Santa Eulalia de Abamia is another of those ancient architectures, and also Romanesque, to boot, which, without reaching the superb grandeur of other temples of its kind, nevertheless inspires mixed feelings that penetrate deeply into the spirit of the spectator, especially as he or she becomes more ingratiated with that magnetic halo of mystery that surrounds the place.
Located approximately two kilometres from the town of Corao, there is no doubt that this place, despite its apparent humility, exudes a remarkable antiquity, much earlier than the 12th century when a small monastic community settled here, surely next to a much older place of worship, as shown by part of what was once an antediluvian dolmen, which still preserves a kind of disturbing engraved face and which, known as 'the idol of Corao', can be seen in the permanent exhibition of the National Archaeological Museum in Madrid.
But in this humble church, some of whose elements were added and are now ruined and covered by persistent vegetation, not only its archaic doorway refers to the tortures to which sinners are subjected, which had penetrated so deeply into the medieval mentality, but also to the legendary Cuélebre or dragon of Asturian mythology, a curious character who is dragged by the hair to that hell and who popular tradition identifies as Don Opas, the traitor bishop and also houses the mortal remains of the first king of the Asturian dynasty, Don Pelayo, those of his wife Gaudiosa and in modern times, from a niche in the small adjacent cemetery, those of that mysterious character, Roberto Frassinelli, who, in love with this land, made Asturias his second homeland.
La de Santa Eulalia de Abamia, es otra de esas ancestrales arquitecturas y además románica, para más señas, que, sin alcanzar la soberbia grandiosidad de otros templos de su género, inspira, no obstante, sentimientos encontrados que van calando profundamente en el espíritu del espectador, sobre todo, a medida que éste va congratulándose con ese magnético halo de misterio que envuelve al lugar.
Situada, aproximadamente, a algo menos de dos kilómetros de distancia del pueblo de Corao, no cabe duda de que de este lugar, a pesar de su aparente humildad, emana una notable antigüedad, muy anterior a ese siglo XII en el que asentó aquí una pequeña comunidad monástica, seguramente a la vera de un lugar de culto mucho más antiguo, como lo demuestra parte de lo que fuera un antediluviano dolmen, que todavía conserva una especie de inquietante rostro grabado y que, conocido como ‘el ídolo de Corao’, se puede ver en la exposición permanente del Museo Arqueológico Nacional, de Madrid.
Pero en esta humilde iglesia, parte de cuyos elementos añadidos y hoy día arruinados y cubiertos de persistente vegetación, no sólo su arcaica portada hace referencia a las torturas a las que son sometidos los pecadores, que tan profundamente hondo habían calado en la mentalidad medieval, sino también al legendario Cuélebre o dragón de la Mitología asturiana, a un curioso personaje que es arrastrado por los pelos también hacia ese infierno y que la tradición popular identifica como Don Opas, el obispo traidor y además, alberga los restos mortales del primer rey de la dinastía asturiana, Don Pelayo, los de su esposa Gaudiosa y en tiempos modernos, procedentes de un nicho del pequeño cementerio aledaño, los de aquél misterioso personaje, Roberto Frassinelli, que, enamorado de esta tierra, hizo de Asturias su segunda Patria.
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Puxa Asturies!!
Puxa Asturies y Dios te llibre de Castiella, como cantaba Nuberu, Asturies Forever, nen...