Hace unas semanas escribí acerca de un juego que realizamos en un taller de crecimiento personal en el cual profundizábamos en las creencias que tenemos y desde donde miramos la vida y la vivimos. Hoy quiero comentarles sobre otra de las dinámicas realizadas. Un juego que a simple vista parece sencillo, pero que puede volverse algo complicado, les cuento.
Nos entregaron un pequeño juego de dominó, los cuatro participantes tomábamos cinco piezas cada uno y con las restantes nos podíamos cargar en caso de no tener piezas para jugar en el turno correspondiente. Entre las reglas explicadas estaban:
1.- Sale un designado por el grupo y continúa el juego el jugador que está a su izquierda.
2.- Tienes tres opciones para jugar en tu turno: colocar una piedra cuyo valor numérico sea la suma de la piedra última, que han colocado los jugadores anteriores, una de las dos, por el lado que decidas jugar, a ese número le puedes sumar o restar uno al valor numérico de la piedra, por donde vas a jugar. Ejemplo:
Como era de esperarse aquello se volvió un caos, cada jugador tratando de explicarle a los otros como era que tenía que jugar y que pieza tenía que colocar. Era digno de observar cómo a medida que tratábamos de jugar fue surgiendo el líder, el que no comprende y paraliza la jugada, el que el aun comprendiendo juega contrariado, porque “eso no debería ser así”, el que al no encontrarle sentido quiere terminar lo más pronto, para salir de eso y al final, sin ponernos de acuerdo, terminamos jugando con las reglas conocidas.
La finalidad del juego es acercarnos a ese delicado punto del “darse cuenta” que se vuelve tan revelador y nos hacen dar un paso en nuestro crecimiento personal. Una de las primeras conclusiones grupales fue el convencimiento de que “Así es la vida”, a cada rato van surgiendo situaciones que nos cambian el panorama y que cada uno desde su sistema de creencias tiene una respuesta, un accionar, tomando en cuenta que el no hacer nada, el no accionar, también es una respuesta.
El juego me dejó muchas inquietudes y pasé días pensando en esas creencias que tengo tan arraigadas, por ejemplo, esa de seguir al rebaño, hacer lo que los demás hacen. A mi mente llega aquella frase que mi mamá decía con cierta frecuencia cuando le contabas alguna experiencia del trabajo, y con la cual no te sentías cómoda: “A donde llegues, haz lo que vieres”.
Me hizo mucho ruido que termináramos jugando con las reglas conocidas y ojo, no es que esté mal seguir las normas, eso es parte de la socialización y del querer encajar donde te desenvuelves.
Pero, ¿Qué tanto me limita esta actitud frente a las situaciones que se me presentan y la búsqueda de alternativas para solucionar? Soy inquieta por naturaleza, me gustan los cambios y los disfruto, pero ¿cuáles cambios? Aaaah, lo que yo misma me propongo, aquellos donde yo pongo mis propias reglas, los que vienen de fuera, me cuesta asimilarlos, sobre todo si no son de impacto directo.
En todo caso, el ejercicio me ha ayudado a plantearme una revisión de mi percepción sobre los cambios, que por cierto, nada es casual, pues estoy leyendo el libro que @irvinc nos propuso este mes para trabajarlo en el Club de Lectura y es precisamente sobre esos pequeños cambios que hacemos y nos transforman.
Continuando con el tema, los observadores del juego y participantes, me señalaron como líder de la partida y en los tres primeros minutos me sentí líder, sin embargo, al final terminamos jugando según lo conocido: ¿Qué pasa con mi liderazgo? Siempre he tenido un liderazgo débil en el sentido que no me gusta imponer, creo en el respeto a las capacidades del otro, por lo que plateo, propongo, invito, estimulo, señalo, pero siempre serás tú quien tiene la última palabra, serás tú quien decides si tomas la propuesta o sigues tu propio criterio. Muy al estilo laissez faire, dejar hacer.
No es que este bien ni mal, solo que suelto y no aprieto, tal vez desarrollar un liderazgo más situacional me lleve a mayores logros. La gran pregunta es: ¿me conviene trabajar para transformar mi liderazgo? O mejor aún, ¿es lo que quiero y deseo hacer? Una cosa, si es cierta, tengo que seguir trabajando en mi crecimiento y la mejor vía es la autorreflexión para un darse cuenta en él que.
El mensaje de este post es que no dejemos pasar las experiencias que nos dan la oportunidad de conocernos mejor, de ahondar en lo que somos y accionar en aquello que consideremos que nos acerca a un mayor bienestar.
In English
A few weeks ago I wrote about a game we did in a personal growth workshop in which we delved into the beliefs we have and from where we look at life and live it. Today I want to tell you about another of the dynamics we played. A game that at first glance seems simple, but can become somewhat complicated, I tell you.
We were given a small domino game, the four participants took five pieces each and with the remaining ones we could load ourselves in case we did not have pieces to play in the corresponding turn. Among the rules explained were:
1.- A player designated by the group goes out and the player on his left continues the game.
2.- You have three options to play in your turn: place a stone whose numerical value is the sum of the last stone placed by the previous players, one of the two, on the side you decide to play, to that number you can add or subtract one to the numerical value of the stone, where you are going to play. Example:
As expected that turned into chaos, each player trying to explain to the others how he had to play and which piece he had to place. It was worth observing how, as we tried to play, the leader emerged, the one who does not understand and paralyzes the game, the one who, even understanding, plays with dissatisfaction, because "it should not be like that", the one who, not making sense of it, wants to finish as soon as possible, to get out of it and in the end, without agreeing, we ended up playing with the known rules.
The purpose of the game is to bring us closer to that delicate point of "realizing" that becomes so revealing and makes us take a step in our personal growth. One of the first group conclusions was the conviction that "That's life", every now and then situations arise that change our panorama and that each one of us, from our own belief system, has an answer, an action, taking into account that doing nothing, not acting, is also an answer.
The game left me with many concerns and I spent days thinking about those beliefs that I have so deeply rooted, for example that of following the herd, doing what others do. To my mind comes that phrase that my mother used to say quite often when you told her about some experience, for example, at work, and with which you did not feel comfortable: "Where you arrive, do as you please".
It made a lot of noise to me that we ended up playing with the known rules and, mind you, it's not that it's wrong to follow the rules, that's part of socialization and wanting to fit in where you are.
But, how much does this attitude limit me in front of the situations I face and the search for alternatives to solve them? I am restless by nature, I like changes and I enjoy them, but which changes? Aaaah, what I propose myself, those where I set my own rules, those that come from outside, I find it hard to assimilate them, especially if they are not of direct impact.
In any case, the exercise has helped me to consider a review of my perception about changes, which by the way, nothing is casual, because I am reading the book that @irvinc proposed us this month to work on in the Book Club and it is precisely about those small changes that we make and transform us.
Continuing with the theme, game observers and participants, I was singled out as the leader of the game and in the first three minutes I felt like a leader, however, in the end we ended up playing as known: what about my leadership? I have always had a weak leadership in the sense that I do not like to impose, I believe in respecting the capabilities of others, so I propose, propose, invite, stimulate, point, but you will always be the one who has the last word, you will be the one who decides whether you take the proposal or follow your own criteria. Very laissez faire, let it be done.
Not that this is right or wrong, I just let go and don't push, maybe developing a more situational leadership will lead me to greater achievements. The big question is: is it in my best interest to work on transforming my leadership? Or better yet, is it what I want and desire to do? One thing, if it is certain, I have to keep working on my growth and the best way is self-reflection for a realization in it that.
The message of this post is that we should not miss the experiences that give us the opportunity to know ourselves better, to delve into who we are and act on what we consider that brings us closer to a greater well-being.
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Fuente de imágenes: fotograf´ñia propia - Láminas: Recursos Canva
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El dominó es uno de mis juegos favoritos junto con el ajedrez, como se llama el juego o dinamica es un juego de gran agilidad mental y viveza, aunque algunos pierden el control y en el fondo a nadie le gusta perder,a veces perdemos muchas cosas, pero, nos dejan grandes lecciones, eso es parte de la vida,
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