josemalavem cross-posted this post in CELF Magazine 6 days ago


Penar y deseo de democracia (ejercicio de reflexión a propósito del 23 de enero)

in Catarsis6 days ago (edited)


El 23 de enero de 1958 el movimiento social, civil y democrático venezolano, con el puntual apoyo militar, logró salir de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez e iniciar el recorrido a la ansiada democracia. 40 años más tarde, se concretó el asedio autoritario-militar en contra de nuestra democracia, lo que aún sufrimos, pese a los indiscutibles logros en su contra, especialmente, los resultados de las elecciones del 28 de julio de 2024.


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Fuente


¿Será posible un país donde la civilidad o ciudadanía sea la condición propia de todos? ¿Donde la condición humana, por ser tal, sea respetada, al margen de ideologías (quizás el peor “invento” humano) o circunstancias políticas? ¿Donde se respete el más elemental derecho, el de la vida, sin encarcelamientos, torturas y asesinatos, lo más grave, con intención política?

Hace tanto tiempo que no sé del cumplimiento natural (en el sentido social) del respeto y práctica de esa condición, que casi se me ha olvidado su existencia en mi país. Y a eso es a lo que juegan los regímenes autoritarios, totalitarios. La historia contemporánea lo ha dicho; lamentablemente, son pocos hoy los que conocen la historia.

Hubo una vez (diciéndolo al modo de relato maravilloso) donde este país (que sigue siendo mi alma diaria) vivió en su “perfectible” democracia, ganada a fuerza de difíciles y duras luchas ciudadanas, tiempo que se hizo extenso en logros sociales de todo tipo. De esos derechos y beneficios soy (fuimos, incluso los “íncubos” de este aciago presente), actualmente, todavía, una representación viva, aunque a duras penas.

En algún momento, las ansiedades y ambiciones llevaron a la ruina a nuestra democracia, precaria pero real. Entre el oportunismo político, generalmente ignorante, y las apetencias de poder, incluso, de “notables”, perdidos en su “odio” a lo existente, se erigió un adefesio, supuestamente alternativo, pero que terminó siendo, como era de esperar, la más aberrante concreción de corrupción, engaños y mentiras, realidad que sigue alienando nuestras vidas.

Con razón ha llegado a decir el más grade poeta venezolano vivo, Rafael Cadenas, sobre la democracia: “Es urgente defenderla de todo lo que la asecha y para ello se requiere recrearla. Esa tarea le incumbe a la educación, que la ha descuidado.”

Obviamente, no supimos cuidar y defender nuestra democracia. Por lo contrario, se atentó contra ella desde su propio seno, con enfoques ciegamente radicalizados, o con intereses de desconocidos objetivos. La imperfecta democracia que teníamos, la mermamos (para no decir que la destruimos). De ella nos ha quedado muy poco; quizás un remedo venido a menos, hecho de procedimientos falsos o sin apego legal. Y en la educación es donde, quizás, hemos recibido los peores ataques destructivos; siendo hoy un país casi sin universidades; como ocurrió con la mía, la Universidad de Oriente, más allá de oportunismos gubernamentales.

“Una vez tuve un país”, dicen que dijo el poeta argentino Jorge Luis Borges, a propósito del régimen de Perón (de raíz tan parecida a este), frase que ha resonado en mi interior tantas veces.


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Gracias por su lectura.




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