Lo importante en todo esto es que en la vida siempre se van a encontrar regalos, quizás no de quienes deberían entregarlos, pero sí de una madrina, una maestra, el esposo y en algunos casos, una vecina: un adulto que ayudó a matizar, a limar y hasta a mostrar los contrastes para sacar lo mejor y entregarlos con manos de seda a esas hermosas hijas.
Afortunadamente, tenemos estos espacios que se vuelven terapéuticos de tanto repasar las costuras de ese nuevo tapiz que queremos ser.
Te abrazo.
Gracias por ese abrazo, de seguro es calentito con ese amor de mamá que debes tener a flor de piel.
Ino aprende y crece, así lo hice y aquellos que me impulsaron en la infancia sin darse cuenta formaron a una adulta distinta, una que no se quedó con esos regalos ingratos.
Abrasoles para ti mi bella @charjaim y tal cual dices esto es terapéutico y sanador.