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Lo tradicional es siempre todo un lujo para los sentidos, sin necesidad de acudir a restaurantes top con múltiples estrellas Michelín. Y lo mejor, que hasta algo tan sencillo como una tortilla de patatas, sabe a gloria bendita, sobre todo si viene acompañada de una bota y un buen tinto.

¡No puedo estar más de acuerdo! La tortilla de patata es un manjar de dioses.