Mi hermano querido, carajo, aquí estoy, al pie del cañón.
Que edificio tan, pero tan bello; pero fíjate como son las cosas, se queda corto al lado de la belleza da distinguida dama que en el momento de tu fotografía pasa caminando por debajo de él, vestida con un traje blanco, largo; y además comiendo algo que se me ocurre, podría ser una manzana.
Me gusta cuando salen personas en tus fotos, querido amigo.
Sabes que te recuerdo mucho, hermano, si las cosas no andan muy bien, pa' lante pues, que para eso tiene raza.
Ja, ja, ja ...la belleza de las damas eclipsa hasta al edificio más caprichoso, claro que sí. Aunque te juro y perjuro que no la contraté como modelo. En ciertos lugares es imposible sacar una fotografía sin gente, de modo que hace tiempo que me dejo llevar y no se puede decir que no soy objetivo: tal como se presenta, así sale la foto. Estoy acostumbrado a las dificultades, mi pana, pues en el fondo, aunque duelan, también ayudan a crecer, te abren los ojos, te hacen madurar y lo más importante: con como un buen Cola-Cao para reforzar tu resiliencia. Además, soy de una raza de luchadores. Un fuerte abrazo
Así me gusta escucharlo hablar.
Saludos, hermano.