LA PINTURA UN ACTO POETICO
Particularmente como licenciada en pedagogía mención desarrollo artístico y docente en el área del arte terapia en Venezuela, he podido observar y evidenciar que el arteterapia es una vital herramienta no solo a nivel psicológico, cognitivo, creativo y recreativo sino que es un ente de estimulación físico-motor, logrando desde su aplicación en personas con discapacidad la estimulación inmediata en distintas áreas comprometidas a nivel psicomotor.
Estas diversas cualidades dentro la pintura indiscutiblemente evidencian que la acción de pintar es un acto poético, instante donde el artista detiene el tiempo y se adentra a la máxima expresión del sentir, ese instante donde el pintor o pintora danzan con el trazo, adhiriéndose al pigmento convirtiéndose en una sola materia, creando y recreando la forma bajo la silueta de la mancha, descubriendo y encontrándose mediante la melodía del alma, esa que proviene de la melancolía, la furia, la alegría o el erotismo, así pues va componiendo y descomponiendo entre líneas y matices fragmentos de sí mismo, del contexto que lo rodea, del amor ausente, del grito en la batalla de existir.
A pesar de que el instante poético se puede presentar en cualquier evento de nuestra cotidianidad como: tomar una fotografía, bailar alguna melodía, disfrutar del alba, el ocaso, el cantar de un canario o simplemente apreciar un paisaje, desafortunadamente muchos no tiene la capacidad de reconocerlo, de sentirlo, de convertirlo en acto, en acción, pues el sistema de cosas está hecho para deshumanizar, desensibilizar al hombre ocupándolo en lo inmediato para así obtener toda su atención y alejarlo del encuentro consigo mismo, con la naturaleza, el arte y con la vida.
Ahora comprendo al Maestro y precursor del cubismo Pablo Picasso, cuando describe al pintor como el ser que pinta lo que siente y no lo que ve, pues a partir de este principio básico del sentimiento como principal gestación de la pintura, nace el acto poético, esa necesidad entera y eterna de sacar la poesía de la palabra y convertirla en acción convertida en pincelada.