Un día de Playa fortuito en búsqueda de bienestar 🌊 A fortuitous day at the beach in search of well-being. [Esp-Eng]

Saludos apreciados lectores hoy doy vida y amor a mi blog 💕 con un relato muy personal sobre una de las cosas que suele hacer el venezolano para empezar año con buena energía y propósitos en mente para su consolidación.

Venezuela es un país de diversidad cultural muy amplia, factor que hace que el tema de creencias se manifieste con libertad, donde el que lo desea se empodera de algún ritual o magia para hacer de su vida algo más próspero y placentero, siendo el día de los cumpleaños un momento ideal para hacer nuevos compromisos de vida, también se hace magnífico el mes de diciembre y enero.

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Diciembre por ser la época de regalo, abundancia y fe católica nos invita a valorar el nacimiento de Jesús arquetipo del amor y fuerza suprema, influenciados por ese sentir entre otras creencias, existen las buenas obras hacia el prójimo, nuevos votos de amor, fe y hermandad. En enero por lo general se toma la primera semana para iniciar año cargados de buena vibra, hacer rituales y visitar espacios que permite a quien lo crea así limpiar nuestro cuerpo, mente y alma, expandiendo nuestra conciencia.

Es por ello que mucho nos da por visitar en enero al mar, lugar que para mí es uno de mis favoritos por su enigmática, exótica belleza, ímpetu y poder de renovación placentera. Siendo así el 3 de enero estuve allí con mi amado ¡Oh – mar!, fui invitada a una sesión de Biodanza y posteriormente iríamos de excursión por una zona que está mucho más lejos de la que yo habitualmente me llego. Este lugar se llama Urama un pequeño poblado con playa que queda en la Costa el Estado Vargas a 2:30 y hasta 3:00 horas del distrito capital Caracas.

Íbamos en un bus muy acogedor, todos cantando y riendo echando cuentos con los más allegados, lo que no fue acogedor fue mi estado ya después que empezamos adentrarnos a la montaña, entre curva y curva empecé a marear 🤢, por fortuna pude controlarme y no ocasione ningún accidente. Ya eso es típico en mi cuando se trata de traslados muy largo y por carretera, por lo que siempre voy precavida con alcohol y un limón.

Al llegar al pueblo agradecí a todos mis ancestros por habernos hecho llegar ilesos 🤭, al bajarme me sentía aturdida, enseguida me coloqué hielo en la cuello y olí gel mentolado. Ya una vez aclimatada salió el sol para mí y junto a la manada caminamos un poco por el sector mirando las posadas y bendiciones del lugar, pero como era ida por vuelta y estábamos lejos de la capital, nos dirigíamos específicamente a establecernos en algún espacio de la playa para hacer nuestra sesión de Biodanza.

Decidimos ubicarnos en la desembocadura del río que se integraba con la playa... al sentir ese lugar me extasié un rato con la mirada al horizonte y vegetación cercana agradecida al universo por hacerme conocer ese regalo natural. Allí entre agua fría y cálida tuvimos una maravillosa sesión de apertura para nuestros propósitos del 2023, donde en unión con todos los participantes a pesar de no conocernos en su totalidad, percibí armonía, apertura, solidaridad y deseos sinceros de bienestar común, realmente muy bonito lo sentido y vivido junto a este grupo integrado de variopintas personalidades.

Después de la sesión de Biodanza de forma impetuosa se desató una fuerte lluvia que duró una hora, un señor pescador nos vio buscando refugio y amablemente nos prestó su cabaña con mesas y sillas, allí en conjunto nos refugiamos para almorzar, reposar y seguir la faena.

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Había un buen grupo de la manada muy entusiasta que no quería perder la oportunidad de irse de excursión ya que también el motivo del viaje era visitar una cueva que posee dos entradas, una por desembocadura del mar y otra por la montaña donde cae una cascada con aguas cálidas que se integra con el océano.

Realmente muy bello todo lo relatado, pero los lugareños recomendaban que si iban tenían que hacerlo con mucha precaución porque el mar estaba muy movido especialmente por la entrada de la cueva que daba hacia el mar y por la montaña estaba muy fangoso para subir, la única manera que recomendaban era ir por la carrera.

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Yo entre en controversia realmente quería ir pero mi respeto al mar me paralizo, en vista de que no iríamos en el bus, algunos compañeros después de la tormenta decidieron ir a pies tipo turismo de aventura, la verdad yo estaba en modo ZEN después de la Biodanza y mi almuerzo, por tanto decidí no asistir y quedarme bajo la cabaña con quienes afectivamente decidieron quedarse y echar cuentos.

Ya había pasado la lluvia descubriéndose el flameante sol, pero el mar no dejaba de tener fuerte oleaje por lo que no me metí al verlo tan revuelto, había una buena parte de la playa con la arena suave y calidad allí en la orilla si deslice mis pies un buen rato, en ese instante me di cuenta que habían muchas piedras que los visitantes sorteaban aprovechando las olas para no lastimarse, al verlo admire su audacia para disfrutar del océano, y es que realmente el mar estaba muy agitado, y según los lugareños no era lo que habitualmente es esa playa y lo que yo esperaba.

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Siendo así me fui de nuevo a la desembocadura del río donde hicimos Biodanza, apenas al adentrarme sentí la corriente muy fuerte que casi me arrastra hasta el mar, allí recibí la ayuda de una lugareña para llegar hasta la orilla del rio y estabilizarme.

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Me devolví al lugar con las compañeras que quedaron bajo la cabaña teniendo una sensación de desencanto pues iba con el ideal de tener un día de tranquilidad servida del agua marina y del rio, hablar con la naturaleza y limpiar mi cuerpo con su pureza, pero parte de lo esperado no se me cumplió.

En pocas palabras, para mí fue un día de poco sol, lluvia, brisa marina, comidas, buena compañía, regalo de fotos y Biodanza que le dio a mi enero 2023 motivos para sonreír sin plantearme tantas expectativas para este año, lo que es para mí será…

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¡Ah! el teléfono la noche anterior no se me cargo, por tanto, no pude tomar fotos, las que presento son cortesía de mis compañeros de paseo que afectivamente me las obsequiaron, y que acepto como recuerdo de un día de playa fortuito.

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Greetings dear readers, today I give life and love to my blog ❤️ developing a very personal story about one of the things that Venezuelans usually do to start the year with good energy and purposes in mind for its consolidation.

Venezuela is a country of very wide cultural diversity, a factor that makes the issue of beliefs manifest freely, where whoever wishes is empowered by some ritual or magic to make their lives more prosperous, being the day of birthdays An ideal time to make new life commitments, December and January are also magnificent.

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December for being the time of gift, abundance and Catholic faith invites us to value the birth of Jesus, archetype of love and supreme force, influenced by that feeling among other beliefs, there are good works towards others, new vows of love, faith and brotherhood. In January, the first week is usually taken to start the year loaded with good vibes, doing rituals and visiting spaces that allow whoever creates it to cleanse our body, mind and soul, expanding our consciousness.

That is why we are very excited to visit the sea in January, a place that for me is one of my favorites for its enigmatic, exotic beauty, momentum and power of pleasant renewal. That being the case, on January 3 I was there with my beloved ¡Oh – mar! This place is called Urama, a small town with a beach that is on the coast of Vargas State at 2:30 and up to 3:00 hours from the capital district of Caracas.

We were in a very cozy bus, everyone singing and laughing, telling stories with those closest to us, what was not welcoming was my state, and after we started to enter the mountain, between curve and curve I began to get dizzy 🤢, fortunately I was able to control myself and did not cause no accident. This is already typical of me when it comes to very long road trips, so I am always cautious with alcohol and a lemon.

When I got to the town I thanked all my ancestors for having made us arrive unharmed 🤭, when I got off I felt dazed, I immediately put ice on my neck and smelled menthol gel, once acclimatized the sun came out for me and together with the herd we walked for a while. Little by the sector looking at the inns and blessings of the place, but since it was a round trip and we were far from the capital, we specifically went to settle in some space on the beach to do our Biodanza session.

We decided to locate ourselves at the mouth of the river that was integrated with the beach. When I felt that place, I was entranced for a while with my gaze at the horizon and nearby vegetation, grateful to the universe for letting me know this natural gift. There, between cold and warm water, we had a wonderful opening session for our 2023 purposes, where together with all the participants, despite not knowing each other fully, I perceived harmony, openness, solidarity and sincere wishes for common well-being, really very nice. what was felt and experienced together with this integrated group of diverse personalities.

After the Biodanza session impetuously a heavy rain broke out that lasted an hour, a fisherman saw us looking for refuge and kindly lent us his cabin with tables and chairs, there we took refuge together to have lunch, rest and continue the work .

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There was a good group of the very enthusiastic herd who did not want to miss the opportunity to go on an excursion since the reason for the trip was also to visit a cave that has two entrances, one at the mouth of the sea and the other at the mountain where a waterfall falls with warm waters that integrate with the ocean.

Everything related was really very beautiful, but the locals recommended that if they went they had to do it with great caution, because the sea was very rough, especially due to the entrance of the cave that faced the sea and the mountain was very muddy to climb, the The only way they recommended was to go through the race.

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I got into controversy, I really wanted to go, but my respect for the sea paralyzed me, given that we would not go on the bus, after the storm some colleagues decided to go on foot like adventure tourism, the truth is that I was in ZEN mode after the Biodanza and my lunch, therefore, I decided not to attend and stay under the cabin with those who affectively decided to stay and tell stories.

The rain had already passed, revealing the blazing sun, but the sea was not without strong waves, so I did not get in when I saw it so rough, there was a good part of the beach with soft, quality sand, there on the shore if you slide my feet for a long time, at that moment I realized that there were many stones that visitors avoided taking advantage of the waves so as not to get hurt, when I saw him I admired his audacity to enjoy the ocean, and the fact is that the sea was really rough, and according to the locals was not what that beach usually is and what I expected.

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That being the case, I went back to the mouth of the river where we did Biodanza, as soon as I entered I felt the very strong current that almost dragged me to the sea, there I received the help of a local woman to reach the river bank and stabilize myself.

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I returned to the place with the companions who remained under the cabin, having a feeling of disappointment because I was going with the ideal of having a day of tranquility served by sea water and the river, talking with nature and cleaning my body with its purity, but part of what was expected was not fulfilled.

In short, for me it was a day with little sun, rain, sea breeze, food, good company, a gift of photos and Biodanza that gave my January 2023 reasons to smile without raising so many expectations for this year, which is for I will be...

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Oooh! The phone did not charge the night before, therefore, I could not take photos, the ones I present are courtesy of my fellow walkers who emotionally gave them to me, and which I accept as a souvenir of a fortuitous day at the beach.

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