Cuando el resultado nos ciega y nos perdemos la vida

in Holos&Lotuslast month

Vivimos en una sociedad donde el éxito se tiende a medir por los resultados, en logros que son visibles, así como en cifras y en metas alcanzadas, ¿Están de acuerdo conmigo?, es fácil y constante el bombarde de la idea de que sólo vale la pena aquello que deja una marca, aquello que se puede mostrar, contar o "presumir".

Partiendo de esto, es lógico que con tanto estímulo externo caigamos en esa trampa de creer que lo más importante es llegar, concretar, y terminamos por restar importancia a algo que cuenta mucho, y es el trayecto, el proceso.

Esto lo veo particularmente como un problema, ya que al estar obsesionados con los resultados podemos perdernos el presente, y este es ese instante donde realmente ocurre la vida, el ahora. Nos podemos volver ansiosos, impacientes, y muchas veces, incluso nos frustramos, porque los objetivos no siempre se cumplen en el tiempo o la forma que esperamos, es manera mágica o idílica en la que previamente habíamos pensado que sería todo, ¿les ha pasado?


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Imagen de geralt | Pixabay

Ahora una pregunta : ¿qué pasaría si en vez de poner tanta energía en lo que queremos obtener, nos enfocáramos en disfrutar el proceso? En aprender, en sentir, en vivir cada paso que damos con atención.

Tengo una experiencia muy bonita que siempre recuerdo, y fue cuando aprendí a andar en bicicleta, estaba muy niño, y fue mi abuelo quien me enseñó, el proceso fue muy agradable, incluso mucho más que el logro de aprender en sí, aunque definitivamente que ese día que finalmente pude pedalear fue divertido, fue un logro, y lo disfruté y recuerdo aún, pero los momentos con mi abuelo a mi lado, eso es algo que aprecio mucho más.

También cuando estudiamos algo, para una evaluación, puede que no obtengamos la mejor calificación, pero el proceso de aprendizaje, de ir uniendo ciertos temas que se complementan y nos vamos dando cuenta de que nos estamos haciendo sabios en un tema, poco a poco, esto es placentero, y hay que aprener a disfrutarlo, más allá de la evaluación.


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Imagen de
White77 | Pixabay

Pero incluso en las escuelas se nos encamina a pensar es en el resultado, el obtener la mejor calificación, aparecer en cuadro de honor, y esas cosas que lo que hacen es sumarnos estrés, y no nos permiten disfrutar el proceso.

Si quiero dejar claro, que en ningún momento estoy diciendo que las metas no importen, claro que sí, pero definitivamente no pueden serlo todo. Si sólo vivimos pensando en la meta, nos volvemos esclavos de una sensación que dura segundos, porque una vez que la alcanzamos, ya estamos pensando en la siguiente. Y así nos pasaremos la vida persiguiendo algo que nunca nos termina de llenar, esto no tiene mucho sentido, porque nos afecta la vida en general, no nos permite ser tan felices como podríamos.

En cambio, si nos permitimos disfrutar el proceso, creo que cada día podríamos encontrar esas oportunidades para encontrar satisfacción, para aprender, para evolucionar sin la presión de la -imposible- perfección.

Es fácil decirlo, lo sé, porque la mente está entrenada para querer resultados. Pero el truco está en reprogramarnos poco a poco, en darnos permiso de vivir cada paso sin la necesidad de estar en una especie de agustia constante de estar pendientes de qué tan lejos estamos de la meta. Porque al final, viéndolo de una manera puntual y objetiva, lo que realmente nos forma y nos deja huella no es el resultado, sino el camino recorrido para alcanzarlo, ¿están de acuerdo conmigo en esto?, disfrutaría leer sus comentarios y saber lo que piensan al respecto.

Los domingos son buenos momentos para reflexionar de cara al inicio de una nueva semana. Preguntas como: ¿qué estoy aprendiendo de esto? ¿Cómo puedo hacer que este proceso sea más disfrutable? podrían ser el inicio para ese "cambio de chip mental" que necesitamos para ser más felices en el proceso. Les deseo a todos una bonita semana.


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muy buena reflexión!

A veces es difícil disfrutar del proceso cuando se tienen tantas presiones, o cuando el fracaso de este no queda solo como una lección para mejorar, sino que te perjudica fuertemente. Sin embargo, eso no es el caso todo el tiempo, y muchas veces el proceso es mucho mejor y se disfruta más que el resultado. Buena publicación, saludos!

¡Maravillosa reflexión!
¡Bravo!