En mi niñez solía pegar la nariz en los vidrios de una ventana, era un cristal biselado que me abría puertas diminutas e imágenes abstractas por donde yo «me metía», un viaje extraño que me liberaba de la prisión impuesta por la tiranía de un padre en exceso controlador, la imagen me llevó a uno de esos momentos, que afortunadamente, no volverán.
¡Guao!
¡Han publicado en respuesta a la iniciativa muchos "pesos pesados", como decimos en El Zulia!
Esto no tiene nada que objetar:
La imagen, el recuerdo inmediato, la reflexión y el trabajo para calmar al inconsciente y que no provea emociones negativas innecesarias ante algo que ya pasó.
Me encantó.
Esta publicación, que pensé podría ser un reto que no diera frutos, me está resultando más aleccionadora y beneficiosa para la autoevaluación de quienes prácticamente convivimos aquí, y mucho mejor de lo que preví.
¡¡¡¡Mil gracias!!!! Recibe mi abrazo lleno de bendiciones como siempre, mi apreciada @charjaim