¡Qué recuerdos! El de tu mamá me hizo recordar a la mía, ella vivía en Yaracuy y jugaba en la falda de los cerros, en una oportunidad jugaba con terrones más o menos grandes que acunaba en los brazos como muñecos, con tal suerte que se le cayó o deshizo uno y fue a dar a la cabeza de otra niña que jugaba más abajo, ella recordaba y reía mucho y yo la miraba intentando entender la situación. Qué bueno que existió el juego desde siempre para sanarnos.
Saludos cordiales.
La inocencia de los juegos de los niños es maravillosa, ojalá de adultos pudiéramos volver a sentir así.
Saludos 😊