Esta es una ambivalencia de lo que vemos medio lleno o medio vacío, sobre todo es cómo ese sentir nos atormenta al no saber determinar si dicho margen lo llevamos a favor o en contra. La retórica es existencial, nada alentadora, porque estás -pareciera- lejos de tocar fondo y aun así, tienes la zona de derrumbe tan solo a las rodillas.
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