Ha dicho el filósofo alemán Heidegger que el lenguaje es la casa del ser, que habitamos en él, y que le da significación a nuestra vida, pues por su través esta se nos revela. Hoy, en el Día Internacional de la Lengua (también del Libro y la Lectura), cobra especial sentido recordar esa reflexión.
Como seres comunes, habitantes de un tiempo y un espacio, de una sociedad y una cultura, a diario debemos hacer uso del lenguaje. Nuestra comunicación fundamental con los otros y con nosotros mismos se da por y en él. Por eso, como reflexionaba el escritor español Pedro Salinas, “el hombre se posee en la medida que posee su lengua”, y más, “el hombre que no conoce su lengua vive pobremente, vive a medias”.

Es lamentable encontrarnos frecuentemente con individuos —jóvenes o adultos— con graves dificultades para expresar con claridad, precisión y pertinencia sus ideas, pareceres, emociones… No es un problema nuevo; ya Salinas lo advertía en aquel ensayo de 1944, y muy posteriormente, en 1984, el poeta y ensayista venezolano Rafael Cadenas abordará esa crisis en su contundente ensayo “La quiebra del lenguaje”, que comienza diciendo:
De una manera general se puede decir que el venezolano de hoy conoce muy poco su propia lengua.
Ese deterioro creciente, multifactorial en sus causas —que obviamente no abordaré aquí—, tiene consecuencias también de muy diverso orden, pero, sin duda, la más importante es la incidencia en la comprensión que la persona pueda hacer de sí mismo y del mundo, en el debilitamiento de su naturaleza interior, incluyendo su memoria, su pasado.
El poeta venezolano José Antonio Ramos Sucre sintetiza en una de sus “granizadas”, con fuerza aforística: “Un idioma es el universo traducido a ese idioma”. He allí el núcleo de la cuestión. Nuestro universo –entiéndase mundo de referencias, significaciones, conocimientos, interpretaciones, etc., es decir, cultura, pero también naturaleza– será más o menos amplio, más o menos rico, más o menos profundo, en relación con las condiciones que tengamos en el conocimiento y ejercicio de nuestra lengua.
Esta idea no se dirige a un elogio de una especie de erudición y rebuscamiento de la expresión lingüística, aunque también esta pueda tener cabida. No, se trata de propugnar el ejercicio, a la vez, sencillo y culto de la lengua, tal como lo expresó Cervantes en el prólogo a Don Quijote de la Mancha:
(…) a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas, salga vuestra oración y periodo sonoro y festivo, pintado, en todo lo que alcanzáredes y fuere posible, vuestra intención; dando a entender vuestros conceptos sin intrincarlos ni oscurecerlos”.
Viene muy a propósito la cita de Cervantes, pues en 2025 se cumplen 410 años de la publicación de la segunda parte del Don Quijote de la Mancha, que se hiciera el 31 de octubre de 1615. Cervantes había puesto en práctica lo que Juan de Valdés expresara en su Diálogo de la Lengua (1535): Las palabras son la savia del ser de un pueblo, de una raza. En toda su obra, critica tanto la afectación cultista como las faltas del habla vulgar.

Así dirá, a través de uno de sus personajes: “Llaneza, muchacho, no te encumbres: que toda afectación es mala”. Lo cual se refuerza en:
El lenguaje puro, el propio, el elegante y claro, está en los discretos cortesanos (…): dije discretos, porque hay muchos que no lo son, y la discreción es la gramática del buen lenguaje, que se acompaña con el uso.
Pero igualmente, hará Cervantes una valoración justa y necesaria del habla popular, sobre todo con la inclusión de los refranes, según los especialistas, aproximadamente doscientos en su principal novela. Hablándole a Sancho, quien será el sujeto primordial de este sabio uso, dirá Don Quijote:
Paréceme Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas, especialmente aquel que dice: ‘Donde una puerta se cierra, otra se abre’.
Finalizo, con una afirmación del Premio Cervantes 2022, Rafael Cadenas, en su ensayo citado: (…) “en la defensa del hombre ha de incluirse la del idioma”.
Referencias:
Cadenas, Rafael (1984). En torno al lenguaje. Caracas: Universidad Central de Venezuela.
Salinas, Pedro (1995). El Defensor. Colombia: Grupo Editorial Norma.
https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Cervantes
https://es.wikipedia.org/wiki/Don_Quijote_de_la_Mancha
https://cvc.cervantes.es/literatura/cervantistas/congresos/cg_2006/cg_2006_48.pdf




