Gracias a Dios existe una diferencia abismal entre como nos criaron a nosotros y a como nosotros hemos criado a nuestros hijos, sobre a la hora de trasladar esos mandatos sociales y/o familiares que muchas veces nos han sido impuestos y que tantas limitaciones nos ha generado.
Despojarse de imposiciones y priorizar nuestro sentir nuestros deseos es muy importante, para mantener nuestra salud mental y por ende nuestra salud física y emocional.
Creo que los seres humanos nos vamos dando cuenta de que trata la vida a medida que vamos creciendo y vamos aprendiendo a escucharnos y tomar una pausa para ver como nos sentimos y actuar en consecuencia.
Sin dudas DECIR NO también es una opción.
Beso grande a las tres mosqueteras!
Así es querido Pablo, hemos aprendido y mejorado la crianza en muchos aspectos. No normalizando lo malo y normalizando lo que aunque digan que está mal, no lo está, como el hecho de decir que no, cuando se deba.
La vida sin duda es un constante aprendizaje.