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Ayer me topé con la cuenta de Facebook de quien por mucho tiempo consideré el amor de mi vida. Alguien que fue motivo de desvelos, lágrimas, alegrías, sueños, planes, decepciones, y todo lo demás que suele rodear a una relación que no acaba como uno hubiera querido.
A pesar de ser una mujer atractiva, siempre estuve consciente de todo lo que era y no era, tanto en lo físico como en lo intelectual y afectivo, y siempre consideré que aunque no tenía todo lo que yo buscaba, tenía y me daba cosas que posiblemente nadie más podría darme (y en eso tuve razón), y podría decirse que me conformé con eso.
Con el paso del tiempo se hizo evidente que las cosas no funcionarían, y no funcionaron. Por muchos años el pensar en ella me remitía a una sensación de frustración, tristeza, y hasta de perdida. Cuando dos personas quieren que una relación funcione, pero a pesar de sus intentos se ve obligadas a reconocer que no es así, es doloroso.
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Comento todo esto porque al toparme con la foto en que aparecía, lo que es extraño porque rara vez publica algo o aparece en publicaciones de redes sociales, decidí entrar a su cuenta, y aunque no había mucho que ver porque casi no las usa, pude tener un vistazo a su vida sin mí, con su pareja y su hijo, y contrario a lo que pensé que sentiría, podría decirse que no sentí nada, lo que fue una sorpresa.
No se si calificarla de grata o no, porque tal vez por primera vez miré su imagen sin que mis emociones fueran una especie de filtro a través del cual la valoraba. De hecho incluso hasta me pregunté lo que los otros suelen preguntarte: ¿Qué ves en ella que la quieres tanto? ó en este caso, que la quise tanto.
Lo que vi, y que sabía que estaba ahí pero antes no me importaba, fueron todas sus imperfecciones, tanto físicas como de carácter. La vi tal cual era, sin el amor que una vez le tuve, y la verdad no me gustó mucho lo que vi. Sus defectos me parecieron más grandes que antes, porque antes los minimizaba, y sus virtudes no me parecieron tan impresionantes como antes, porque ya no las magnificaba.
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El tristemente fallecido canta-autor Facundo Cabral, a quien mataron por error al confundirlo con otra persona (o al menos eso es lo que se dice), en uno de los breves monólogos que intercalaba con sus canciones al presentarse en vivo, lanzaba la siguiente pregunta: "¡¿Qué carajos es un general desnudo?!", al referirse a su abuelo, si es que no me falla la memoria.
Lo que Cabral quería expresar es que si a un general le quitas su uniforme, lo que queda es una persona común y corriente. Bueno, pues hay personas que son como los generales, y si les quitamos todo el amor que les tenemos, lo que nos queda es una alguien bastante común y corriente, no en pocas ocasiones muy distante a lo que apreciábamos antes.
Ver esas fotos, y mirar a través de ellas, tal vez por primera vez, la realidad de la persona que amé tanto, fue casi como ver por primera vez, y casi en automático me pregunté "¿Qué le viste que la querías tanto?". La respuesta tiene que ver más conmigo que con ella, y es que ahora soy otra persona, y supongo que ella también, pero eso no puedo asegurarlo.
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Hay quienes dicen que la gente no cambia, y quienes dicen que cambiamos todos el tiempo, y creo que ambas afirmaciones son ciertas y coexisten. Yo siento que soy el mismo desde los veintes, pero a la vez que cambio, quiero pensar que para bien, con el paso de los años. Y esto implica que la manera en que vemos las cosas cambia, incluidas nuestras relaciones y afectos.
Nada es pare siempre, ni siquiera la idealización de nuestros amores de la juventud, y ayer le llegó la fecha de expiración al mío. La verdad es que voy a extrañar la melancolía que sentía al pensar en ella, y a partir de ahora me será difícil apreciar mis recuerdos con ella de la misma manera.
Ahora ya no es aquello que me hacía querer cambiar el mundo, o mejor dicho, ya no es solo aquello que me me hacía querer cambiar el mundo, sino que también es una persona llena de defectos y limitaciones, como lo somos todos, de quien me enamoré profundamente en mi juventud.
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Afortunadamente este abrir los ojos, o mirar de otra manera, también pasa a la inversa, y con los años uno ve el lado maravilloso de cosas de las que antes solo veíamos lo ordinario, lo común. Uno aprende apreciar algunas cosas al tiempo que pone en su justo lugar a otras, creo que a eso le llaman madurez, edad, o simplemente vivir. Sigamos pues viviendo y dejándonos sorprender por la vida. Muchas gracias por leerme y hasta la próxima.
©bonzopoe, 2023.
Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.
Es tan cierto esto de que, a larga, todos terminamos siendo personas comunes, con desafíos diarios, con una conformación histórica.
Yo siento que cambiamos cada día, con cada evento; lo que pasa es que pareciera que la columna vertebral de lo elegido se fortaleciera con eso y así nos vemos, más nosotros cada día; pero sí, si cambiamos a cada paso.
Un abrazo grande @bonzopoe
Dicen que más vale tarde que nunca, y aunque ya ha pasado tiempo (más rápido de lo que me imaginaba, pero así es cuando uno anda de repente en mil cosas) no quería quedarme sin agradecer tu comentario, y decirte que coincido contigo, uno cambia todo el tiempo, pero a veces son cambios tan sutiles que no nos damos cuenta, pero al final se notan, a veces más a los ojos ajenos que a los nuestros.
Saludos y un fuerte abrazo!
Tan acertado como siempre 🙌. A mí me ha pasado igual y también en otros contextos, a veces uno idealiza en exceso a los demás y hasta los justifica en nombre de ese amor o de ese cariño. Luego uno se da cuenta y cuando te vuelves a encontrar con esas personas, los ves como realmente son, como realmente fueron siempre 🤣. Es como si te quitaras unos lentes que no te dejaban ver bien 😂 y te llevas una sorpresa... o varias. Saludos, @bonzopoe 🙌.
Muchas gracias por tu comentario. He tenido una semana complicada y según yo ya te había contestado agradeciendo tu amable comentario, una disculpa. Siempre es un gusto verte por acá y leer lo que compartes, aunque ojalá en esta ocasión no coincidiéramos, pero creo que esta situación es mucho más común de lo que uno pudiera pensar, y prácticamente todos la hemos experimentado en algún momento de una manera u otra. Saludos y un fuerte abrazo desde México!