Hace un par de meses fui invitada a tomar fotos en una pieza de danza Butoh llamada Cuentos de Hadas y Dragas, una experiencia que sin duda disfrute mucho, no solo porque era mi regreso a la fotografía escénica después de varios años, sino porque era la primera vez para mi presenciando la danza Butoh.
Fue sin duda una experiencia visual y llena de emociones que rallaban entre el gusto y la incomodidad.
Esta danza de origen japonés ya con casi setenta años de existencia es una de las expresiones artísticas mas intrínsecas y viscerales de la danza, esta responde a el proceso del bailarín en conseguir hablar con en el cuerpo y su gestualidad sin necesariamente bailar bajo el concepto tradicional que se tiene de la danza.
Los movimientos son orgánicos, muy lentos donde la tensión juega un papel importantes.
La primera parte de la obra parecía bailado por personajes mitológicos, seres naturales que lentamente te absorbían en la tranquilidad de la profundidad del mar o en la desesperación de ser quemado por las llamas del inframundo, no se sabia a ciencia cierta si veía una bruja o una medusa marina desplazarse por el escenario, lo importante era el sentimiento que trasmitían.
La segunda parte del evento fue disruptivo y brusco porque de la completa tranquilidad un desfile de alegres Drags entraron en escena encendiendo el escenario del sopor y la ensoñación en la que el público se había sumido.
Al ritmo de "Sexual Revolution" de Macy Gray hicieron su entrada las Drags, envueltas en trajes coloridos y con maquillajes exagerados convirtiendo la solemnidad en divertimento hasta el momento en el que la música paró abruptamente llevando a cada drag y a cada gesto de diversión al abismo de la fantasía.
Impresionante el trabajo de estos bailarines cuya actuación dejo sin palabra y con mil preguntas a los espectadores, buscar racionalidad en la pieza era irracional, cada pieza se prestaba a tu libre interpretación no sabia si reír o acongojarme, muchas historias se pasaron por mi mente, ninguna con un final claro.
El trabajo de iluminación, musicalización y los vestuarios alimentaron perfectamente cada escena, completando así la experiencia sensorial de un cuento casi mitológico.
Mis felicitaciones a los bailarines y al maestro Juan Carlos Linares, director de la compañía Thot de Danza Buto en Venezuela y un grato agradecimiento por la oportunidad de tomar fotos de la obra.
Cámara Canon Rebel T3i
Caracas, Venezuela 2022Fotos de mi autoría @lphnfotografia
Excelente muestra de capturas de esta expresión artística, logras atrapar la atención del espectador con imágenes de movimientos que denotan gran fluidez.Saludos @lphfotografia
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