Source
Escribir desde la rabia es, para un escritor, un viaje hacia el interior de sí mismo, donde se busca expresar lo que tanto nos molesta. Así como los poetas escudriñan el alma y plasman en sus versos lo que sienten, yo me sumerjo en mis emociones, dejando que la efusividad y los sentimientos encontrados fluyan.
En este momento, siento una profunda rabia que necesita ser expresada, y no soy el único. Lo que me colma de fastidio es una experiencia compartida por muchas personas, una sensación que seguramente se repetirá en decenas, centenas y miles de seres en diferentes rincones del planeta.
Para entender el origen de mi rabia, es necesario explorar lo que se conoce como el relato. Este relato no es nuevo; ha existido desde siempre, y se manifiesta en el comportamiento humano a lo largo de la historia.
Es un relato encriptado en la conciencia del ser, que nos separa por brechas generacionales, racionales, físicas, intelectuales, sociales, raciales y hasta religiosas. A estas alturas, es probable que comprendan que la rabia que siento también puede ser la suya, porque a menudo nos situamos en extremos: a la derecha o a la izquierda, ejemplificando las diferencias que nos dividen.
Es difícil afirmar que estamos en un punto medio, ya que, como seres pensantes, resolvemos lo que consideramos correcto o incorrecto. En este sentido, no hay un término medio; algo es o no es. Lo mismo ocurre con las categorías de bien y mal, y muchas otras acepciones.
Al final, la vida y la muerte son dos líneas rectas que se encuentran, poniendo fin a la manifestación de opuestos. La rabia surge de la cantidad de estímulos externos que debemos filtrar, como si fuéramos un colador que separa impurezas.
La psicología nos enseña a tomar lo necesario y aprender a soltar lo innecesario, un enfoque válido y correcto. Sin embargo, cuando nos damos cuenta de que nada se suelta y que todo queda reservado en nuestra mente, cubriendo lo recibido como basura bajo la alfombra, nos encontramos con un problema.
Source
Un día, esa acumulación de basura se vuelve tan grande que ya no podemos transitar por encima de ella, y estallamos de rabia.
Un ejemplo irrisorio, pero lamentable, es lo que hemos visto desde la infancia a través de la televisión o el cine. Para quienes nacimos en América, hemos sido educados en la narrativa de que los conquistadores europeos eran héroes que trajeron civilización, conocimiento y cristiandad, mientras que los pueblos indígenas fueron presentados como salvajes.
En Europa, la historia se cuenta de otra manera; los conquistadores se ven a sí mismos como portadores de progreso. Sin embargo, quienes vivimos en el otro lado de la línea, en América, vemos a esos conquistadores como asesinos y opresores.
Esta dualidad se repite en la percepción de los asiáticos, los árabes y las tribus africanas, donde siempre hay un "bueno" y un "malo", dependiendo de quién narre la historia.
La historia de la humanidad está plagada de hechos controversiales en lo cultural, social, racial y espiritual. Los intereses personales prevalecen sobre cualquier sistema, y es asombroso ver cómo quienes claman por libertades y levantan banderas de democracia a menudo hacen lo contrario.
Source
La humanidad, con sus diferencias, se convierte en la piedra fundamental del deterioro humano, ya que no somos capaces de aceptar que uno más uno es dos, pero que ese dos no puede desprenderse de uno. La rabia existe y aprendemos a convivir con ella, hasta que alguien la expresa y nos damos cuenta de que no es solo de un individuo, sino que puede ser de todos.
Para concluir, debo explicar por qué tengo rabia. Esta rabia es el resultado de lo vivido en mi país, algo que también sienten ustedes, aunque residan en diferentes lugares de esta bendita tierra.
Nos sentimos guiados, formados, educados y civilizados a través de un relato que nos desune y nos obliga a tomar partido: ir hacia la derecha con sus razones o hacia la izquierda con las suyas.
Pensar en un término medio es políticamente incorrecto, y por eso existe en mí un estado casi imposible de contener la rabia. Podría detallar lo que sucede en mi pais, pero no valdría la pena, ya que en este mismo instante, en India, Oceanía, Europa, Asia, África y América, todos estamos hermanados en una misma causa: vivir sin ser parte de las divisiones que el sistema ha mantenido entre el bien y el mal, más allá del negro y el blanco.
No podría enumerar en un libro cada confrontación y división que se vive en cada metro cuadrado de esta tierra a causa de la humanidad. La rabia por la grieta que existe desde siempre se matiza con el dicho: "no hay mal que dure cien años, ni quien viva para contarlo".
Esta frase resuena en mi mente mientras reflexiono sobre la historia y el presente, recordando que la lucha por la unidad y la comprensión es un camino que debemos recorrer juntos, dejando atrás las divisiones que nos han mantenido separados.
La rabia es solo una manifestación de un deseo más profundo: el anhelo de un mundo donde podamos coexistir en armonía, reconociendo nuestras diferencias sin permitir que nos dividan.
Source
Writing from anger is, for a writer, a journey into oneself, where one seeks to express what bothers us so much. Just as poets search the soul and capture in their verses what they feel, I immerse myself in my emotions, letting the effusiveness and mixed feelings flow.
At this moment, I feel a deep rage that needs to be expressed, and I am not the only one. What fills me with annoyance is an experience shared by many people, a feeling that will surely be repeated by dozens, hundreds and thousands of beings in different corners of the planet.
To understand the origin of my rage, it is necessary to explore what is known as the narrative. This narrative is not new; it has been around forever, and has manifested itself in human behaviour throughout history.
It is a narrative encrypted in the consciousness of the self, separating us across generational, rational, physical, intellectual, social, racial and even religious divides. By now, you probably understand that the anger I feel can also be yours, because we often place ourselves at extremes: to the right or to the left, exemplifying the differences that divide us.
It is difficult to say that we are in the middle, because, as thinking beings, we resolve what we consider right or wrong. In this sense, there is no middle ground; something either is or it is not. The same is true for the categories of right and wrong, and many other meanings.
In the end, life and death are two straight lines that meet, putting an end to the manifestation of opposites. Anger arises from the amount of external stimuli that we must filter out, as if we were a sieve separating impurities.
Psychology teaches us to take in what is necessary and learn to let go of what is unnecessary, a valid and correct approach. However, when we realise that nothing is released and that everything is reserved in our mind, covering what we have received as rubbish under the carpet, we run into a problem.
Source
One day, that accumulation of rubbish becomes so large that we can no longer walk over it, and we explode with rage.
A laughable but unfortunate example is what we have seen since childhood through television or movies. For those of us born in the Americas, we have been brought up with the narrative that the European conquistadors were heroes who brought civilisation, knowledge and Christianity, while the indigenous peoples were portrayed as savages.
In Europe, the story is told differently; the conquistadors see themselves as the bearers of progress. However, those of us who live on the other side of the line, in America, see these conquerors as murderers and oppressors.
This duality is repeated in the perception of Asians, Arabs and African tribes, where there is always a ‘good’ and a ‘bad’ depending on who is telling the story.
Human history is littered with culturally, socially, racially and spiritually controversial events. Self-interest trumps any system, and it is astonishing how those who clamour for freedoms and raise banners of democracy often do the opposite.
Source
Humanity, with its differences, becomes the cornerstone of human deterioration, as we are unable to accept that one plus one is two, but that the two cannot be separated from the one. Anger exists and we learn to live with it, until someone expresses it and we realise that it does not belong to just one individual, but can belong to everyone.
To conclude, I must explain why I have anger. This anger is the result of what I have experienced in my country, something that you also feel, even if you live in different parts of this blessed land.
We feel guided, trained, educated and civilised through a narrative that disunites us and forces us to take sides: to go to the right with your reasons or to the left with theirs.
To think of a middle ground is politically incorrect, and so there is an almost impossible state of rage in me. I could detail what is happening in my country, but it would not be worth it, because at this very moment, in India, Oceania, Europe, Asia, Africa and America, we are all united in the same cause: to live without being part of the divisions that the system has maintained between good and evil, beyond black and white.
I could not list in one book every confrontation and division that is lived in every square metre of this earth because of humanity. The rage for the rift that has always existed is tinged with the saying: ‘no evil lasts a hundred years, and no one lives to tell the tale’.
This phrase echoes in my mind as I reflect on history and the present, reminding me that the struggle for unity and understanding is a road we must travel together, leaving behind the divisions that have kept us apart.
Anger is only one manifestation of a deeper desire: the longing for a world where we can coexist in harmony, recognising our differences without allowing them to divide us.
La rabia desde dentro es una manifestación emocional que muchas veces nos paraliza y parece estar en un extremo de una balanza. Muchas veces somos tan impotentes como la rabia que surge del aspecto político, cuando conocemos la realidad de un resultado electoral, entonces, nos quedamos inmóviles y con la rabia de que no podemos hacer nada para hacer valer nuestros derechos.
Quizás, me he ido a un extremo en esta reflexión, pero, eso es parte de la rabia, seas de izquierdas o de derechas.
Feliz y bendita tarde. Éxito.
La rabia se torna en muchas veces como estimulante y en otras un lastre, dependiendo de la forma que se maneje, porque incluso el amor es un peligro, o la fe desmedida.
Adelante amigo. Ciertamente, no hay que permitir que nada nos dividan.
Feliz noche.
Me encantó, la rabia hace daño en ocaciones pero es una emoción natural que debemos también expresarla y sacarla, pero lo más importante gestionarla.
Así es, una emoción que hace falta para contrapeso de otras.
Congratulations @ferdinandmoura1! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)
Your next target is to reach 10000 upvotes.
You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
Check out our last posts: