Ahora que tenemos tantos conocidos viviendo fuera del país y que nos hablan de las diferencias culturales nos damos cuenta de que el venezolano, en general, es metiche en mayor o menor grado.
Ayer por cuestiones médicas pasé varias horas en una sala de espera y fui testigo de los comportamientos de mucha gente, que sin reparo alguno hacían preguntas personales,que el otro contestaba sin desagrado y a su vez aprovechaba para preguntar también.
La indiscreción y la curiosidad se ejercen como ejercicio para pasar el rato y hay opinadores que se vuelven consejeros de salud. De todo hay.
Nuestras costumbres pueden ser bastante interesantes,no me imagino estar en una cola sin conversar con alguien a quién ni siquiera conozco. Pero, al mismo tiempo son cosas que si las hago en otro país las personas probablemente me mirarían muy raro.
Y como dices, no nos damos cuenta de los metiches que somos hasta que nos topamos con las costumbres de afuera.