¡Todos! Sí, todos, incluso los que están fuera de Venezuela, se encuentran en peligro. Sólo oponerse, sólo decir que es ilegal, incorrecto, maligno, postear en una red social e izar la bandera nacional es peligroso. ¡Cómo duele! ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo llegamos a este punto donde un grupo acusa a otro por pensar distinto? No merecemos esto.
No merecemos que trunquen nuestros sueños, nuestro futuro, nos encarcelen o nos maten. Lo que sucedió en los últimos días y seguirá sucediendo son escenas nazis y de apartheid replicados de una manera bestial. ¡Qué doloroso! No hay debido proceso, se viola todo lo que establece la constitución y se coartan los derechos humanos más básicos.
Me pregunto qué clase de venezolanos son esos que amenazan a otros bajo su misma condición. Familias separadas, sin gas doméstico, un salario digno para poder vivir, sin insumos médicos y pobreza. Insensatos, no saben que su grupo es el mismo peligro que avecina a sus puertas. Incluso ellos también están en riesgo. No se puede estar al lado del mal; porqué después irá hacia tu puerta. Cuando alguien acusa a otro por pensar diferente, se condena así mismo.
No se puede decir en este momento: soy imparcial, estoy harto de la política o soy neutral. Muchos seres humanos actúan de manera incorrecta en los momentos que los demandan, prefieren callar y agudizar el miedo. Cuando el miedo se expande, la incertidumbre crece y el destino te juzga. La fuerza del bien crece.
Soy venezolano, amo la libertad a pesar de no vivir en ella. Siempre creeré que la única manera de defender a un país es por medio de la democracia. Nadie puede entender lo que se siente en este momento ser venezolano. Es tan difícil de explicar, aun cuando seas abogado o sepas profundamente cómo funciona el Estado.
Mi hermana tiene tres días llorando, ayer al escucharla de la impotencia me quebré un poco y le dije a ella y también a mí mismo qué será hasta el final. Qué ésta tragedia que inició en 1998 se acabará y qué podremos construir nuestro país, qué la gente que se ha ido volverá, qué las playas serán el punto de reencuentro para celebrar, qué habrá trabajo, educación de calidad y libertad de expresión.
Quiero creer hasta el final que las cadenas caerán y que el vil egoísmo no volverá a triunfar como se entona en nuestro himno nacional. Deseo despertar y abrir los ojos sin miedo a que me puedan arrestar por pensar diferente. Donde pueda leer una noticia en el periódico y diga que en el aeropuerto internacional de Maiquetía no paran de aterrizar aviones llenos de venezolanos.
Deseo creer que cada uno de nosotros no dejará pasar éste momento, que no será indiferente y no nos expulsarán al extranjero eternamente. Que las heridas sanen, la justicia impere y los malvados paguen por las horas de horror que hemos vivido.
Nunca pensé que tendríamos que ocultar lo que decimos en una red social, incluso ahora me arriesgo al igual que muchos al escribir acá. Nadie está exento de ser perseguido, pero aun así confió en que podremos salir de estos días oscuros donde un grupo retorcido y reducido desea secuestrar la voluntad soberana de un pueblo noble. Uno que llora cada uno de sus muertos, atado en cadenas que oprimen su libertad.
Contenido original de @neruel. Todos los derechos reservados ©, 2024. Imagen: iPhone 14. Traducción: DeepL.
ENGLISH VERSION (click here!)
No One Can Be Indifferent!
A few days ago, I wrote that in Venezuela these were Hours of Hope, Decisive Hours: Hours of Blood, or Hours of Freedom. My heart at this moment is anguished, and, like thousands of Venezuelans, I cannot remain silent. We must not be silent. What is happening on the streets of our country is abhorrent.
All of us! Yes, everyone, even those outside Venezuela, is in danger. Just to oppose, just to say that it is illegal, wrong, or evil to post on a social network and raise the national flag, is dangerous. How it hurts! How did we get to this? How did we get to this point where one group accuses another of thinking differently? We don't deserve this.
We don't deserve to have our dreams and our future cut short—to be imprisoned or killed. What happened in the last few days and will continue to happen are Nazi and apartheid scenes replicated in a bestial way. How painful! There is no due process, everything in the constitution is violated, and the most basic human rights are curtailed.
I wonder what kind of Venezuelans are those who threaten others in the same condition. Separated families, no domestic gas, no living wage, no medical supplies and poverty. Fools, they do not know that their group is the same danger looming on their doorstep. Even they, too, are at risk. You cannot be on the side of evil, for then it will come to your door. When someone accuses another of thinking differently, he condemns himself.
One cannot say at this moment: I am impartial, I am fed up with politics, or I am neutral. Many human beings act incorrectly in the moments that demand it, preferring to remain silent and heighten fear. When fear expands, uncertainty grows and fate judges you. The force of good grows.
I am Venezuelan, and I love freedom, despite not living in it. I will always believe that the only way to defend a country is through democracy. No one can understand what it feels like to be Venezuelan right now. It's so hard to explain, even if you are a lawyer or know deeply how the state works.
My sister has been crying for three days. Yesterday, when I listened to her out of impotence, I broke down a little, and I told her and also myself that it would be until the end. That this tragedy that began in 1998 will end, that we will be able to build our country, that the people who have left will return, that the beaches will be the meeting point to celebrate, that there will be work, quality education and freedom of expression.
I want to believe in the end that the chains will fall and that vile selfishness will never again triumph, as it is sung in our national anthem. I want to wake up and open my eyes without fear that I can be arrested for thinking differently. Furthermore, I read a news item in the newspaper, and it says that planes full of Venezuelans keep landing at the international airport of Maiquetía.
I want to believe that each one of us will not let this moment pass, that we will not be indifferent, and that we will not be expelled abroad forever. May the wounds heal, may justice prevail, and may the wicked pay for the hours of horror we have lived through.
I never thought we would have to hide what we say on a social network, even now, I take the same risk as many by writing here. No one is exempt from persecution, but even so, I am confident that we can emerge from these dark days when a twisted and small group wants to hijack the sovereign will of a noble people. One that mourns each of its dead, bound in chains that oppress its freedom.
Original content by @neruel. All rights reserved ©, 2024. Image: iPhone 14. Translation: DeepL.
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Son tiempos terribles mi querido @neruel. En la medida de lo posible debemos insistir que nuestra lucha es por restablecer la Democracia. En estos momentos la represión ha escalado a niveles que no habíamos conocido. El estado de derecho desapareció. Tenemos que seguir resistiendo. Un fuerte abrazo desde Maracay.
¡Así es amigo! Son tiempos muy duros. Confío en que podremos salir de éste momento. El restablecimiento del sistema democrático nos permitirá volver al consenso para reformar la institucionalidad del país. Lo que ha sucedido los últimos días es dantesco. Ya no se sabe en quién confiar, cuídate mucho.
El Estado de derecho cercenado por completo. Cuídate mucho, fortaleza en éste momento donde no hay ningún tipo de garantía procesal.
Tengo la fe de que pronto todo esto terminará 💔
Igualmente!
Hola @neruel, así es, nadie deberá ser indiferente, porque cuando lo hacemos y lo has dicho, se podría voltear la tortilla y tocarle a ese que ha cerrado los ojos para no ver, tapado los oídos para no escuchar y el haber enmudecido ante tanto vejamen.
Estoy segura sin ser pitonisa, porque tengo, fe, esperanza de que más tarde que nunca saldremos de esto, nuestra voz es escuchada en todo el universo y el conspirará para que nosotros como pueblo rescatemos la Democracia.
El momento actual que estamos viviendo no se parece a ninguno y el pueblo venezolano despertó.
Oremos,recemos desde cualquier lugar donde nos encontremos para pedirle a Dios y en lo que creamos que nos liberen de todo mal. Pronto muy pronto estaremos transformando lagrimas por sonrisas, tempestad por calma, porque merecemos vivir con calidad de vida, que nos respeten como seres humanos, que vuelva la inconstitucionalidad a nuestra bella 🇻🇪, y esta renacerá en todo su esplendor como el Ave Fénix.
Que Dios nos bendiga.
Hola amigo, realmente es preocupante, aquí en mi ciudad hay un gran silencio, pero en estos días dije que no me iban a callar y hablé con mi hermano que está afuera, él me decía que hasta a ellos los pasaportes se los están cancelando, me decía que había leído eso de artistas que se pronuncian contra este régimen. Que duro y nos queda es seguir orando, confiando en Dios.
El silencio es abrumador. Si es algo que nunca se habiamod visto y que incumple todo tipo de legalidad. Son tiempos muy dificiles.
Son tiempos dificiles, solo Dios sabe porque pasan las cosas, dejemos todo en manos de Dios, busquemos la Unidad y volvamos a seguir luchando por un Mejor Pais, pero todos Unidos, eso es lo que nos ha debilitado en el tiempo, nos dispersamos en una lucha, que es tan sangrienta como lo es el poder...
Sigamos adelante, solo se volvio a perder una batalla, no la guerra...
Dios toma el control de Nuestra Querida Venezuela, Él nos hará libre🙏
Son tiempos muy duros. El pais se unió el domingo y lo que pasó despues de ese dia ha sido doloroso. La unión llega cuando predomina la verdad.
La verdad y Dios está con nosotros.