For a while now, I've been telling my children that they need to gain responsibility and learn how to do things around the house. I talk to them about the importance of being independent.Hello, friends of @holos-lotus, thank you for this initiative.
And by being independent, I don't mean becoming independent, but rather learning to fend for themselves and not having to wait for other people to solve a problem.
I tell them that Mom and I won't always be there to do everything for them. I try to make sure they have their responsibilities and fulfill them.
What I want them to learn from now on isn't just a whim, but something I learned the hard way.
It all started in September 2009. I was just over 23 years old when my mother went to work for a year in Mexico City.
She left me with my aunt, who would take care of me until I learned to fend for myself.
At the time, I was working, doing community service, and studying at university at night. A month after my mother left, my aunt returned home after giving me some tips on how to cook the basics. However, I never had any practice, only the theory.
In all fairness, she never left me alone, but in the company of my dachshund named Elena. So imagine a 23-year-old young man responsible not only for himself, but also for another life, another being to feed and care for so it doesn't get sick.
The first few weeks were chaotic. I called neighbors to show me how to prepare beans, or how much water to add to rice.
I didn't know what "a pinch of salt, adobo, aliño, let it set" meant.
There were other kinds or words I did know, but I had no idea how to prepare them. Like sofrito or soak.
I didn't know that colored clothes were washed separately from whites. I also didn't know that wet clothes couldn't be put in the same bag.
Even less did I know how to allocate my time so I could get everything done in the day.
I won't deny that I cried. I cried a lot. Not because of loneliness, but because of the helplessness of not being able to do anything to flavor the food or remove that salty taste when it happened to me.
However, little by little, with the help of my then-girlfriend's friends, and through trial and error, I learned to do everything around the house. I even learned how to mix cement and repair walls, as well as some masonry, plumbing, and electronics techniques.
But what I learned best was how to cook.
During that year I lived alone, I fell in love with cooking. Once I returned to my mother, she began teaching him the recipes she had learned during her stay in Mexico. I taught him ingredients, techniques, and flavors he'd never tried before. I showed her where to buy the best quality and best-priced products. I showed her how to shop online so she didn't have to leave the house and instead had her products delivered to her door.
During that year, I learned to appreciate my mother and the work she did around the house.
As a child, teenager, and even young adult, I always saw everything done and never wondered how clean clothes or food appeared in the refrigerator. Every time I needed underwear or a shirt, I just had to go to the closet and grab it. As if the closet were magical and the clothes were magically washed and ironed.
Between 2009 and 2010, I learned to appreciate my mother.
I learned that running a home and having someone under your care is a matter of weight, literally a matter of life or death.
I learned that mothers are heroes and deserve all the good things in the world.
I don't regret being alone for that year at all. Although I didn't believe it at first, it was the best thing that ever happened to me. It was that year that I stopped being a boy and became a man.
Thank you for reading.For this wonderful initiative, I'm inviting @emiliorios and @marabuzal, who surely have a lot to share.
Versión en español
Desde hace tiempo le estoy hablando a mis niños que tienen que ganar en responsabilidad y aprender a hacer las cosas de la casa. Les hablo de la importancia de ser independientes.Hola, amigos de @holos-lotus, gracias por esta iniciativa.
Y puede ser independientes no me refiero a independizarse, sino aprender a valerse por sí mismos y no tener que esperar a otras personas para solucionar algún problema.
A ellos les digo que mamá y yo no estaremos siempre a su lado para hacerle todo. Trato de que tengan sus responsabilidades y cumplan con ellas.
Esto que quiero que ellos aprendan desde ahora, no es un mero capricho, si no algo que aprendí yo por las malas.
Todo comenzó en septiembre del año 2009, tenía poco más de 23 años solamente cuando mi madre se fue a trabajar durante un año a la ciudad de México DF.
(foto tomada en esa época)
Me dejó con mi tía quién se iba a encargar de cuidarme hasta que aprendiera a valerme por mí mismo.
En aquel entonces yo estaba trabajando realizando mi servicio social y estudiando en la universidad por la noche. Al mes de haberse ido mi mamá, mi tía regresó a su casa luego de haberme dado algunas indicaciones sobre cómo cocinar la basico. Sin embargo, nunca tuve la práctica, solo la teoría.
En buena lid, nunca me dejó solo, sino en la compañía de mi perra salchicha llamada Elena. Así que imagínense a un joven de 23 años es responsable no solo de sí, sino también, de otra vida, otro ser al que alimentar y cuidar que no se enferme.
Las primeras semanas fueron caóticas. Llamada por teléfono a vecinos para que me enseñaran cómo era que se preparaban unos frijoles, o la cantidad de agua que se le echaba al arroz.
No sabía qué significaba “una pizca de sal, adobo, aliño, deja que cuaje”, etc.
Habían otras clases o palabras que sí conocía pero no tenía idea de cómo prepararlas. Como sofrito o remojo.
Ignoraba que la ropa de color se lavaba separada de la blanca. También desconocía que no podían ponerse húmedas en el mismo bulto.
Mucho menos sabía cómo distribuir mi tiempo para que me alcanzara el día para hacer todas las cosas.
No les voy a negar que lloré. Lloré bastante. No por la soledad sino por la impotencia de no poder hacer nada para darle sabor a la comida o quitarle ese sabor a sal, cuando me pasaba.
Sin embargo poco a poco y con ayuda de amigos de mi novia de entonces, de la prueba y error, aprendí a hacer de todo en la casa. Incluso aprendí a preparar cemento y reparar paredes y algunas técnicas de la albañilería, plomería y electrónica.
Pero lo que mejor aprendí fue a cocinar.
En ese año que viví solo, me enamoré de la cocina. Una vez regresado a mi madre, comenzó a enseñarle las recetas que había aprendido durante su estancia de México. Le enseñé ingredientes, técnicas y sabores que nunca había probado.
Le mostré en qué lugares comprar los productos de mejor calidad y mejor precio. Cómo realizar las compras online para no tener que salir de la casa sino que te enviaran los productos hasta la puerta.
Durante ese año aprendí a valorar a mi madre y el trabajo que ella realizaba en la casa.
De niño y adolescente e incluso de joven siempre veía todo hecho y nunca me pregunté cómo aparecía la ropa limpia o la comida en el refrigerador. Cada vez que necesitaba ropa interior o una camisa solo debía ir hacia el armario y tomarlo. Tal como si el armario fuera mágico y la ropa se lavara y planchara mágicamente.
Entre los años 2009 y 2010 aprendí a valorar a mi madre.
Aprendí que llevar una casa y tener a alguien bajo tu responsabilidad, es una cuestión de peso, literalmente de vida o muerte.
Aprendí que las madres son unas heroínas y merecen todo lo bueno del mundo.
No me arrepiento para nada de haberme quedado solo durante ese año. Aunque al inicio no lo creía fue lo mejor que me ha sucedido en la vida. Fue en ese año en que deje de ser un niño para convertirme en hombre.
Gracias por leer.Para esta hermosa iniciativa invito a @emiliorios y a @marabuzal, quienes seguro tienen muchas cosas que contar.
Esto sucede porque muchos padres en su amor los sobreprotegen creyendo que deben hacer todo por sus hijos y se nos olvida que un día no estaremos aquí si no enseñamos al niño desde pequeño si no le delegamos pequeñas responsabilidades se convierte en un mal hábito e inconscientemente esperan que los demás hagan todo por ellos, limitando las capacidades de nuestros hijos y no enseñándoles lo básico para sostenerse.
What an experience! My first time cooking was during a familiar crisis too. I was even younger than you; 12 years old. My grandfather had been in a hospital and he had passed away. But I had always been interested in learning to cook and I could do it on my own thank God. Hard experiences make us grow. Thanks for sharing.
12 years! Wow, amazing!
That's make us stronger
¡Precisas y excelentes enseñanzas que transmiten tus letras!
¡Hermoso homenaje a tu madre y a todas las madres del mundo!
Ellas se lo merecen 😁
!INDEED
This was a lovely read. I can imagine how challenging it must have been to learn and adapt at the same time.
I'm glad you embraced it positively and found ways to make life easier.
Thank you for sharing your experience with us.
Warm regards!
Gracias a usted por leer y comentar.
Para personas como usted es que escribo.
Le agradezco mucho.
Abrazos
You received an upvote ecency
Lección aprendida gracias a tu experiencia. Excelente que eduques a tus hijos para estas contingencias
Hermoso post, definitivamente el viaje de tu mamá fue crucial paraque aprendieras muchas cosas de la vida y especialmente valorar el trabajo y dedicación de las madresen el hogar, son heroínas que merecen nuestro amor y admiración.
Saludos!
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STOPEspectacular publicación hermano.
Trataré de corresponder a tu invitación, por supuesto que sí.
Afectos y mucho éxito.
Que bueno que a tus hijos los estés criando de una manera diferente y que les estés enseñando cosas tan básicas como cocinar, lavar y limpiar, porque me imagino que también limpiaste. Ya eras un adulto de 23 años pero criado como un niño al que todo se le hacia. A veces es bueno que pasen esas cosas para darse cuenta de lo que nos falta. Tu mamá también debe haber aprendido de esa experiencia.
La preparación para la vida es fundamental. Saludos
Me encanta tu post ,sobre todo enterarme que tú perra era tocaya mia 🤣y ver cómo era tu ausente melena, en serio amigo gracias a ellos lograste esa autonomía contagiosa.