Entra allí la duda de tu sistema de creencias, las preguntas sin respuesta…en fin un caudal de interrogantes. Crecí convencida que nada malo podía ocurrirme mientras yo hiciese el bien, tuviese la generosidad por norte, ya sabemos que lo no tan bueno dependerá de tu actitud, mas ciertamente hay sucesos que te desarmonizan o te descontrolan lo que para ti siempre fue tu credo.
Tengo una historia particular con respecto a las creencias, mi mamá me leía poemas para dormir, me encantaba la Hilandera de Andrés Eloy o La Loca luz Caraballo, en ocasiones yo le pedía me leyese un cuento de un libro de esos para niños, pero ella en aras de no contarme cosas sobre madrastras perversas, brujas y príncipes azules salvadores, le cambiaba (cuando aun yo no leía) el tema. Recuerdo que me contó que a Cenicienta su madrastra la quería mucho y lo que hacía era enseñarla a limpiar, trabar y que estudio, se gradúo, trabajó en un buen empleo y por eso el príncipe la buscó hasta encontrarla. Me conté eso durante toda mi vida…no depender de un “príncipe”, además de creer en la poesía para casi todo.
Mi maestra de primer grado que desconocía este potencial de mi progenitora de versionar los cuentos tradicionales, leyó en clase el cuento tal y cual lo presenta su autor Perrault, me levanté indignada del pupitre a discutirle a la maestra y a mis compañeros que así no era, la docente fue paciente conmigo, sin embargo llamó a mi mamá para contarle lo sucedido. En ese momento aprendí que las verdades son relativas, lo que supuestamente contaba mi madre no era cierto, mas el cuento era eso…una quimera, una fantasía. No importa del tipo de creencia que sea. Siempre acabaremos encontrando confirmación para la misma, ya que nos convertimos en especialistas en derogar todas las situaciones que estén abiertamente en oposición con ella.
Lo más atractivo del asunto es que por otro lado, debemos tener en cuenta que los sistemas de creencias adquiridas o experimentadas no son inmutables. Son aptos de modificación. Cualquier reflexión que uno exprese tiene su momento y debe considerarse en relación con la época en que se formula, de manera que cuando aprendí a leer y leí yo misma el cuento…todo cambió y todo lo entendí.
No es la declaración de una verdad universal, sino algo verdadero, exclusivamente para una persona determinada en un momento preciso. Nunca debemos olvidar que las creencias negativas hacen daño. Lo bueno es que no somos aviones de papel arrastrado por el viento, las podemos cambiar. Y cuando así lo determinemos. Tan sólo depende de nosotros.
Beliefs...what power they have in us until they become ourselves, there is a phrase that says: "Birds locked in a cage believe that flying is a disease" (I don't know its author), although I really grew up in a family of few beliefs, but very believers. I grew up with convictions that life was blurring me, in my house I was repeated do good and do not look at who, everything good you give will return to you somehow ... that does not always happen and you understand it when life surprises you ... when you get something not "so good" that you did not expect.
Enter there the doubt of your belief system, the unanswered questions...in short, a wealth of questions. I grew up convinced that nothing bad could happen to me as long as I did good, had generosity as my north, we already know that the not so good will depend on your attitude, but certainly there are events that disharmonize or decontrol what for you has always been your creed.
I have a particular history with respect to beliefs, my mother used to read me poems to sleep, I loved Andrés Eloy's Hilandera or La Loca luz Caraballo, sometimes I would ask her to read me a story from one of those books for children, but she, in order not to tell me things about wicked stepmothers, witches and blue princes saviors, she would change the subject (when I still did not read). I remember she told me that Cinderella's stepmother loved her very much and what she did was to teach her to clean, to work and that she studied, graduated, worked in a good job and that's why the prince looked for her until he found her. I told myself that throughout my life...not to depend on a "prince", besides believing in poetry for almost everything.
My first grade teacher, who was unaware of my mother's potential to version traditional stories, read in class the story as presented by its author Perrault, I got up indignantly from my desk to argue to the teacher and my classmates that it was not so, the teacher was patient with me, however she called my mother to tell her what happened. At that moment I learned that truths are relative, what my mother supposedly told me was not true, but the story was just that... a chimera, a fantasy. It doesn't matter what kind of belief it is. We will always end up finding confirmation for it, since we become specialists in derogating all situations that are openly in opposition to it.
The most attractive aspect of the matter is that on the other hand, we must keep in mind that acquired or experienced belief systems are not immutable. They are capable of modification. Any reflection that one expresses has its moment and must be considered in relation to the time in which it is formulated, so that when I learned to read and read the story myself...everything changed and everything I understood.
It is not the statement of a universal truth, but something true, exclusively for a specific person at a specific time. We must never forget that negative beliefs are harmful. The good thing is that we are not paper airplanes dragged by the wind, we can change them. And when we so determine. It only depends on us.
Traductor usado Deepl
Invito a: @sofiaquino @lilianajimenez
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Me encantó esto: «creer en la poesía para casi todo».
Tú mamá conocía el poder de
eso que nos cuentan en esas historias infantiles y te dejó ese regalo de que la princesa no tiene por qué depender de nadie.
Gracias por contarnos.