Cuando se emite la frase "prepararnos para la vida" por lo general las personas se refieren al hecho de estudiar, de adquirir información académica especializada, pero esto tiene, según lo veo, sus matices, porque la adquisición de conocimientos no siempre va de la mano con prepararnos para la vida, en todo caso, podría estar más relacionada con prepararnos para realizar un trabajo especializado, pero no necsariamente para la vida.
Es bastante probable que en este punto no esté del todo de acuerdo conmigo, y lo entiendo, pero me gustaría invitarles a seguir leyendo para que plantear mejor mi postura ante este tema.
La vida tiene muchos aspectos, y la parte académica, incluso, lo laboral (aunque consuma gran parte de nuestro tiempo) son solo una pequeña parte de ese hecho de vivir, por lo tanto, podríamos alcanzar los mayores logros a nivel académico y profesional, estudiar 5 carreras universitarias, pero eso no quiere necesariamente decir que estemos preparados para la vida, os preparamos para un trabajo, eso si, pero más allá de eso, hay mucho más.
Pero parece que, e cierta forma, se asume que debemos dedicar gran parte de nuestra existencia a las actividades laborales, como si la vida debería sólo estar centrada en este aspecto, y pienso que (según lo que veo y vivo) que actuar de esa manera puede ser un gran error, porque nos llena al final de vacío existencial, y si no fuera así, ¿por qué en personas que logran grandes niveles de éxito profesional hay una presencia tan alta de enfermedades mentales como depresión y ansiedad?
Y no me malinterpreten, sé bien que estas enfermedades están presentes en toda la población, pero el detalle es que si eso fuera lo más importante, entonces esta no sería la realidad. Hay cosas mucho más allá a las que no se les presta la debida atención.
Las relaciones humanas son importantes, el crecimiento personal es necesario, así como la distracción, la salud, y esto forma parte integral de nuestras vidas, pero debemos adquirir herramienas para que podamos desarrollarnos de la mejor manera en estas áreas, aún así, no se dice prepararnos para la vida cuando decidimos, por ejemplo, aprender meditación, o a comunicarnos de manera acertiva, a adquirir herramientas para controlar nuestras emociones o, para conocernos personal y humanamente mucho mas, ¿se entiende mi punto?.
Creo que es un error reducirnos como especie solo al hecho de alcanzar logros académicos o profesionales, que si bien es importante, no es lo único ni debería ser lo más destacable.
La vida es mucho más amplia y compleja que cualquier título, logro académico o posición profesional. Reducir nuestra existencia a la adquisición de conocimientos académicos o logros laborales nos empobrece y nos limita, como si todo el valor de nuestro ser cayera en lo que hacemos en lugar de quiénes somos o cómo vivimos. Es un enfoque que, aunque profundamente arraigado en nuestra sociedad, nos lleva a perder de vista aspectos esenciales que enriquecen la vida de una manera que el éxito profesional jamás podría.
El verdadero aprendizaje, aquel que nos prepara para vivir de una manera plena, va más allá de lo que pueda enseñarnos un libro o un aula. Aprender a gestionar nuestras emociones, a mantener relaciones significativas, a encontrar paz en los momentos de silencio y soledad, a conocernos realmente... Todo esto requiere un tipo de preparación distinta, una que rara vez se encuentra en una escuela pero que es vital para llevar una vida equilibrada y satisfactoria. Porque al final, los momentos más importantes de nuestra vida suelen estar ligados a cómo enfrentamos las situaciones complejas, cómo cuidamos de quienes amamos, y cómo aprendemos a encontrar sentido y propósito, incluso en los momentos de dificultad.
Entonces, y ya para finalizar: ¿qué significa realmente prepararnos para la vida?, al menos según mi experiencia actual, significa adquirir la capacidad de adaptarnos, de caer y levantarnos, de construir una vida con sentido más allá de lo que hacemos o logramos. Significa comprender que nuestro valor no depende exclusivamente de lo que producimos, sino de nuestra capacidad de vivir auténticamente, de amar, de aprender y de evolucionar como seres humanos. Y, tal vez, al recordar esta perspectiva, podamos empezar a valorar todos los aspectos de nuestra existencia con la misma importancia y dedicación que ponemos en nuestra carrera o estudios.
Así que, en lugar de enfocarnos únicamente en prepararnos para un trabajo o un título, comencemos a prepararnos para vivir una vida plena, donde cada experiencia, cada aprendizaje, y cada relación nos acerque un poco más a quienes realmente somos. Porque al final, la vida no es solo una serie de metas y logros; es un camino para crecer, aprender y encontrar aquello que nos hace verdaderamente felices y completos.
Quería dejar esta reflexión para quien guste leerla, porque hace algunos días hablaba con alguien al respecto, y si bien no vamos a cambiar el mundo entero con esto, seguro que si podemos al menos cambiar nuestro mundo cercano, que tengan un bonito día.
Es verdad que la gente relaciona la adultez, únicamente, con los logros profesionales y trabajar. Conozco unos cuantos que son workaholic y no se saben ni hacer una arepa 🤣🤣, eso tampoco te garantiza una verdadera independencia. Ser adulto y prepararse para la vida va más allá de eso, es madurar en todos los sentidos y como bien dices, crecer como personas, gestionar las emociones y yo añadiría también, saber valernos por nosotros mismos, no depender de los demás. Excelente post, me gustó el tema que abordaste. Saludos, @apineda 🤗.
He entendido tu punto de vista y de verdad que no me había detenido antes a pensar en ello y tienes mucha razón. Cuánta gente con altos cargos y muchos títulos y se desarman con temas emocionales, o no tienen la competencia para tratar bien a la gente y tantos problemas más que hablan de la falta de inteligencia emocional. Quizá ni a los noventa años estemos preparados para la vida y habrá quien sí lo esté a los veinte, todo es tan relativo.